Historia de Sevilla

#ArchivoABCsev: Así eran las cruces de mayo sevillanas de principios del siglo XX

Las plazas se adornaban y se llenaban de vida para celebrar una cita en la que los vecinos eran los protagonistas

Multitd de sevillanas posando delante de una cruz de mayo ABC

El mes de mayo es de Córdoba , de eso no hay duda. La explosión de los colores de la primavera en sus infinitas macetas atraen todas las miradas y sus patios son reclamo turístico en todo el mundo en este mes . Pero ... hubo un tiempo que «mayo» también era sinónimo en de fiesta, algarabía y folclore en Sevilla. Las plazas se adornaban y se llenaban de vida para celebrar una cita en la que los vecinos eran los protagonistas. Algo similar a lo que sucede en Córdoba o en Granada con la festividad de Las Cruces, pero que con el tiempo y la popularidad se ha convertido en una fiesta masificada y en ocasiones incómoda. Hablamos de las cruces de mayo.

¿Cuál es el origen de esta fiesta?

El 3 de mayo se celebra la Invención de la Cruz. Esta fecha se conmemora el hallazgo de Santa Elena de la verdadera Cruz en el año 326 . La «Invención de la Santa Cruz», «Santa Cruz de Mayo» o también la «Fiesta de las Cruces» es una de las fiestas dentro del rito romano para festejar el culto a la Cruz de Cristo. «Invención», del latín 'invenio', 'descubrir’, es el nombre litúrgico y oficial. En cambio «La Santa Cruz de Mayo» o fiesta de Las Cruces es la denominación popular en España e Hispanoamérica.

Concretamente en Sevilla capital se celebraban hasta los años 60 del siglo pasado , y actualmente hay algunos rescoldos en la provincia de Sevilla, como en Lebrija , y en aquellos municipios que tienen Hermandad de la Vera Cruz entre sus corporaciones religiosas. Las cruces de mayo han sido recuperadas en los últimos años, pero sin que cuenten con el arraigo de su origen.

Una sevillanas de la época se lamentaba por la pérdida:

«Cruz de mayo de Sevilla

tradición que el tiempo ha roto

¿dónde están las sevillanas

que se cantaban a coro?»

Cruz de mayo en La Casa de los Artistas en 1905 ABC

¿Cómo se celebraban?

En las cruces predominaba como elemento principal la cruz, que se colocaba en el centro de la plaza o en algún lugar importante. La decoración iba a cargo de farolillos y cadenetas confeccionadas por los mismos vecinos de la plaza o zonas aledañas . Sirviéndose de papel cortado con tijeras y pegados uno a uno con «engrudo» (que se hacía con agua y harina), creaban las guirnaldas que decoraban la fiesta. Algo a lo que hoy en día se viste de novedad y hace llamar «DIY, Do it yourself» y que, como tantas otras cosas, se lleva haciendo siglos atrás.

Los decoradores de las cruces de mayo tiraba del folclore andaluz como buen aliado para engalanar las plazas: mantoncillos de papel, figuras, cortinas de encajes, colchas... Lo mejor del ajuar de cada vecino venía a engrosar la mayor o menor riqueza y belleza de la misma. Por un lado el altar, que se componía principalmente con una cruz, y el resto de decoración alrededor del patio, incluyendo columnas, ventanas y balcones si los había.

Niñas bailando sevillanas rodeada de amigos ABC

La cruz tenía como centro el patio del corral y así eran la mayor parte de las que se celebraban y así ha quedado ampliamente reflejada por la pintura regionalista del primer tercio del siglo XX, como en las obras de Joaquín Sorolla . O en los escasos documentos fotográficos que perviven de entonces, como estas fotografías rescatadas del Archivo Gráfico de ABC de Sevilla, de las cuales algunas no contamos ni con la fecha en la que fuero tomadas.

La música

Tal y como señalan las informaciones de la hemeroteca de ABC de Sevilla, la música en las cruces de mayo provenía casi siempre del pianillo , que se alquilaba para la ocasión. Éste se colocaba en el zaguán o a la entrada de alguna de las casas del patio antes de llegar a la cancela o cancel, «si lo había, se colocaba una pequeña mesa, con paño blanco almidonado, donde estaba la bandeja para echar la voluntad para ayudar a pagar los gastos de la festividad».

Corral del Picador Infantes

La imagen de la derecha corresponde al año 1910, en ella, se aprecia como dos guardias municipales, con casco negro, enmarcan al grupo de vecinos del Corral del Picador, ubicado en la actual Plaza de Zurbarán, justo donde ahora se abre el pasaje Los Azahares. Tal y como señala nuestro archivo: esta fotografía fue tomada por Infantes.

¿Cómo pasaron a la historia?

El fin de las cruces de mayo tradicionales va de la mano con el fenómeno denominado «gentrificación» y el crecimiento de las ciudades. La esencia de la cruz de mayo desapareció por la evolución y el desarrollo de Sevilla, llevándose consigo a la inmensa mayoría de los corrales de vecinos que existían y donde se celebraban estas fiestas.

No todo fue negativo, con el crecimiento de la urbes, las organización de los edificios, el alcantarillado y la construcción de barrios mejor proyectados se dejó atrás las condiciones miserables en las que vivían muchos sevillanos. La sociedad ganó en higiene, independencia, alimentación, cultura... en detrimento del sentimiento de barrio y de pertenencia a una comunidad de vecinos que funciona de similar manera a una familia, donde la cercanía, el calor humano y comunicación diaria eran las piedras angulares de la convivencia.

Pese a los intentos de recuperación realizados en algunas barriadas, donde no han contado con arraigo suficiente, las cruces de mayo pasaron a la historia y con ellas la desaparición de ciertos usos y costumbres determinados por la fórmula de vivienda del corral de vecinos.

Cruz de la desaparecida calle Almirante Valdés

Antigua plazoleta Almirante Valdés Cecilio Sánchez del Pando

La imagen que ahora nos atañe, tomada por Cecilio Sánchez del Pando, consta en nuestro archivo como de 1915. Esta cruz de mayo se ubicaba en la antigua plazoleta Almirante Valdés, en la acera de los pares de la calle Imagen.

Tal y como indicó no hace mucho Javier Rubio en un serial que regalaba este periódico, «tenemos constancia fehaciente de la existencia de una cruz de mayo en tal sitio justo el año anterior por una cara, catalogada por el Ministerio de Cultura, de Manuel Delgado Brackenbury (escultor de la fuente de las Cuatro Estaciones del Prado de San Sebastián, de la Pasarela o de la Matrona Híspalis de la Puerta de Jerez) a Joaquín Sorolla en al que le promete un envío con diversos patios sevillanos engalanados para esta fiesta. El pintor valenciano había conocido las cruces de mayo sevillanas para documentarse a la hora de pintar el óleo «El Baile» para la Hispanic Society de Nueva York .

Como se aprecia en la fotografía, el altar de la cruz, bajo dosel, está embelleciendo con macetas de aspidistras, jarrones de flores variadas, velas además de tres fanales con flores, en uno de los cuales parece adivinarse algún tipo de figurilla mariana o del santoral. El patio está decorado con mantones de largos flecos y cadenetas de papel.

Cruz de Mayo instalada en la Venta de Eritaña en 1917 Olmedo

El mantón como protagonista

En la fotografía un gran grupo de chicas posa delante de una cruz de mayo mientras las muchachitas han interrumpido el acompañamiento de guitarras y bandurria para tocar las palmas mientras la encargadas del baila hacen repiquetear sus palillos con cintas coloradas.

Cruz de la calle Resolana en 1914 ABC

Más que el traje de flamenca, los mantoncillos son los protagonistas principales de la vestimenta femenina en esta fiesta . Como se puede ver en la fotografía, la forma de colocar el mantón es muy distinta a la actual. Hoy en día los mantones de Manila se llevan en celebraciones, como las bodas y se colocan sobre un sólo hombro o a modo de capa sobre los dos.

Como detalle curioso a destacar, y que hoy en día es un asunto superado gracias a la gran calidad tecnología de las cámaras, las caras borrosas que se observan en el grupo tienen que ver con la imposibilidad infantil e estar inmóviles durante todo el tiempo de exposición necesario para captar una fotografía en aquella época; actualmente con un sólo click podemos tener una ráfaga de imágenes congeladas.

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