La Manada comienza el verano haciendo el «paseíllo» en los juzgados de Sevilla

Llegó pasadas las nueve de la mañana en moto, vistiendo pantalón vaquero y polo azul, y se marchó con un familiar.

«¿Mantiene su inocencia?» , le han preguntado. Solo ha contestado «por supuesto que sí» y se ha marchado pidiendo que le dejaran en paz y asegurando que estaba agobiado.

El segundo en llegar ha sido Jose Ángel Prenda que ha entrado en los juzgados hacia las 10.45 horas sin decir palabra. Ha llegado solo vestido con un pantalón corto y un polo de rayas azules. Ha permanecido apenas unos minutos dentro del edificio judicial. No ha dicho absolutamente nada pese a que ha sido rodeado por una nube de cámaras. Solo ha abierto la boca para quejarse de que una periodista le había pisado y para contestar que «sí» a la pregunta de si estaba tranquilo . Se ha montado en una moto de paquete y se ha marchado.

En las puertas de los juzgados, donde los condenados deben acudir días alternos a firmar hay una gran expectación con una veintena de fotógrafos y cámaras que esperan para captar el momento de la entrada. Los miembros de La Manada fueron condenados por la Audiencia de Navarra a nueve años por abuso sexual con prevalimiento por la violación grupal de una joven de 18 años durante los Sanfermines de Pamplona.

Ángel Boza con gafas de sol, polo azul y pantalón vaquero, ha sido el tercero en llegar veinte minutos antes de que dieran las doce del mediodía.

Tampoco ha querido decir nada. Ni siquiera cuando le han preguntado si se arrepentía. Como sus compañeros solo ha abierto la boca para pedir paso ante el revuelo de periodistas. Y también se ha marchado en moto.

La presentación de los miembros de La Manada está teniendo lugar en medio de unas importantes medidas de seguridad que se han extremado este lunes.

Más dotaciones policiales se han sumado a las habituales que hay en los juzgados con motivo del juicio de los ERE .

De hecho, hoy hay hasta una decena de efectivos de la Policía Nacional además de los guardias civiles que custodian habitualmente los edificios judiciales. Alguno de ellos a caballo patrullando la zona del Prado de San Sebastián donde se ubican los juzgados.

El cuarto en hacer el «paseíllo» ha sido Antonio Manuel Guerrero que ha aparecido pasadas las 12.30 con pantalón corto azul, polo blanco y gafas de sol. Ha entrado por el juzgado de guardia para intentar esquivar a los medios. Pero después de que le hayan indicado que debía hacerlo por la otra puerta, ha salido y ha vuelto a entrar por la puerta principal acompañado de una joven.

Entre gritos de «no es agresión, es violación» y «no queremos violadores en Sevilla», igual que sus compañeros, Guerrero se ha marchado sin apenas decir palabra. En su caso lo ha hecho en coche.

Solo unos minutos después ha llegado a los juzgados Jesús Escudero . Vistiendo pantalón beige y camiseta de rayas, Jesús Escudero ha acudido hasta la puerta de los juzgados donde ha permanecido escasos minutos.

Se ha marchado «de paquete» en una moto conducida por otra persona. Los cinco tendrán que volver a cumplir el mismo trámite judicial el miércoles de nuevo.