Carta de los nietos de Fernando de Parias Merry

« Querido Dios,

Hoy vas a ver a nuestro abuelo, te hemos hablado ya mucho de él, se llama Fernando. Es alto, de pelo oscuro, de buena planta y muy elegante. Te vas a tener que fijar muy bien porque es muy discreto y no le gusta llamar la atención. Estamos seguros que no te va a costar reconocerle entre tanta gente.

Te esperará en la puerta del Cielo, tranquilito, cumpliendo con la fila que haya, confiando en que Aparezcas, estoy segura que incluso habrá aparecido antes de tiempo porque es muy puntual. Seguro que le reconoces por la inmensa paz que transmitirá su mirada y la alegría de por fin estar Contigo.

Te pedimos que salgan a recogerle sus hijas Fátima y Paz y su nieta Clarita, que estamos seguros que lleva contando los días para verlas. Que corran hacia él y le abracen fuerte, fuerte, fuerte. Y de camino a Ti que le vayan contando muchas cosas: que le cuenten lo que es estar Contigo, estar Contigo para siempre, lo que es gozar en Tu Presencia. Que le cuenten que hemos nacido para eso, para merecer la Vida Eterna, para gozar de la plenitud de estar Contigo.

Que le cuenten que lo ha logrado, que ha sabido acoger Tu Llamada al amor en la tierra, que ha vivido una vida plena y entregada a los demás, a abuela Ivita, a sus hijas: Inés, Cristina, María Luisa, Fernanda, Carlos, Alejandra y Patricia, y a nosotros sus 33 nietos. Una vida entregada a Ti, para la que hemos sido creados, y que ahora le toca disfrutar y gozar, gozar de la felicidad eterna.

Y cuando ya hayan acabado de contarle, cuando ya se lo hayan dicho todo sobre Ti y el Cielo, entonces que vayan los cuatro juntos de la mano a estar Contigo. Entonces, Dios, cuéntale lo mucho que nos tiene que cuidar a todos desde el Cielo, que el abuelo es muy trabajador y le encanta cumplir metas. Que cuide en especial a abuela, que le dé muchas fuerzas para seguir adelante, y que nos ayude a nunca separarnos de Ti.

Dile que nos enseñe a todos sus nietos a buscar la santidad en las pequeñas cosas de cada día. Y finalmente, Dios, queremos darte las gracias, gracias y gracias por habernos dejado disfrutar de nuestro abuelo todos estos años. Ahora el disfrutará por completo de TI.

Sus 33 nietos»