¿Por qué se caen los árboles en Sevilla?

« Tenemos todos los árboles del viario inventariados y le hacemos un seguimiento, clasificándolos en cuatro categorías según el riesgo, lo que se viene haciendo desde el año 2018, lo que ocurre es que son seres vivos y no podemos controlar todos los parámetros».

«El número de árboles que se caen es relativamente pequeño, lo que pasa es que es muy llamativo si se cae un árbol como el del otro día en la calle Recaredo. Los árboles en las ciudades entre los vehículos, las obras que se hacen y que en numerosas ocasiones dañan las raíces y demás, están sometidos a una situación de mucha más agresión de lo que puedan estar los árboles en el campo», afirma.

Los árboles de Sevilla están sometidos a un seguimiento «muy exhaustivo, pero trabajamos con seres vivos », que además muchos proceden de sitios lejanos. «Los grandes ficus de los jardines de Murillo, San Pedro o el Museo están sometidos a un seguimiento exhaustivo», aunque a veces ocurren hechos como los de San Jacinto, árbol de la iglesia que cuando se subió a una altura de 50 metros con una plataforma especial que hubo que traer, «el árbol tenía pudriciones que desde el suelo no se pueden detectar».

« Los ficus son árboles problemáticos , que tenemos muy controlados pero que son complicados y estamos buscando fórmulas nuevas para retener las ramas o prever su caída. Hay ciudades que ponen una especie de paraguas por debajo. Los ficus son árboles centenarios de vez en cuando tiran ramas porque es su manera de podarse, estamos hablando de unos árboles que proceden de Tasmania».

«Desde luego hacemos un seguimiento exhaustivo y después tenemos una ciudad muy agresiva, no tanto por la contaminación como por el clima. Aquí tenemos un problema de temperaturas tremendo que hace que se dificulte la gestión. Hacemos un seguimiento muy exhaustivo, con ficha por árbol y con seguimiento en función del riesgo que detectamos, que puede ser mensual, semestral, anual o cada dos años».

Hubo un año que representó un antes y un después que fue el año 2018 , «cuando se produjeron unas caídas bastante importantes de árboles, y la dirección de entonces decretó una tala de los árboles que tenían un riesgo extremo. Hubo muchos plátanos de sombra que se eliminaron para reducir el riesgo. Después nos encontramos con cosas tan curiosas como lo que ocurrió en San Lorenzo, que eran árboles aparentemente en buen estado pero que hubo que podar porque estaban huecos. Hubo que quitarlos todos y sustituirlos».

«Los plátanos que hay entre la Universidad y el palacio de San Telmo están muy deteriorados . Son muy antiguos y hay un plan para ir sustituyéndolos de manera natural poco a poco por árboles nuevos. Algo similar a lo que ocurre en la avenida de la Borbolla y Manuel Siurot». «Aquí, con las temperaturas que tenemos las plagas proliferan mucho más rápido». También hay problemas con los pinos cuando se plantan muy cerca de las fachadas y el árbol se va torciendo para buscar la luz, y entonces llega un momento que la cabeza le pesa tanto que acaban volteando.

«En Sevilla tenemos en las calles aproximadamente 180.000 árboles, y el número de árboles que se caen son muy pocos. Poco a poco se van a ir sustituyendo de manera natural en unos 30 años los plátanos que dan problemas, porque además producen alergia». «De los 180.000 árboles que hay en Sevilla posiblemente hay que sustituir de manera natural (no apeo, ni tala) muchos árboles problemáticos. Hay árboles que en su momento se plantaron cerca de fachadas, barriadas que por ganar zonas verdes rápido se pusieron con una densidad mayor que la adecuada. Es una causa muy variada que hace que poco a poco se vayan sustituyendo árboles».

En cuanto a la situación de los árboles en el Centro de la ciudad, «cuanto más viejos son los árboles, más fácil es su estado de pudrición», aunque «en el Centro de la ciudad no hay mayor riesgo por los árboles que en cualquier sitio, no es especialmente conflictivo», asegura Mora-Figueroa.

Cuando hay temporal, «cerramos los parques porque es donde se produce la mayor concentración de árboles. Esta semana pasada hemos tenido que cortar en el parque Vega de Triana diez pinos porque estaban muertos por los ataques de escolítidos. Estamos constantemente encima de los árboles», asegura. En total este departamento se ocupa de 180.000 árboles y de 900 hectáreas de parques. «Es una labor muy grande y se hace todo lo que se puede. El seguimiento que se hace del riesgo de los árboles es exhaustivo y a pesar de todo hay accidentes, que es inevitable».

Mora-Figueroa asegura que «las podas cada vez las hacemos más cuidadosas. Mucha gente nos achaca que las haceos demasiado escasas. Hoy en día las técnicas avanzan y los árboles se cuidan con mucho más cuidado y se poda menos. Cuando más se poda es cuando hay árboles cerca de las fachadas, que tenemos que apantallar la zona más cerca de la fachada, que se poda más. Si alguna vez hay alguna ‘salvajada’ probablemente no la hayamos hecho nosotros. Somos muy cuidadosos y en algunos casos más de la cuenta».

¿De quién dependen los árboles? dentro de Sevilla hay una serie de barriadas que por razones múltiples no están recepcionadas y que el mantenimiento lo hacen las comunidades de vecinos, mientras se trata de árboles pequeños o jardines «no hay problemas, pero cuando hablamos de árboles muy grandes, estos vecinos tienen problemas muchas veces para mantenerlos».

Se acaba de aprobar un expediente concreto que se llama ‘Actuaciones puntuales por motivo de riesgo en zonas no recepcionadas’ para poder intervenir en una serie de árboles como un pino de la calle Jerusalén, en Sevilla Este hay un ficus con problemas, en la linde de Bellavista con el ferrocarril,... «aunque no los mantengamos los conocemos, pero estamos tratando con seres vivos», recuerda.