Coronavirus Sevilla
Crónica de 72 horas de un sevillano esperando una prueba PCR de Covid-19 que dio negativo
Un joven espera tres días los resultados de la prueba del Covid-19 sin medicarle para la amigdalitis que padecía
Llegó al centro de salud con fiebre y le trataron como un apestado. «Nadie le verá la garganta sin ponerse un EPI»
Sevilla registra once nuevos casos de coronavirus, pero el rebrote sigue controlado
Mariana Granada
Antonio tiene 18 años y acaba de terminar su primer curso en la universidad . Como muchos chicos de su edad tenía previsto un viaje por Europa que, por culpa del coronavirus, tuvo que suspender. Los planes cambiaron y él sus amigos (hasta diez) ... decidieron alquilar una casa en un pueblo de Granada para pasar cinco días juntos. En la piscina y haciendo barbacoas, pero sin acudir a ninguna discoteca ni a ningún otro lugar de riesgo.
Sin embargo, el aire acondicionado a tope y los baños que se dieron de madrugada tuvieron sus consecuencias: Volvió del viaje con dolor de garganta . Y a las 24 horas le empezó la fiebre. Tras una noche con más de 38 grados decidió ir al centro de salud de su barrio en Sevilla capital. Y ahí empezó la odisea.
Cuando llegó con la mascarilla al mostrador le pidieron que se apartara inmediatamente. «Váyase a su casa, aquí no puede estar. El médico le llamará y le explicará», le indicó uno de los celadores. «Pero si tengo fiebre y me duele mucho la garganta. ¿Es que nadie me va a explorar las amígdalas que las tengo muy inflamadas?», preguntó. Entonces una enfermera le contestó: «Para verte la garganta el médico tendría que ponerse un EPI. Mejor te vas a casa que ya te llamarán».
El joven hizo lo que le dijeron y se marchó con la misma fiebre que había llegado al centro de salud. Sin respuesta ni ningún tratamiento para su dolencia. A la media hora de llegar a casa un médico del mismo ambulatorio le llamó por teléfono. Tras preguntarle cuáles eran los síntomas que presentaba, le dijo que debía hacerse un PCR por tener fiebre y por haber estado en una de las zonas donde se han producido rebrotes.
Y el chico volvió a preguntar: Pero ¿para la fiebre tan alta que tengo no me manda nada? . No hasta que no estén los resultados que tardarán 24 horas, le dijeron. Así las cosas, el joven se marchó al Hospital Militar de Sevilla. Para ser exactos al aparcamiento, que es donde hacen las pruebas. Sin bajarse del coche, uno de los sanitarios que hay instalados en una especie de tienda de campaña, le hizo el test por la ventanilla del vehículo introduciéndole el palillo primero por la boca y luego por la nariz. «Ahora váyase a su casa y no salga que en 24 horas tendremos los resultados», le indicaron.
Y el joven obedeció. Se marchó a casa a esperar. Nadie le llamó para medicarlo contra la fiebre que seguía subiendo. Unas horas después como la garganta, cada vez más enrojecida, le seguía doliendo y la temperatura estaba cerca de los 40 grados, lo intentó con el teléfono de Salud Responde . Tras varias llamadas sólo consiguió que un contestador automático le pidiera: «Pulse uno si tiene fiebre, dos si se ahoga...» Y así sucesivamente de uno a otro. S in conseguir hablar con nadie que pudiera recetarle algo que paliara sus insistentes molestias.
No tenía pinta de Covid-19
Ya cerca de las diez de la noche decidió acudir a otro centro de salud de urgencias donde el médico, por fin, se atrevió a explorarlo. Con la mascarilla puesta le miró la garganta y confirmó que realmente el chico sólo tenía una amigdalitis. Le mandó un antibiótico y le dijo que se marchara a su casa a esperar la llamada del SAS con los resultados de la prueba. «Pero esto no tiene pinta de Covid-19», le dijo el facultativo. Era viernes por la noche.
Antonio se fue a casa y se pasó todo el fin de semana tomando la medicación para las amígdala s y mejorando. Pero con la intranquilidad de no saber si tenía coronavirus. El lunes a media mañana, como 72 horas después de que le hicieran el PCR nadie le había informado de cuál era el resultado , se acercó al centro de salud y consiguió que se lo dieran en un sobre con el dictamen del aspirado nasofaringeo: «No se detecta ARN». O lo que es lo mismo, no tenía coronavirus.
Nadie le llamó para informarme de que estaba limpio de la epidemia. Pero tampoco para tratarle de su infección de garganta. «Es que si no tienes coronavirus te puedes morir esperando. Imagino lo que habrá pasado con las personas mayores», se quejaba Antonio que ya está recuperado y tranquilo tras el susto después de pasar 72 horas sin saber si había contraído el Covid-19. Él tuvo doble suerte porque no tenía el virus y porque logró curarse de la infección.
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