Ciberdelincuencia
Los casos de pornografía infantil en Sevilla se duplican durante la pandemia del Covid-19
La Fiscalía, la Policía Nacional y la Guardia Civil trabajan sin descanso para atajar a «los malos» que se adentran en nuestras vidas a través de la «ventana abierta» que es Internet
Cada semana del año se detiene en Sevilla a una persona por pornografía infantil y se lleva a cabo un registro domiciliario . Un delito que desde el inicio de la pandemia , allá por el mes de marzo, ha hecho ... que los asuntos que llegan al despacho de la Fiscalía delegada de Criminalidad Informática en la provincia superen la treintena en medio año. Precisamente el mismo número que en todo el 2019, según los datos de la Memoria 2020 de la Fiscalía Superior de Andalucía .
Éstos son sólo dos datos aislados pero que dan muestra del volumen que ha alcanzado la delicuencia informática , que abarca desde la simulación de webs de entidades bancarias para conseguir datos de los clientes hasta la venta de una bicicleta por cualquier página de compraventa de artículos, pasando por la pornografía infantil o la suplantación de identidades en las redes sociales o de organismos oficiales. Y frente a esto luchan sin descanso la Fiscalía, la Guardia Civil y la Policía Nacional .
Internet es una ventana abierta al mundo que permite llegar a cualquier rincón, pero como advierte el jefe de Sección de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de Sevilla , unidad que investiga los ciberdelitos, esta ventana también permite que «desde fuera entren en tu casa». «Si no cierras bien la ventana, los malos entran fácilmente» .
Esa ventana ha estado muy expuesta durante el confinamiento obligado por el coronavirus , que llevó a los españoles a encerrarse en sus casas y a hacer un mayor uso de la red a través de los dispositivos electrónicos, que cada día nos inundan más. Y lo más alarmante es que ese uso comienza cada vez a menor edad.
Unos meses en los que crecieron «indudablemente» estos delitos, sobre todo las estafas y la pornografía infantil, según el Equipo de Investigación Tecnológica (Edite) de la Guardia Civil en Sevilla y el fiscal delegado de Criminalidad Informática en Sevilla, Gabriel González .
Un boom en cinco años
La Policía Nacional, a este respecto, va más allá y puntualiza que estos delitos llevan años subiendo y no es algo directamente relacionado con la pandemia. En esto también incide el fiscal: «El boom de estos delitos viene desde hace unos cinco años» . En 2015 en la provincia de Sevilla se cometieron 2.691 infracciones delictivas a través de la red . En 2019 fueron 7.134 , según los datos del Ministerio del Interior sobre cibercriminalidad.
«Lo que más ha repuntando en la pandemia» es el intercambio de archivos, vídeos y fotografías con contenido pedófilo , admite Gabriel González. Como se ha señalado anteriormente, a la Fiscalía llegaron en 2019 un total de 30 procedimientos, siendo la mayoría de las acusaciones formuladas por adquisición o posesión de pornografía infantil para uso propio.
Pero la realidad es aún más dura porque el fiscal admite que otros asuntos no llegan a su despacho sino que son registrados en el Ministerio Público como delitos genéricos. Este 2020 la situación va a peor. Sólo desde junio, final del primer estado de alarma, hasta la fecha se han registrado más de 30 asuntos , por lo que la cifra del año terminará duplicando a la del ejercicio anterior.
En este asunto, la Guardia Civil advierte de que los consumidores de material pedófilo cada vez toman más precauciones y medidas , como el almacenamiento en la nube, para no ser pillados. Pero esto no frena el consumo.
Mayor control parental
Profundizando en este tipo delictivo, el jefe de sección de la UDEF admite que viven situaciones bastante duras . No es lo mismo que la víctima tenga 17 años y once meses, que también es pornografía infantil, a que tenga meses de vida, como hay algunos casos.
Aboga por un mayor control parental sobre los móviles y ordenadores de los hijos, aunque ya hay sentencias del Tribunal Supremo que dice que cumplidos los 14 años, un menor tiene derecho a ocultar o privar cosas a sus padres.
La Policía Nacional advierte de que, al existir muchos consumidores, el mercado negro está obligado a generar más productos pedófilos y comienzan los abusos a los menores, con una ramificación del delito como es el chantaje y acoso a las víctimas.
En este punto, explica un delito que surge también del consumo de pornografía infantil que está a caballo entre éste y la estafa. Cuando alguien consume estos archivos, hay quienes activan la webcam del ordenador y te graban , pidiéndote después dinero por esas imágenes. Si pagas, seguirán pidiéndote más. Si no pagas, lo publican en las redes sociales.
Pero no ha sido la pornografía infantil el único delito más repetido durante el confinamiento, sino también las estafas , que se han multiplicado por tres en este tiempo. Venta de material deportivo con la fiebre que entró a la ciudadanía por hacer deporte en casa, estafas piramidales con inversiones en criptomonedas , en la compraventa de artículos en páginas especializadas o estafas en la solicitud de préstamos personales con condiciones muy ventajosas en las que «cae hasta el más listo» , según la Guardia Civil.
Suplantación de identidad para ligar
Además, se detectó mucha suplantación de identidades en las redes sociales con perfiles falsos . «No se podía ligar en los bares y, ante el aburrimiento, la gente le dio por crear perfiles con la cara y datos de otros sujetos para iniciar contactos con otras personas», según el fiscal.
Pero las estadísticas judiciales no coinciden con la realidad de la criminalidad informática, porque todos los atestados de la Policía Nacional y Guardia Civil en los que no hay autor conocido no llegan a los juzgados, sino que se quedan archivados en las comisarías y cuarteles por si surgen una nueva línea de investigación. «Lo que llega a los juzgados es sólo la punta del iceberg» , según González, quien resalta la excelente cooperación entre la Fiscalía y ambos cuerpos de seguridad del Estado.
González explica a ABC de Sevilla «lo bueno» que tienen los delitos que se cometen con las conocidas como TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) es que «siempre dejan rastro» a través de la IP de los dispositivos electrónicos usados. Y cuando son delitos patrimoniales, es clave investigar «dónde va el dinero». «El dinero siempre va a algún sitio y hay que saber quiénes están detrás», añade.
No existe un perfil definido del delincuente que se esconde tras estos delitos, lo que sí tienen claro Guardia Civil, Policía Nacional y Fiscalía es que hay un reciclaje del delincuente común. Como señala el jefe de sección de la UDEF a este periódico, «el delincuente nunca se pondrá a trabajar , sino que evoluciona y deja la calle para irse a Internet». También existe una grado de responsabilidad en las víctimas por su inocencia y falta de precaución .
Las huellas
«El Covid-19 ha sido el mejor agente policial» , dice para explicar cómo han bajado todas las estadísticas de criminalidad en Sevilla, según las estadísticas de Interior. Los delitos «físicos» bajan pero en Internet «crecen día a día». «El delincuente tiene que llevar dinero todos los días a casa y maquinarse la fórmula . Al final son estafas clásicas pero en la red», añade. «Los delincuentes jamás se irían a una obra a trabajar porque delinquir es su modus vivendi», insiste.
No obstante, desde la Guardia Civil se explica que detrás de ciertos delitos, como la estafa con criptomonedas como el bitcoin, o la creación de web idénticas a las de bancos, existen perfiles de alto nivel con conocimientos y formación , que forman parte de organizaciones mundiales que navegan por «la web oscura». Son «delincuentes de guante blanco» .
También hay un perfil concreto, según el fiscal, del que lleva a cabo pequeñas estafas , de cien o doscientos euros, y como son delitos leves «sabe que no lo van a pillar porque no se investigan». Como el que comete hurtos en las calles.
La Policía Nacional hace una aclaración al respecto: «el atracador de Los Pajaritos no puede hacer» estos delitos de nivel en la red porque «no se puede reciclar de esa manera», pero los criminales informáticos sí mejoran.
Hay que distinguir entre las estafas burdas del que pone un anuncio para vender un artículo que no existe y por supuesto no entrega nunca al comprador pero usa una cuenta corriente de un familiar, fácilmente rastreable, hasta operaciones muy complejas como web simuladas con alta apariencia de realidad para el mercado de criptomonedas o el «phishing» (la obtención de información confidencial como una contraseña bancaria o números de tarjetas de crédito, haciéndose pasar por una persona o empresa de confianza en una aparente comunicación oficial electrónica, por lo común un correo electrónico).
Pero también hay que tener en cuenta la proliferación en Sevilla de estafas en el alquiler de viviendas a través de anuncios falsos en los portales inmobiliarios usando como enganche precios muy bajos. Suelen utilizar fotos que no responden a la realidad o son de otro inmueble. Hay quienes pagan el primer mes y la fianza sin llegar a verlo.
Y ojo a lo que alerta la Policía Nacional sobre el duplicado de tarjetas SIM de los teléfonos . Si alguien se llega a una tienda de telefonía con una simple fotocopia de tu DNI podrá solicitar en tu nombre un duplicado de tarjeta y ya tienen acceso a tu móvil y tus datos.
La frontera de Holanda
Otro ejemplo. Desde Sevilla se ha investigado la compra de un coche en Alemania . A través de una web se podía realizar el seguimiento del vehículo desde el país centroeuropeo hasta aquí. Además del anticipo por el coche, te hacen pagar por «problemas en la frontera de Holanda». Todo se hace con apariencia real, pero nadie se pregunta cómo hay fronteras dentro de la Unión Europea.
Los ciberdelincuentes buscan la perfección en sus acciones. Toman identidades de vendedores reales con datos reales para intervenir en operaciones de compraventa internacionales. En una operación de más de 100.000 dólares en fertilizantes entre Líbano y un país africano, el dinero terminó en una cuenta de un sevillano porque suplantaron la identidad del vendedor e hicieron llegar un correo falso al comprador indicándole una cuenta corriente nueva a la que ingresar dicha cantidad. Aquí aparece el hackeo a empresas en busca de facturas sin cobrar o de datos relevantes.
Cooperación internacional
Y en este punto entra en juego un elemento muy importante en las investigaciones de la delincuencia informática como es la cooperación judicial entre países . Gabriel González considera muy buena esta colaboración entre estados de la Unión Europea, algo que se complica con países del Este de Europa. Le preocupa la incertidumbre que genera al respecto la salida de la UE. Con Estados Unidos tampoco es sencilla por los plazos.
«Cuando hacen caso a la comisión rogatoria en un país no comunitario para bloquear una cuenta el dinero ya ha salido», lamenta. Frente a estos problemas para descubrir a los autores del hecho delictivo, la Fiscalía admite que a veces aspiran únicamente a recuperar el dinero para resarcir a las víctimas.
Las estafas piramidales se han trasladado a Internet con las criptomonedas, más difíciles de rastrear pero, según el fiscal, «siempre hay un gestor» y en Reino Unido hay muchos. «La gente sigue cayendo» ante los anuncios de altos rendimientos y en épocas de crisis como la actual aún más. Pero se sigue cumpliendo el dicho español de «nadie da duros a pesetas», recuerdan desde el Equipo de Investigación Tecnológica de la Guadia Civil. «Las gangas no existen», según la Policía Nacional.
Las fronteras no existen en la cibercriminalidad , pues el dominio de una web puede estar en Estados Unidos, pero quien maneja la página ilegal de descargas de series se sienta delante de un ordenador en Sevilla. La mayoría de los estafadores por la red suelen estar en los países que conforman el Cuerno de África, pero también en Senegal o Nigeria, según la UDEF.
Tampoco existe una colaboración óptima por parte de las compañías que gestionan las redes sociales, que sólo atienden las peticiones de información cuando son hechos muy graves. « No bloquean, pero tampoco es una cooperación fluida », según Gabriel González, porque ellos estiman que hay mucho volumen de asuntos y no atienden casos de calumnias o insultos.
Vende imágenes con doce años
El fiscal Gabriel González ha visto de todo encima de su mesa, pero hay casos que no se le olvidan por lo llamativo de los hechos, como el de una niña de doce años que denunció suplantanción de identidad en Instagram. En la foto de su perfil mostraba su trasero.
Ante el fiscal, que conoció del caso por la tutora escolar de la menor, reconoció a regañadientes que ella había puesto la foto en su perfil para ganar seguidores, pero negó que estuviera vendiendo imágenes suyas subidas de tono a cambio de dinero. González sospechó y resultó que era ella la que obtenía lucro con sus fotos .
Otro asunto. Detectó que Amazon vendía muñecas simuladas con rasgos infantiles . ¿Era pornografía virtual? Lograron que se retirara dicho anuncio tras solicitarlo a la compañía. Es evidente que el contenido sexual es un factor importante en la cibercriminalidad.
Fakenews
El fiscal aborda con este periódico la irrupción de las «fakenews», que ahora mismo no están penadas y que «han existido siempre». Para que puedan encajar en alguno de los tipos delictivos que actualmente rige el Código Penal y perseguirse como delito tendría que analizarse si esas noticias falsas atentan contra los derechos de las personas o esconden una estafa.
Una cuestión parecida pasa con las cadenas de mensajes en las redes sociales . Ante la dimensión que supondrían perseguir cada cadena de mensajes, ya que para investigar cada IP de los dispositivos electrónicos se necesita una autorización judicial, el fiscal apuesta por hacerlo cuando encierren un asunto de calado como fue la difusión de imágenes de contenido sexual de una trabajadora de Iveco que se quitó la vida o en el caso del vídeo de La Manada. Entonces sí hay que ir al origen del mensaje. Y todos los que lo reenvían podrían incurrir en un delito contra la integridad moral a la víctima.
De la investigación a la defensa
El evidente crecimiento de los delitos a través de la red en los últimos años y de forma acentuada durante la pandemia encierra una perfección en las formas de actuar de los delincuentes, pero de manera indirecta también exige un reciclaje constante a los abogados , sobre todo a los que ejercen las defensas de estos acusados.
Francisco Peláez, abogado de Penal Tech, un despacho andaluz especializado en la defensa de investigados por delitos informáticos, también corrobora la tendencia al alza de estos hechos durante al pandemia. «El abordaje de este tipo de asuntos precisa de una especialización».
Pese a que la mayoría de los delitos tradicionales pueden tener un equivalente en los delitos informáticos (estafas, robos, amenazas, coacciones, injurias y calumnias,...), lo cierto es que la defensa de este tipo de delitos requiere no solamente de un análisis técnico jurídico, sino también de « un enfoque técnico informático para lo cual, normalmente, desde primera hora se precisa de la intervención de un informe pericial informático para probar en el procedimiento judicial, por ejemplo, en el caso de unas amenazas por WhatsApp, la veracidad de los mensajes que se denuncian.
Otro ejemplo podría ser en el supuesto de descargas de contenido sexual ilícito por Internet. En estos casos resulta necesario para la defensa justificar, a nivel técnico, que esas descargas no se han compartido ya que esto supone un delito distinto a la propia descarga (si se prueba que no se han compartido estas imágenes o vídeos, no hay delito de distribución de este tipo de materiales).
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