Curiosidades del origen de la avenida de la Palmera y la Exposición del 29, joyas del patrimonio de Sevilla

El objetivo de esta petición es la protección de toda la avenida de la Palmera, al menos a nivel paisajístico y urbanístico , «definir perfectamente qué usos dotacionales se van a permitir manteniendo las condiciones de la zona. Este paseo fue un proyecto de Juan Talavera que tuvo un enorme éxito que se ha perpetuado desde hace más de un siglo ».

Alineados con este objetivo y para unirnos a recordar el valor de la avenida más señorial de Sevilla, por su valor arquitectónico e histórico, echamos mano del Archivo Gráfico de ABC de Sevilla y rescatamos esta serie de imágenes tan curiosas.

Desde tiempos de Isabel II se intentaba que Sevilla acogiese una Exposición Universal o Internacional a la altura de la que dejó la Torre Eiffel en París o el Palacio de Cristal en Madrid. Tal y como recoge José María de Mena en ‘Historia de Sevilla’ (ed. Plaza&Janes), Torcuato Luca de Tena, director y propietario de ‘ABC y de ’Blanco y Negro’ reunió en su despacho a los alcaldes de Sevilla y Bilbao , las dos ciudades «rivales» para celebrar la muestra y consiguió que la capital hispalense tuviera una «Exposición Iberoamericana» y Bilbao una de carácter industrial.

Desde ese momento la maquinaria se pone en marcha y a partir del año 1919 Sevilla se inunda de una febril actividad para establecer los cimientos de la Exposición Iberoamericana , que se celebraría en 1929. Comienza la reforma del Parque de María Luisa , la construcción de la Plaza de América , cuyo Pabellón Real fue decorado por el pintor Gustavo Bacarisas y Aníbal González arranca la construcción los edificios que compondrán la muestra, como la Plaza de España .

La avenida de la Palmera fue edificada al iniciarse el siglo XX. Tal y como señala José María de Mena en su publicación «Las calles de Sevilla», el primer plano en el que aparece la vía con este nombre es en el ‘Proyecto General de Defensa de Sevilla contra las inundaciones’ , por el ingeniero Javier Sanz. En ese plan la avenida nace desde la terminación de las Delicias, bordando la huera de la Marquesa de Esquivel.

Más adelante se construyeron los hermosos chalets y pabellones, muchos de los que hoy encontramos en ella, y en el año 1920 se inauguró ya como avenida y se le puso como nombre ‘Avenida Reina Victoria’ por la esposa de Alfonso XIII . En 1931 la República suprimió ese nombre y le puso ‘avenida de Mayo’. Tras la Guerra Civil, los vencedores de la contienda española lo tornaron por ‘avenida de la Victoria’ y repuesta la monarquía se repuso el nombre originario, ‘avenida de la Palmera’ por el que la conocemos hoy en día.

A la par que el Parque de María Luisa , del Casino de la Exposición o de la Plaza de España , ese ensanche de Sevilla va tomando forma y llenándose de edificaciones que siguen en pie hoy en día. Se levantan hoteles, entre ellos el de Eritaña en el Porvenir , hoy residencia de la Guardia Civil; el Hotel América Palace , que hoy son viviendas en la calle Manuel Bermudo Barrera, justo detrás de los Juzgados; o el inconfundible Hotel Alfonso XIII , llamado también ‘Andalucía Palace’. Simultáneamente, al otro lado de nuestra avenida protagonista y junto al actual estadio del Real Betis, se construye la barriada de los Hotelitos del Guadalquivir, que el periodista Luis Claudio Mariani bautizó con el nombre de ‘ Heliópolis ’, como lo conocemos hoy en día.

El certamen del 29 ocupaba un amplio espacio delimitado por el parque de María Luisa, Prado de San Sebastián, Jardines de San Telmo y Avenida de la Palmera siguiendo el curso del río Guadalquivir. De los 117 edificios que se construyeron, en la actualidad conservamos 25 de ellos.

Cada país americano construyó un pabellón, acorde con la arquitectura, el arte y la idiosincrasia de su tierra , donde exhibían sus productos en el interior. Así, Colombia presentaba valiosísimas colecciones de sus esmeraldas de las minas de Chocó y Muzu; Cuba montó una fábrica de tabacos en la que elaboraban sus famosos cigarros, Portugal expuso una custodia confeccionada por Gil Vicente con oro de la India y Estados Unidos , entre otros, mostró sus avances en tecnología punta de la época con una máquina que contaba automáticamente las personas que entraban en su pabellón.

En un paseo fotográfico por nuestra avenida, hacemos una primera parada en el Paseo de las Naciones hasta el pabellón de Argentina. Justo antes nos topamos con el pabellón de Guatemala, singular por sus azulejos azules y blancos y la fachada, con temática maya. En su interior, durante la exposición ofrecía a los visitantes café guatemalteco. Seguidamente tenemos el pabellón de Argentina, que en su día fue el Instituto Murillo y hoy acoge el Conservatorio Profesional de Danza Antonio Ruiz Soler, en la fotografía de la derecha.

En la siguiente parada accedemos al interior del pabellón de Argentina, el edificio extranjero que terminó de construirse antes, por ello, contamos con una imagen de 1928. En la siguiente fotografía de nuestro archivo vemos una de las dependencias del pabellón. En ella se mostraba el principal producto gastronómico y comercial del país: la carne. Llama la atención la aparatosa nevera acristalada similar a la que vemos hoy en día en los restaurantes, pero muy moderna para esa época. También se construyó un anfiteatro donde hubo exposiciones y proyecciones cinematográficas del país.  

Si seguimos caminando por el paseo de las Delicias, justo antes de toparnos con la Clínica de Fátima, nos encontramos con el consulado de Colombia, que se encuentra en el pabellón del 29 del país cafetero, decorado con sus patios como la casa típica colonial y sus pinturas indígenas . En su interior, durante la muestra de principios de siglo, se exponía productos y aspectos de la industria, el comercio, la artesanía y la cultura colombiana. En este no faltaba el café y los sombreros, como vemos en la siguiente fotografía tomada en ese año.

El 9 de mayo del 1929, y con la asistencia del rey Alfonso XIII y de la Reina Victoria, se inauguró la Exposición Iberoamericana en Sevilla.

La inauguración constituyó un acontecimiento mundial a la que asistieron personalidades de todos los países americanos, se vivió como un abrazo de hermanamiento a aquellos que viven al otro lado del mundo y comparten mucho más que nosotros que el idioma.