El conseguidor Lanzas abrió la caja irregular con Cárnicas Molina

Según declara Francisco Javier Guerrero a la Policía, conoció a Lanzas «siendo éste secretario de Andalucía de Alimentación de UGT en el primer ERE que pasó por sus manos, Cárnicas Molina». Guerrero añade que «después Lanzas ha llevado muchos expedientes de crisis de empresas de alimentación de Andalucía, y él negociaba bien para la empresa o bien para los trabajadores, y también era apoderado de los comités de empresas. Es muy buen negociador». Tanto es así que logró para Mercasevilla el citado ERE aprovechando la resolución del Tribunal de Defensa de la Competencia que instaba a la lonja a retirar su intervención sobre la labor de los mayoristas de pescados, cuestión a la que también se refiere Guerrero en su declaración policial para justificar el polémico plan de prejubilaciones: «Se trata de una empresa pública mixta con una crisis realmente grave con problemas con Bruselas y con la Unión Europea».

Mercasevilla nunca aplicó el dictamen de Competencia ratificado por la Audiencia Nacional, pero el ERE se llevó a cabo con esta justificación. En el primero de ellos, el de 2003, apareció la «intrusa» María del Carmen Fontela. Y en el de 2007, del que la Junta se desliga ahora, se incluyó a José Antonio Garrido Santoyo, un socialista de Jaén a quien Lanzas conocía y que es amigo de su cuñado Ismael Sierra, el que asesoró a Merca.

La tela de araña tejida entonces, y que se está desentramando ahora, vincula, por tanto, a Juan Lanzas con todos los procedimientos de este tipo llevados a cabo por la Junta gracias al «fondo de reptiles» desvelado por Francisco Javier Guerrero. Pero aún quedan muchas incógnitas sin resolver. Una pregunta que no dejan de hacerse desde el PP es por qué el negociador elegido siempre era este veterano socialista de Jaén, el feudo de Gaspar Zarrías.