Los camiones de la planta de reciclaje de Estepa inflaban el peso de la basura para facturar más

Otra de las líneas de investigación policial está en la báscula , ya que varios trabajadores han confesado que se inflaba el peso de los camiones de recogida de basura para facturar más a los ayuntamientos que participan en el Consorcio, concretamente 17 de la Sierra Sur más Écija.

ABC ha podido hablar con varios trabajadores de la contrata que se encarga de la retirada de residuos en los pueblos y de su transporte hasta la planta de Matagrande. Todos coinciden en que se solían certificar pesos superiores a los que realmente llevaban porque la basura se factura por kilos. «Cada camión tiene un máximo de 41 toneladas y casi siempre se registraba ese peso, pero muchas veces íbamos a la mitad», ha explicado uno de ellos a este periódico, aunque prefiere permanecer en el anonimato por temor a represalias.

Estos detalles también están recogidos en los atestados policiales, que trabajan en dos vías muy concretas: la fórmula para desviar el dinero y la estrategia para blanquearlo posteriormente.

En la primera de estas líneas hay a su vez varias pesquisas: posibles contratos falsos, las empresas instrumentales a las que se adjudicaban y los sobrecostes de las facturas. Un caso bastante llamativo es el de la contratación de los portes a una sociedad que no está vinculada a los imputados, pero que fue la elegida para este servicio a pesar de que había otras ofertas más baratas . En este contexto, los investigadores también pusieron la lupa sobre la báscula del pesaje de camiones, en la que según las fuentes del caso consultadas también hay vínculos familiares con los dos principales responsables de la planta , el interventor, José Antonio Mañas , y el jefe, Manuel Ibáñez . Varios empleados confirman que los pesos no eran siempre correctos. De esta forma se facturaba más a los ayuntamientos de la basura que realmente habían producido.

En cuanto al blanqueo, el juez está a la espera de tomar declaración al matrimonio de Córdoba que los directivos de la planta de reciclaje usaron como intermediarios para comprar parcelas a un precio por debajo de su valor de mercado. Estas dos personas se acogieron a su derecho a no declarar ante la Policía.

En todo caso, ambas irregularidades tienen relación directa con el posible perjuicio medioambiental que la gestión de la planta ha provocado en la Sierra Sur. ABC ha tenido acceso a nuevas imágenes que demuestran cómo la basura se enterraba en las balsas sin reciclar e incluso se estuvo acumulando durante meses en una parcela ajena al complejo en la que no hay ninguna separación de los residuos. Los empleados consultados aseguran que los responsables decidieron enviar los restos a ese solar porque se produjo una huelga de trabajadores en la empresa que se encargaba del entierro de los residuos y no supieron qué hacer con la basura, así que habilitaron un espacio distinto al de la propia planta para no acumularla en un lugar visible.

En las fotos y vídeos que maneja este periódico se aprecia con nitidez cómo se acumulan los desperdicios directamente en las balsas o en el otro solar sin pasar por la cinta de reciclaje y también se comprueba cómo los camiones depositan elementos que no tendrían que ir a esa planta, como neumáticos, colchones y palés de madera. En teoría, este tipo de residuos tienen que tratarse aparte en los puntos limpios, pero en Matagrande no sólo no se reciclaba, sino que se incluían en los restos materiales que ya tendrían que haber sido apartados en el proceso de recogida en los pueblos.

De esta forma también se incrementaba el peso de la basura facturada , aunque la clave está en la báscula, donde se centran las pesquisas policiales.