Bieito Rubido: «Necesitamos discursos que digan qué país somos»

En su disertación, el periodista gallego advirtió la falta de un discurso –en todas las esferas, en la clase política, social y económica- que «diga quiénes somos y qué hemos hecho en el mundo». «España es un país vigoroso que no termina de convencernos», subrayó. Y para demostrarlo, el director de ABC enumeró hitos empresariales, sociales, políticos, y datos en infraestructuras, sobre medioambiente en donde España es líder en el mundo o goza de una respetable posición . Un repertorio de cifras y datos capaces de convencer a alemanes o franceses, cuyo sentimiento de pertenencia fue reseñado por el propio Bieito.

El director apeló a reflexiones y comentarios de personalidades, como la modelo Astrid Klisans, esposa del cantante Carlos Baute, quien comentó que «los españoles son felices pero ellos no lo saben»; o del compositor Andrés Calamaro: «no saben lo que tienen».

Y, efectivamente, Rubido habló de un cierto pesimismo que rodea al español, en su ADN. «Una cierta negatividad», declaró. Esta negatividad tiene como argumento principal la leyenda negra y la subcultura de la queja.

Como botón de muestra de este pesimismo a lo español, el director de ABC echó mano de una encuesta de Naciones Unidas de 2013. « España es el penúltimo país donde sus ciudadanos están más orgullosos de pertenecer . El primero es China, el segundo Rusia y Estados Unidos está en noveno lugar». Sin embargo, el director de ABC puso sobre la mesa cifras y datos que nos dan una idea de lo que es España, de su presente y de todo su potencial. « Somos el quinto país más seguro del mundo , el segundo fabricante europeo de coches, el país de Europa con más fibra óptica, el segundo del mundo con más kilómetros de alta velocidad, líder del mundo en reservas de la biosfera y líder mundial en transplantes de órganos en hospitales públicos».

Rubido concluyó su disertación con una frase: «Mi padre me dejó como herencia pertenecer a un país y entre las cosas que me solía decir es que no se puede hablar mal del pueblo en el que uno nació ni de la empresa en la que uno trabaja. Me siento muy orgulloso de ello y es lo que tenemos que enseñar a nuestros hijos».