Las cuentas del Estado, la eterna hipoteca de Sevilla

Las cuentas que presentó la semana pasada la ministra María Jesús Montero se parecen muy poco a las que elaboró en enero de 2019 cuando llegó a Madrid tras la moción de censura y con las que parecía poner fin a casi treinta años de castigo a la provincia. Aquel presupuesto efímero, cuyo rechazo provocó una nueva convocatoria de elecciones generales, era tres veces más generoso que el actual y apostaba por el avance de la circunvalación, con casi 200 millones de euros. Era el impulso definitivo al cierre del arco sur de esta infraestructura fundamental para la movilidad en el área metropolitana en la que residen más de un millón de personas, lástima que aquel anteproyecto de ley nació más como un pulso político que como un proyecto sólido .

Hace ya 28 años que Sevilla no tiene una inversión a la altura de su peso poblacional y su aportación al PIB nacional , como si estuviera obligada a pagar una carísima hipoteca por la celebración de la Expo. Ni siquiera el espectacular crecimiento de algunos sectores como el logístico o la industria aeronáutica han sido suficientes para amarrar una apuesta por el desarrollo del territorio.

Una vez más, las cuentas abaratan el futuro de la capital, que recibirá la ampliación del puente del Centenario en lugar de los túneles del Guadalquivir , confirmando el peor de los presagios de empresarios e instituciones cuando el ministro de Transportes y Movilidad, José Luis Ábalos , anunció por sorpresa esta reforma durante el verano de 2018. Parece que finalmente un proyecto sí sustituirá al otro, a juzgar por la rapidez con la que se ha tramitado el ensanche del puente mientras se iban poniendo reparos al tramo subterráneo de la SE-40, que lleva una década adjudicado. Veinte millones recogen las cuentas de 2021 para los túneles, a la par que reservan otros 556.000 euros euros para redactar una declaración de impacto ambiental que justifique el reemplazo de los mismos por un puente . No hace falta tener contactos en el Ministerio para entender cuál de las dos partidas será la que se ejecute.

La circunvalación es el único proyecto de calado del Gobierno central que hay previsto en la ciudad desde 1992 y cada pequeño avance tiene detrás un rosario de demoras y reprogramaciones de obra . Incluso pequeñas mejoras como un ramal de Cercanías para comunicar Santa Justa con el aeropuerto se ignoran año tras año en la cuentas.

Todo son partidas residuales para estudios ambientales que no siempre concluyen con la redacción del proyecto. Hasta la rehabilitación del Arqueológico lleva diez años de espera y a pesar de estar ya desalojado y listo para la adjudicación de las obras , recibe para el próximo año un montante de 300.000 euros, curiosamente los mismos que se venían consignando desde que se anunció la intervención para no dejar el asunto en el olvido.

Casi quince años ha necesitado el Ministerio para empezar a ejecutar la remodelación del nudo de la Pañoleta, uno de los puntos más conflictivos. La primera vez que se mencionó esta necesidad fue en un informe de la Demarcación de Carreteras en 2002, aunque hubo que esperar hasta 2006 para licitar la redacción del proyecto y luego otros doce años más para adjudicar las obras.

Más larga ha sido la espera para aumentar la capacidad del puente del Centenario que ya nació estrecho . La reivindicación para ampliar el tablero cayó en saco roto durante 25 años hasta que la debilidad de los tirantes obliga a hacer una obra de emergencia, que incorpora la creación de ese nuevo carril, que ofrece una buena excusa para seguir demorando el paso del Guadalquivir de la SE-40, una nueva renuncia.

El Ejecutivo de Pedro Sánchez tampoco se ha comprometido económicamente con la ampliación de la línea 3 del metro , aunque ya se ha actualizado el proyecto de uno de los tramos y está en fase de redacción el segundo. Aquel convenio a tres bandas que se empezó a gestar entre la Junta, el Ayuntamiento y el entonces Ministerio de Fomento ha quedado en el limbo y no contará con aportación alguna el próximo año procedente de los presupuestos generales, como tampoco la habrá para las nuevas comisarías de Nervión y del Polígono Sur, ambas programadas desde hace años.