Historia de Sevilla
#ArchivoABCsev: Gracias a la Eurocopa hemos vuelto a ver el fútbol (casi) como se ha hecho toda la vida
Hubo un tiempo en el que acercarse al bar era la única forma de los sevillanos para ver un partido de fútbol televisado
Retransmisión de fútbol en la Plaza del Pumarejo
La celebración de la Eurocopa 2021 en el estadio olímpico es uno de los puntos de partida de la auténtica vuelta a la «normalidad» en Sevilla . Por un lado, la economía, pues la estimación del Ayuntamiento pronostica que este evento deportivo dejará un impacto directo de 61 millones de euros ... , teniendo en cuenta el gasto en hoteles, restaurantes, comercio, transporte y monumentos. Por otro lado, el turismo, tal y como publicamos hace unos días «la competición futbolística será el primer gran acicate del turismo desde que se declaró la emergencia sanitaria y dará oxígeno a las empresas que tienen por delante un largo verano de baja demanda» . Y además… vuelve el fútbol. La cifra se eleva a los 203 millones si se incluye la repercusión mediática generada por las retransmisiones de los partidos que seguirán unos 5.000 millones de espectadores. Y aquí es donde ponemos el foco en nuestro reportaje histórico de la semana.
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Los aficionados en Sevilla siempre han sido conocidos como el «número 12» por su pasión y la forma de vivir los partidos» y esa alegría ha vuelto a verse en el estadio y en los bares y hogares de la ciudad. Durante los cuatro partidos que se jugarán en Sevilla, accederán unos 64.000 espectadores , a razón de 16.000 por jornada, que es el máximo de aforo que permite la Junta de Andalucía para este tipo de eventos (el 30 por ciento). Se espera alcanzar el total de ese límite al tratarse de los primeros que se juegan con público tras más de un año de gradas vacías y silencio en los estadios. Aquellos que no pueden o no quieren asistir al campo presencialmente se conformarán con ver el encuentro a través de la pantalla. Salvando las distancias con el ambiente pre-pandemia, pues aún hay que seguir respetando las medidas de seguridad frente al Covid-19, el fútbol hace que la ciudad suene a lo de siempre.
La celebración de la Eurocopa es un paso más para llenar a la «normalidad» que todos ansiamos
Buscando fotografías del pasado de Sevilla en la hemeroteca de ABC de Sevilla, sobre temáticas deportivas o retransmisiones hemos dado con varias imágenes que no nos resistimos a compartir. La primera es una escena cotidiana en una de las plazas del centro de Sevilla que en esta época suele estar repleta de gente por sus conocidos caracoles: la Plaza del Pumarejo . En la instantánea, tomada por Gelán en la década de los sesenta , vemos una escena típica de un domingo por la tarde: un gran grupo de hombres en la puerta del Bar Bruno en torno a un televisor viendo un partido de fútbol. En aquella época, bajar a la calle y acercarse al bar de la esquina era la única opción de muchos sevillanos de ver televisado un partido.
Fútbol en la Plaza del Pumarejo
Tal y como publicó François Guitard hace unos años sobre esta imagen , la fecha más probable en que se tomara la fotografía es julio de 1966. Los hombres, además de seguir el encuentro con gran atención, beben quintos de cerveza de la Cruz del Campo mientras comentan las jugadas, aunque habrá alguno que ni hable debido a los nervios. Al igual que el camarero, ataviado con su tradicional camisa blanca, parado justo debajo del toldo de entrada al bar, parece hacer un descanso de su faena para no perderse alguna jugada. Sólo dos personajes de la imagen no siguen la retransmisión televisiva, charlando con el periódico entre manos, no prestan atención. El resto está absorto en la emisión .
Acercarse al bar de la esquina era la única opción de muchos sevillanos de ver televisado un partido
Esta es una estampa típica que todos tenemos en la cabeza y que coge más fuerza, si cabe, durante los debes sevillanos . La ciudad se impregna de un ambiente especial que contagia incluso a aquellas personas que no futboleras. En la fotografía vemos que las únicas mujeres de la escena, izquierda de la foto, dirigen su mirada televisor al que atienden todo los hombres, no sabemos si seguían el partido o pasaban por allí, el caso es que en ese momento les causó interés tal expectación.
Retransmisión de un España-Portugal en un bar en el año 1946
La segunda imagen que mostramos es aún más antigua, y es una pena que no tengamos datos acerca de la ubicación en la que fue tomada. En el archivo está registrada como «Transmisión radiada de un partido de fútbol entre España y Portugal» y es del año 1946. Tampoco tiene firma, no sabemos quién disparó el objetivo, pero no puede negarse la cantidad de información que brinda en un sólo plano.
Contamos más de 12 personas agolpadas en la barra del bar para escuchar el partido que se está retransmitiendo por la radio; esa inexistente distancia de seguridad que muchos añoramos hoy en día. Seguramente se estuviera viviendo una jugada importante, tal y como se encuentran los protagonistas de nuestra imagen, podemos adivinar que justo en ese momento el locutor alzó voz, y los parroquianos bajaron el tono de su conversación para poner atención. Más de un codazo, de alegría, se tuvo que repartir esa tarde en ese bar si España consiguió marcar un gol a los portugueses. La felicidad contagiada y compartida con extraños en la barra del bar es un fenómeno que sólo trae el fútbol. Es enternecedora la postura del camarero mirando a su clientela siguiendo apasionadamente el encuentro gracias a su radio.
La felicidad contagiada y compartida con extraños en la barra del bar es un fenómeno que sólo trae el fútbol
El primer aterrizaje lunar
La última parada en este recorrido por las retransmisiones la hacemos en un momento histórico a nivel mundial: la llegada del hombre a la luna. Es julio del año 1969 y una familia sevillana se ha apresurado a pillar asiento en primera fila junto al televisor de un bar. Sentados en sillas que recuerdan a los pupitres de algunos colegios de hace años, esperan impacientes para ser testigos del hito que marcó un antes y un después en la historia espacial.
Familia en un bar de Sevilla viendo en la televisión la llegada del hombre a la luna
El que podría ser el patriarca, en primera fila, parece estar dando explicaciones de lo que están presenciando y la madre se afana en que el pequeño de la casa no se pierda ni un detalle dirigiéndole la cabeza con sus manos. El camarero también ha hecho una pausa en sus quehaceres para disfrutar del momento y no se ve que estén tomando nada. Suponemos que tras la icónica frase «es un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad», todos brindaran para celebrar el momento en el que Neil Amstrong hizo historia. Al mismo tiempo que esta familia sevillana, 500 millones de personas seguían impacientes el aterrizaje a través de la televisión en las cuatro esquinas del planeta.
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