Política municipal

Cabrera admite ahora que sí habló con el jefe de la Policía Local de su incidente en el bar

En una carta enviada al PP con su relato de los hechos, el concejal de Seguridad niega haber «utilizado el cargo»

El teniente de alcalde reconoce que habló con el responsable policial, pero que no dio «instrucciones» para la inspección

Cabrera, con Espadas en la presentación de nuevos agentes de la Policía Local Juan Flores

Eduardo Barba

El teniente de alcalde y concejal delegado de Seguridad y Movilidad del Ayuntamiento de Sevilla, el socialista Juan Carlos Cabrera , ha admitido por primera vez que habló por teléfono con el jefe superior de la Policía Local de Sevilla, José Medina Arteaga ... , el día 6 de enero tras el incidente que el edil y su familia protagonizaron en el restaurante El Principico del parque de los Príncipes a raíz de una discusión con los encargados del mismo por la negativa del establecimiento a colocarles una mesa para diez personas. Ese día en concreto la normativa sobre las medidas para contener los contagios de Covid-19 permitía diez personas comiendo en la misma mesa, pero en el bar plantearon a Cabrera y su familia dos mesas separadas y el asunto derivó en encendida disputa verbal y con el político y los suyos marchándose del local. Minutos después, agentes de la Policía Local se personaron en el restaurante y estuvieron realizando una inspección durante horas, hechos que han sido denunciados primero por el bar y luego por la oposición municipal (PP y Vox) como un evidente abuso de poder del que es mano derecha del alcalde, Juan Espadas , a la sazón jefe político del propio cuerpo policial local.

El edil ha modificado su versión inicial y ahora sí reconoce que charló por teléfono con Medina del incidente en cuestión. Lo ha hecho en una carta que ha trasladado este jueves al PP con su relato de los hechos de pasado 6 de enero tras la petición de este partido de comparecencia del concejal para dar explicaciones en un pleno en el que, finalmente, Cabrera tuvo que ausentarse por haberse contagiado de Covid-19 varios días después de ese almuerzo familiar frustrado en el bar de Los Remedios. Ante eso, los populares han señalado directamente al alcalde, exigiéndole a él que «dé la cara» y responda a las cuestiones más espinosas de este tema, principalmente si el teniente de alcalde había hablado con el jefe de la Policía para que actuara después de ese incidente de ámbito estrictamente personal. Esta misiva de Cabrera, por tanto, debe entenderse también en términos políticos como un dique de contención para que no tenga que ser Espadas el que comparezca para referirse a este tema que tanta polvareda ha generado.

En dicha carta, a la que ABC ha tenido acceso, Cabrera llega a admitir en uno de los párrafos finales que «entre las muchas conversaciones» que mantiene «a diario con el jefe de la Policía, también ese día» las tuvo. «En una de ellas comenté el desagradable incidente», dice para añadir que no dio directriz alguna. «Ni impartí instrucciones de ningún tipo ni alenté ningún tipo de actuación, sino que fui completamente ajeno e incluso desconocedor de las actuaciones que la Policía Local decidió realizar como consecuencia de la denuncia telefónica que un familiar mío había decidido realizar», señala Cabrera haciendo ver que, pese a haber hablado con Medina del percance no le dio indicación alguna que estuviera relacionada con la posterior y exhaustiva actuación de los agentes en el restaurante. « En ningún caso di órdenes de ningún tipo ni a la Policía Local ni a la Policía nacional ni al Cecop ni a nadie para que actuaran en algún sentido en relación con los incidentes», reitera.

«Cuando la Policía llegó al local ni mi familia ni yo nos encontrábamos en él, pues nos habíamos marchado, razón por la que no se interpuso la denuncia formal en relación con el deber que tiene el restaurante de proporcionar el libro de reclamaciones. A partir de aquí, toda la información relativa a la actuación me ha sido suministrada por el jefe de la Policía », indica en la carta Cabrera, que en su relato pasa entonces a aclarar los pormenores de dicha actuación a tenor de los datos que a posteriori, según dice, le fueron suministrados. «Por la información que me trasladan, el patrullero acudió entre treinta y cuarenta minutos después de la llamada» que esta familiar realizó «por error» al 062, el número de la Guardia Civil, cuerpo que desvió el asunto al 112 y éste, a su vez, al Cecop del Ayuntamiento y a la Policía Local, según esta versión. «Durante todo el tiempo de la actuación sólo permanecieron en el restaurante dos agentes -relata Cabrera-. Mientras se desarrollaba la actividad, pasaron por el local dos parejas más, aunque no puedo confirmar fehacientemente este extremo puesto que no hubo actuación por su parte ni se formalizó documentación. En cualquiera de los casos, fueron agentes de la escala básica, sin graduación, ningún miembro de la escala técnica ni el jefe de la Policía». Como este periódico adelantó, la Policía interpuso seis sanciones al restaurante a raíz de esta amplia inspección.

«Criterios técnicos de la Policía»

Según narra el edil, «la actuación policial se desarrolló en todo momento de acuerdo con criterios técnicos de la Policía requiriendo al local aquella información y documentación que garantiza que el establecimiento cumple la normativa». La carta, en ese sentido, corrobora con nitidez que sí se produjo una inspección exhaustiva del recinto. ¿Cuánto tuvo en ese que ver que en el incidente estuviera implicado el concejal responsable de Seguridad? Éste alude también al tiempo de respuesta de los agentes, asegurando que no tiene «datos exactos» sobre el tiempo medio de reacción. «En cualquier caso, existen grandes diferencias en el tiempo de respuesta dependiendo de los policías disponibles, del número de llamadas, la naturaleza de las actuaciones o mayor o menor cercanía de los patrulleros. Durante el Plan de Navidad este tiempo se reduce considerablemente », destaca para justificar la rápida presencia de policías en El Principico.

Cabrera inicia esta carta, con todo, explicando que «el procedimiento propuesto por el PP para responder a estos hechos es anómalo y forma parte de una estrategia de ruido y desgaste político ante un desagradable incidente que las partes que intervinieron ya han zanjado y aclarado por voluntad propia». Se refiere en ese punto el teniente de alcalde a la reunión que él mismo mantuvo con el responsable del restaurante para intentar zanjar la cuestión varios días después. Con todo, el asunto ha llegado a los tribunales tras admitir a trámite un juzgado de Sevilla la denuncia interpuesta por Vox Sevilla , que considera que se han producido presuntos delitos de coacciones, abuso de autoridad y prevaricación tras el incidente del día de reyes.

El concejal subraya también que la Constitución «ampararía» su derecho «a guardar silencio», dada la existencia de un procedimiento penal abierto en su contra. «Para salvaguardar mi elemental derecho de defensa, incluso el propio alcalde tendría que guardar silencio , pues preguntarle a él por hechos que no ha protagonizado y de los que sólo tiene conocimiento indirecto constituye un intento de burlar no sólo el rechazo de la solicitud de mi comparecencia sino también mi derecho constitucional a no declarar , sobre todo cuando el denunciante en esa causa penal forma parte del pleno del Ayuntamiento», indica en alusión a la denuncia de Vox y haciendo ver una clara estrategia de protección de Espadas justificando que no tenga que comparecer por la actuación de la Policía Local el 6 de enero. «No obstante -indica-, no tengo inconveniente en aclarar aquellas cuestiones que se planteaban en la comparecencia con el objeto de que no quede duda alguna sobre mi comportamiento».

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