Reloj de arena
Diego Pantoja: el manifiesto surrealista gitano
Tuvo una juventud esplendorosa, elegante y apolínea. Dicho en cristiano: era guapo hasta pasando miedo. Y rebosaba la simpatía de esos seres elegidos para multiplicar la felicidad a su lado
Juan García-Avilés Mateos: una goleta en Mateos Gago
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónSi su hermano Picoco se hacía las camisas donde se las cortaban a José María de Areilza, Diego se maqueaba con el corte y el paño de dos de las mejores sastrerías de la calle Larga de Jerez: Armando y Jubar. ... Si su hermano Picoco despertaba las dotes diplomáticas del entonces príncipe de España, Don Juan Carlos de Borbón , para convencer a su mujer de que lo admitiera en casa después de una voltereta de seis días, Diego volvía loca a Ava Gardner , que lo llamó para que le cantara en un hotel madrileño y el gitano acabó bebiendo el agua donde se había bañado el animal más hermoso de la naturaleza, según definición contrastada de Frank Sinatra . Dos hermanos y un mismo destino: mandar a Bretón al rincón de los caliches y ser dueños absolutos del manifiesto surrealista gitano. Diego Pantoja forma parte de ese conglomerado neuronal de la flamencura, la bohemia y el desahogo que se ponía en marcha por las noches para dejar en los tablaos de los duendes la chispa rutilante de su ingenio. Al igual que Picoco, Diego está en posesión de un currículo brillantísimo, sobrado de ingenio para inventar la electricidad de una respuesta y electrocutar con sus salidas a los asesinos de la felicidad. A Diego Pantoja hay que clonarlo. Para que su ADN no se lo coman los bichos del olvido y el corrector de los nuevos tiempos.
Siempre ha vestido como un british y se ha expresado en un lenguaje propio, tan seguido después por otros artistas de los tablaos y los platós televisivos, que consistía en hacer de la consonante R presencia obligada en un final de frase y colocar un L donde le saliera del alma. Por ejemplo: «Primo, ¿cómo está tul?» o «¿Dime tur, César mío?» Así se hablaba, me cuenta el escritor Bosco Gallardo , en los tabanques del moyate por bulerías gitanas de Jerez y el tío Diego lo lanzó a la fama, sin necesidad de crear academias ni institutos. Grandísimo y singular por su purísimo compás, trabajó con la Lola más grande del mundo y en su álbum de familia aparece con Yul Briner , Curro Romero , Cantinflas , Julio Iglesias , Chiquito de la Calzá , Bobby Charlton , Ramallets y todo al que la fama le hubiera rozado. Tuvo una juventud esplendorosa, elegante y apolínea. Dicho en cristiano: era guapo hasta pasando miedo. Y rebosaba la simpatía de esos seres elegidos para multiplicar la felicidad a su lado. De una posible tragedia le nacía un tirarse a tierra que me muero de risa. Tras una actuación con Los Morancos , de regreso para Jerez, a César se le incendió el motor del coche. La alerta despertó al Pantoja y se puso a ayudarlo a sofocar la candela. Lo de ayudar es una manera de hablar. Porque Diego, imitando sin querer a la afición cadista que se pone en la grada a correr para donde vaya el linier, acompañaba a César en su estresante esfuerzo con el extintor. Mientras el coche imitaba al 'Coloso en llamas', a tío Diego solo se le ocurrió decir: «Cesa mío, Cesa mío ¿y si asamos unas sardinitas?»
Se hacía el loco o imitaba a su personaje cuando Quintero lo entrevistaba en la tele y le preguntaba: «¿Qué es el arte, Diego?» Y Diego le daba una respuesta extravagante, sin mucha lógica, macanda absoluto, hasta que se daba cuenta de que su explicación no tenía más recorrido y se ponía la mano en la boca a modo de mascarilla anestésica para calmar el ataque de locura. En esa misma entrevista de Quintero, Diego acabó metiendo sus gafas de ver en el güisqui que tenía de aliado, sin que explicara meridianamente bien su arrebato. Pero seguía repartiendo felicidad y divina locura. Con Paco Lola durmió más de una noche en aquella casa del Rocío donde le tocara cantar. Fueron a una, con Albahaca, Maleni Loreto , Pepín Cabrales y algunos supremos más y les dieron una habitación de ocho metros cuadrados y dieciséis camas literas. Cuando tío Diego vio aquello exclamó: «Paquito mío, Paquito mío, esto es Alcatraz. Aquí han puesto las camas y después han venido los albañiles para hacer el cuarto.» Y es posible que en aquella misma casa, también durante el mismo Rocío, no pudiendo conciliar el sueño por la cantidad de cohetes que anunciaban la exaltación de la Virgen, le soltó en la penumbra de la madruga a su Paquito Lola del alma: «Qué me gustaría ganar el dinerito del tío que está tirando los cohetes…»
Él es un cohete de la Nasa con destino al bujío más prometedor de la noche. Él es, sin dudas, una falla valenciana ardiendo en homenaje al humor, la gracia, la chispa y el compás. En un palacete de Aranjuez celebrando un homenaje que le dieron al Paula , se dieron cita en un bungalow de sus amplios jardines un elenco con más peligro que los escuadrones chechenos de la muerte. Apunten pero cúbranse: Massiel , Rosa María Mateo , un par de escritores gaditanos, tío Diego, El Beni de Cádiz y el propietario del lugar y de la dioscoteca Joy Eslava de Madrid. La noche rompió en esdrújulo ejército de gozadores. Y se dio, quizás, el culmen del surrealismo gitano: Mientras Massiel bailaba con menos ropa que Tarzán, el Beni y Diego cantaban bulerías en latín. Sí, en latín de la Roma del camelo. Mientras que se tiraban, uno al otro, las antigüedades que tenía como oro en paño el casi infartado Pedro Trapote . Otra vez en Madrid, donde secaron Escocia, Rusia y parte de La Rioja, en una reunión pasada de rosca, un gitano profundo se dirigió a Curro Romero y le preguntó: «Maestro, cuando un toro se va a tablas, ¿qué es?» Y la voz destructora de mitos de Diego Pantoja rebotando en los rincones del aire explotó en guasa: «¡¡Carpintero!!». Diego pasa estos días tristes tras la marcha al cielo de su yunta. Sirva este Reloj para devolverle parte de la alegría que tanto nos regaló escribiendo el manifiesto surrealista gitano…
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete