Urbanismo
El barrio sevillano que nunca existió en los suelos de Cruzcampo
La pretensión de que estrellas mundiales de la arquitectura diseñaran el futuro de los terrenos de la fábrica de cerveza en 2006 se diluyó sin dejar rastro
Javier Rubio
Iba a ser el gran muestrario del star-system de la arquitectura internacional : una especie de catálogo estelar de los grandes nombres de la arquitectura planetaria para dar lustre a los suelos liberados por la fábrica de Cruzcampo y el ... almacén de Abengoa en la avenida de Andalucía. La operación venía bendecida por el entonces alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín , siempre atento a fabricar fotos y acumular hitos, aunque fueran tan costosos como las Setas. Los reunió el 25 de septiembre de 2006 en la Alcaldía baja y se asomó con los genios a la ventana de su despacho para quedar inmortalizado como el alcalde que iba a meternos de lleno en la posmodernidad.
El nuevo barrio de la Cruz del Campo iba a ser el colofón del resurgir arquitectónico que experimentaba la ciudad a mediados de la primera década del siglo XXI, rememorando así el momento de brillantez que supuso la Exposición Universal de 1992. En 2005, la multinacional Abengoa había elegido al británico Richard Rogers para construir un conjunto de oficinas en el llamado campus de Palmas Altas . Y en marzo de 2006, Zaha Hadid había recibido el encargo de la Universidad de Sevilla de proyectar una biblioteca en el Prado de San Sebastián . Las autoridades socialistas de la época soñaban con reunir en Sevilla un repóquer de premios Pritzker (si bien no se hubiera completado hasta el de Isozaki del año pasado).
Los tribunales y la crisis económica echaron por tierra todos los cálculos. Sólo Rogers llegó a ver edificado su proyecto . La oposición de los vecinos, esgrimiendo el PGOU en vigor, mediante sentencia del Supremo , desbarató, en el sentido más literal, el sueño de Hadid. Y el concurso de acreedores de Urvasco , el grupo empresarial que había adquirido los terrenos por la astronómica cantidad de 330 millones de euros para una promoción inmobiliaria de altos vuelos, evaporó para siempre la posibilidad de que Isozaki, Nouvel y Foster construyeran en Sevilla.
El pleno enterró este jueves el proyecto de un barrio urbanizado por las grandes figuras del star-system arquitectónico
El pleno ordinario del Ayuntamiento de la capital aprobó este jueves el plan especial que supone una nueva ordenación urbanística de esa inmensa bolsa de suelo residencial en la antigua fábrica de Cruzcampo donde se levantarán 2.000 viviendas, un gran parque de 70.000 metros cuadrados , equipamientos deportivos y una comisaría de policía. Nada que ver con el delirio constructivo de 2006.
Han tenido que pasar casi dos décadas para que Sevilla esté en disposición de urbanizar los terrenos recalificados donde se asentaba la fábrica cervecera. El grupo Heineken había tanteado antes de 2001 la posibilidad de abandonar su emplazamiento en Nervión para levantar una nueva planta con mayor capacidad industrial en las afueras de la ciudad, pero no se concretó hasta octubre de 2003, cuando cuajó el acuerdo bendecido por Izquierda Unida , que gobernaba en coalición con los socialistas.
La ciudad entregaba territorio a cambio de mantener empleo industrial en la ciudad, concretamente en Torreblanca donde se instaló la cervecera, algo así -salvando todas las distancias- como lo que árabes e israelíes habían negociado desde la conferencia de Madrid: paz por territorios. La ciudad inevitable , esa que siempre termina por abrirse paso cuando intervienen las poderosas fuerzas del mercado, buscaba el aval inobjetable de las grandes firmas de arquitectura.
De aquel proyecto que había liderado Vázquez Consuegra no queda ni rastro . Ni siquiera en las páginas de internet de los proyectistas involucrados. En los catálogos de Nouvel o Isozaki, ni una mención ni siquiera en el apartado de proyectos que nunca pasaron del papel en que se dibujaron. Sólo en la página de Foster y Asociados se habla de un «masterplan for Seville» en el remate de una nota de prensa del 21 de marzo de 2007 en la que se daba cuenta de la adjudicación del concurso para construir la Ciudad del Motor en Alcañiz (Teruel) en torno a un circuito de motociclismo.
En el último párrafo, se alude a los varios proyectos en los que trabajaba entonces el estudio , que anticipaba para mayo de ese año una oficina central en Madrid para impulsar las adjudicaciones de la Ciudad de la Justicia en Madrid, la sede central de Repsol YPF, las bodegas Portia del grupo Faustino en Burgos y «un plan director para Sevilla» que debe referirse al encargo de Urvasco .
Manzanas de autor
El proyecto original, tal como lo presentó el presidente de Urvasco, Antón Iráculis, en 2006 incluía una manzana de viviendas a cargo de cada uno de los cuatro arquitectos invitados para hacer el plan director, si bien no se había definido entonces el reparto de tareas tanto para la urbanización de los terrenos con una edificabilidad de 255.168 metros cuadrados como el hotel de 150 habitaciones de gran lujo, la zona comercial y los edificios de oficinas. Nouvel avanzó cómo sería el proyecto: «Va a reflejar el alma de Sevilla y vertebrar la visión poética de Sevilla , pero no copiar la Sevilla que ya existe». Finalmente, nunca llegó a exisitir ni la copia ni el proyecto.
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