Cien años de sabor, en familia
La bodega Díaz-Salazar, en El Arenal, ha cumplido cien años de existencia. Esta taberna de tradición vínicola, desde sus comienzos, ha sido regentada por la familia homónima, originaria de Daimiel_Por ella han pasado numerosos poetas, artistas y políticos de la época

Una centuria en el mismo lugar, junto con el saber hacer de un oficio una forma de vida de toda una familia, y por supuesto, la «fidelidad del cliente autóctono» son los «platos fuertes» de la Bodega Díaz-Salazar, situada en el número 20 de García de Vinuesa. El establecimiento regentado actualmente por José Leonardo y Ángela ha cumplido su primer centenario con la cuarta generación de la familia al frente del establecimiento.
La bodega de tradición vinícola fue reformada, conservando las tinajas donde antaño se depositaba el vino y los toneles, mirando al futuro desde la tradición, ampliando su cuidada carta en la que se produce una simbiosis entre la tradición de la tapa y la innovación culinaria de manos de Ángela Díaz-Salazar. Después de cursar estudios de hostelería en la Escuela sevillana del Alabardero, introdujo a través de una serie de nuevos platos el nuevo concepto de bodega. Entre ellos destacan, según afirma Ángela, los crêpes de espinacas y la carrillera ibérica.
El valor de la familia
Si algo ha quedado inamovible a lo largo del tiempo en esta casa es la continuidad y el cariño familar al negocio ya que desde la creación de esta empresa, en 1908 cuando Ángel Díaz-Salazar, industrial productor de carros y propietario de una bodega en Daimiel se estableció en Sevilla, ha seguido el devenir de los tiempos de generación en generación. Por aquel entonces la actividad de la taberna estaba centrada en la venta de vinos a granel.
En los años 20 comenzó la distribución de la cerveza Damm, aunque ésta se vió interrumpida durante la guerra civil cuando Barcelona quedó en zona republicana, hecho que afectó también a la distribución de vino en Sevilla y obligó a la familia a alquilar las bodegas.
Las ventas de vino rondaban las 70.000 a 80.000 arrobas anuales y para su distribución había tres camiones. Pronto comenzaron los clientes a consumir el vino y también la manzanilla que llegaba hasta el muelle de la Sal, procedente de Sanlúcar, a tomar los caldos acompañados con unas tapas de queso manchego y berenjenas de Almagro.
Además, fue pionero en poner a la venta en Sevilla cerveza negra Damm.
Pero este lugar ha sido a lo largo de su historia la sede de diversas tertulias y encuentros literarios. Desde la fundación de la Peña Los Mosquitos, hasta convertirse en un centro de reunión de los periodistas del desaparecido periódico «El liberal». Por él han pasado poetas, artistas y hasta políticos influeyentes de la transición.
Con motivo de su centenario, la bodega ha celebarado las «Jornadas de la tapa» ofreciendo durante tres días platos propios de la cocina de autor.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete