Brotes Covid Sevilla
El Ayuntamiento de Sevilla amplía el plan antibotellón para frenar los contagios entre jóvenes
El dispositivo diseñado para los fines de semana se hará también en días laborables
Agentes de la Policía Local vigilan la Alameda de Hércules tras levantarse el estado de alarma
Si al principio de la pandemia la preocupación de las autoridades se centraba en las personas ancianas y su especial vulnerabilidad ante el Covid-19 ; transcurrido casi un año y medio de aquel primer azote, los esfuerzos se concentran ... en detener los contagios entre los jóvenes. Las salidas nocturnas, los botellones y que son una población con muy poca protección ante el virus, han convertido a este sector en el protagonista absoluto de una quinta ola pandémica que amenaza, no tanto a la actividad en los hospitales como sí a una temporada estival que no ha hecho más que empezar.
Hay gobiernos autonómicos que han cancelado de nuevo el ocio nocturno, otros que reclaman el regreso al toque de queda y ayuntamientos como el de Sevilla que está reorganizando sus planes policiales para frenar uno de los principales focos de contagio: las concentraciones desordenadas en la vía pública como los botellones. En esta línea, el Ayuntamiento va a ampliar el actual dispositivo contra los botellones que funciona los fines de semana a días laborables tras detectarse que al finalizar el curso, los jóvenes también se echan a la calle jornadas como el miércoles o el jueves.
Las últimas actuaciones policiales evidencian que el botellón se ha hecho fuerte en el paseo Marqués del Contadero , en las inmediaciones del río junto a Plaza de Armas, en el entorno de San Marcos, Alfalfa o en zonas más alejadas del Centro como Tres Barrios. Fuentes municipales explican a ABC que quieren poner en marcha este dispositivo en los próximos días aunque aún no se ha terminado de diseñar. En esencia consiste en reforzar con más agentes el horario nocturno en días donde la presencia policial decae a partir de las diez de la noche.
La evolución de la pandemia ha ido obligando a modificar los dispositivos de seguridad. En abril, la Policía Local tenía que reorganizar sus efectivos tras el final del estado de alarma y el regreso de la movida nocturna. El estreno de aquella primera noche fue descorazonador, no sólo en Sevilla sino también en otras capitales españolas. Los vídeos grabados de aquellas celebraciones que se montaron en la calle hizo reaccionar a las autoridades. Las imágenes captadas en la Alameda de Hércules de decenas de personas bailando y cantando sin adoptar ningún tipo de medida de prevención provocó la activación de un plan que comprendía varias líneas de ataque: por un lado, incrementar una mayor presencia policial en las zonas calientes donde se realiza botellón para disuadir a los jóvenes; y por otro, seguimiento del horario de cierre de los establecimientos, especialmente en algunas zonas para evitar que derive en aglomeraciones. También los agentes están muy pendientes del cumplimiento de medidas de aforo y uso de mascarilla en el interior de establecimientos para tratar de poner orden. Este refuerzo de la vigilancia que se realizaba de viernes a domingo, se va a ampliar ahora a más días de la semana. Fuentes municipales señalan que también se ha detectado cómo baja el número de personas que se concentran en la calle por los desplazamientos a las zonas de veraneo.
De récord en récord
Desde el pasado mes de abril se han registrado en torno a 12.000 denuncias a personas que estaban participando en concentraciones para el consumo de alcohol en la vía pública en un total de 429 actuaciones realizadas en toda la ciudad. El ejercicio sancionador es notablemente más alto que en años anteriores. El botellón no sólo consiguió burlar las restricciones en los momentos más difíciles de la pandemia, cuando el ocio nocturno estaba completamente suspendido, sino que además ha ido en aumento conforme las medidas se han ido flexibilizando. Sirva de comparación las 12.000 denuncias formuladas en tres meses frente a las 1.078 que se tramitaron en el mismo periodo del año anterior. En 2020 fue cuando se ordenó aumentar los controles al constatar que no se conseguía erradicar esta práctica en las calles a pesar de la crisis sanitaria.
Los infractores se enfrentan a multas que van desde los 100 a los 300 euros por consumo de alcohol en la vía pública. Las más elevadas se reservan para conductas especialmente graves como ser el promotor de la concentración o que el botellón sea masivo.
Además de botellones, la Policía Local tiene en su diana los establecimientos que incumplen reiteradamente con las normas. Desde el Consistorio subrayan una y otra vez que son una minoría. Pero son locales donde se llegan a concentrar centenares de jóvenes con el consiguiente riesgo.
Según informó el Ayuntamiento, durante este pasado fin de semana se realizaron 36 servicios, con un total de 43 denuncias y más de 500 personas desalojadas en distintos puntos de la ciudad que se encontraban consumiendo alcohol en la vía pública. Lo agentes desbarataron botellones en los bajos de Marqués de Contadero y en en el entorno del mercado de La Candelaria, uno de los puntos que están dentro del dispositivo especial que en estos momentos se está rediseñando. Además fueron desalojadas otras 210 personas de establecimientos que incumplían normas relativas a aforo, seguridad u horario.
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