Suscríbete a
ABC Premium

Crónica del traslado a la Catedral

El Gran Poder no se muda, allí donde va se queda

El Señor traspasa las barreras y lleva las periferias al corazón de Sevilla en un traslado multitudinario

El Señor cruzando el puente de San Bernardo Manuel Gómez
Javier Macías

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Llegaba el Señor a esa larga avenida que corta en dos la ciudad, la frontera existencial y hasta física que se ha diluido en 21 días, porque el Gran Poder ha hecho más en este tiempo de misión que cualquier administración en cincuenta ... años. Por eso, en la linde entre la Sevilla de siempre y a la que nadie miraba, se dio la vuelta. Giró y miró a los pisos desvencijados desde donde le gritaron «ojalá no tardes en volver» . Fue un hasta siempre. Un auto de fe, la recreación mística del poema de Santa Teresa : «Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa. Dios no se muda» . Un aplauso retumbó como un eco por la Ronda del Tamarguillo, desde Federico Mayo Gayarre hasta Marqués de Pickman. Fue el agradecimiento humilde de los vecinos a los que les ha traspasado el corazón con su presencia. Ha caminado en medio de sus vidas, de sus calles, de sus casas y de sus sufrimientos, como recordaba ayer la propia hermandad en la despedida. Las tres cruces parroquiales , las de la Blanca Paloma, la Candelaria y Santa Teresa, precedieron al Señor, lo acompañaron hasta la Catedral como símbolo del puente que el Gran Poder ha tendido más allá de esa frontera.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia