#ArchivoABCsev: un paseo por la Feria de Abril de Sevilla... en coche

A inicios del mes de abril, el gobierno municipal junto a la asociación de hosteleros de Sevilla, plantearon una celebrar una «Feria alternativa» y animaron a que las mujeres se vistieran de flamenca y los hombres de traje corto durante la semana que coincidiría con la Feria . Se idearon unas jornadas con ambiente feriante, actividades, pasarelas flamencas y decoración de Feria. Sin embargo, para el pesar de los feriantes (de los que viven la Feria) y de los hosteleros (los que viven de la posible Feria), el avance de la cuarta ola de coronavirus ha desbaratado todos esos planes . Tan sólo se mantiene el parque de atracciones, la programación cultural y la iluminación de las calles . Ya habrá tiempo de disfrutar la fiesta al completo.

La imagen protagonista de este viernes nos muestra a un grupo de amigos paseando en coche por el Real de la Feria . Sospechamos que puede datase de finales de los años 40, una vez acabada la Segunda Guerra Mundial, o primeros de los cincuenta. Esta misma estampa es imposible este año (y cualquier otro) por el campo de la Feria, pero sí puede darse por otros enclaves de la ciudad . No es dificil imaginar que los sevillanos, esperemos que respetando las medidas para evitar la propagación de los contagios de Covid-19 (recordamos que el número máximo de personas en las reuniones es seis) , seguramente celebren en la medida de sus posibilidades la Feria. No hay más que recordar la cantidad de imágenes que este periódico recibió el año pasado con «la Feria confinada» que celebraron muchos sin salir de las cuatro paredes de su casa. Por ello, posiblemente en los próximos días haya flamencas por la calle , y en coche, aunque muchas menos de las que la mayoría quisiera.

Debido a que el traje de flamenca es el único vestido regional que evoluciona con el paso de los años, tiene moda y pasarelas de índole internacional, la estética de las flamencas de la fotografía nos indica la antigüedad de la foto. Con los mismos elementos que en la actualidad (volantes, lunares, mantoncillos y flores en el pelo), el vestido de gitana cambia. En la instantánea se aprecia, por ejemplo, que el talle es mucho más alto que en los vestidos actuales , los volantes de las mangas son abullonados nacen en el hombro en lugar de en el antebrazo y el vestido en general presenta más volumen.

La silueta de la mujer actual vestida de faralaes va muy marcada, al contrario que las de las señoritas fotografiadas. El motivo de este cambio estriba sobre todo en la calidad de la tela con la que estaban confeccionados los trajes de flamenca. Antiguamente el tejido más usado era el algodón y además, en ocasiones debajo de los volantes llevaban otros de organd í , lo que aumentaba el efecto abullonado del que hablábamos antes. En la actualidad se sigue empleando el algodón pero «mezclado» con otras fibras y tejidos elásticos que favorecen la adaptación del vestido al cuerpo de le mujer, y que hacen el vestido mucho más cómodo.

El peinado también es propio de la época. Con respecto a los complementos, vemos que se abandona el uso de la mantilla, quedando el pelo recogido en un moño con ondas, tal y como mandaba la moda del momento. Las flores se disponían a un lado de la cabeza y las peinetas, en ocasiones, eran de un tamaño considerable . El cabello de las tres mujeres subidas al coche va con medio recogido y con un tupé encima de la frente. Una estética completamente contraria a la actual, en la que las mujeres por lo general llevan el pelo muy estirado en una coleta o con un moño bajo.

El fotógrafo captó el momento en el que dos automóviles paseaban por el Real, al igual que hoy en día van los coches de caballos. Tal y como señalaba Javier Rubio en el dorso de esta fotografía cuando se entregó encartada con el periódico, hay dos automóviles que comparten protagonismo. Del primero no se puede precisar exactamente el modelo y la marca, hay pocos detalles apreciables. Pero el segundo, con matricula de San Sebastián, podría tratarse de un Ford de antes de la Guerra. Junto al vehículo de atrás aparece un jinete uniformado del Ejército portando un gorrillo isabelino.

Entre los detalles a destacar del grupo de personas fotografiado, y que apoya la teoría de que fue captada en los años 50, vemos la forma de peinarse de los caballeros, engominados hacia atrás o el diseño de las gafas de sol.

Salvando mucho las distancias y tras la polémica suscitada en Sevilla por el plan global (aunque desde el Ayuntamiento y desde la propia asociación de hosteleros preferían hablar de iniciativas particulares y de un dispositivo organizado desde instancias superiores), que invitaba a los sevillanos a sacar los trajes típicos a la calle , nos topamos con este mensaje del consistorio hispaense de finales de los años cuarenta.

En 1948, cuando se conmemoró el centenario de la Feria de Abril , el primer teniente alcalde, delegado de Ferias y Festejos, Manuel Bermudo, dirigió una invitación a mujeres sevillanas publicada en el periódico el 7 de marzo de ese año. El mensaje versaba lo siguiente:

«Será necesario que la blanca mantilla, los trajes de faralaes y el mantón de Manila triunfen en la Feria, como signos de la elegancia de un pueblo de señorío. A esto se te invita, mujer sevillana. Es simplemente un detalle de buen gusto, de ornato, de gentileza. Y con él, la afirmación de lo que, por ser inimitable, es única y verdadera expresión de nuestra manera de ser».