La sequía cambia los hábitos de las monjas: «Ya no rezamos para que no llueva en las bodas»

Sin embargo la sequía y la situación de extrema gravedad que hay en Sevilla, que está a punto de entrar en el estado de emergencia debido a la escasez de precipitaciones, ha hecho que las religiosas eviten rezar para que no llueva. Algo que no sería lógico en estos momentos en los que todas las miradas se elevan al cielo a la espera de que la lluvia palíe la delicada situación.

«Nosotras rezamos por todo. Por la felicidad de los novios, pero también porque llueva como nos piden otras personas«, comenta la abadesa del convento ante el requerimiento de ABC. Sin embargo y aunque las religiosas optan por la discreción y prefieren no hacer más comentarios sobre el tema, otras fuentes cercanas al convento lo aclaran. Lo que hacen ahora en el convento de Santa María de Jesús, ubicado en la calle Águilas de Sevilla, es dar trámite a la petición que hacen muchos y rezar porque en esas bodas todo salga bien. Pero no para que no llueva cuando todo el mundo está pidiendo lo contrario, que caiga agua.

Así, estas religiosas, pertenecientes a la orden de las Clarisas, es «tramitan» las peticiones que les hacen. Si, por ejemplo, hay quien llega al torno del convento llevando huevos, azúcar o harina (como hacen muchos) pidiéndoles para que una persona se cure de una enfermedad, elevan sus oraciones en ese sentido.

Y si la petición es de una pareja de novios que desea que haga un sol resplandeciente en el día de su boda, ellas rezan para que «todo salga bien» el día del enlace. Una petición que, según aclaran fuentes cercanas a estas monjas, puede incluir que tengan un local a buen resguardo de la lluvia para que el día sea perfecto y la novia no se moje. Y, por supuesto, en sus rezos incluyen que los futuros esposos sean felices y las cosas les salgan bien. Lo que no hacen es ir a contracorriente y rezar para que no llueva.

Evidentemente son unas oraciones que compatibilizan con las que les llegan de otros fieles que pueden acercarse a pedirles por el fin de la sequía y la llegada de las precipitaciones. Algo que parece lógico en un momento en el que las rogativas, con imágenes de santos y vírgenes que salen en procesión para que llueva, han vuelto a calles y plazas de Andalucía y del resto de España tal y como pidió hace algunos meses la Archidiócesis de Sevilla cuando en una carta solicitó que se hicieran «rogativas acompañando en procesión por los campos las imágenes del Señor, de María Santísima o de los Santos, según la costumbre y de acuerdo con la normativa diocesana».

El Convento de Santa María de Jesús fue fundado en 1502 por Jorge Alberto de Portugal (futuro I conde de Gelves) y por su esposa Felipa Melo.12 Para su establecimiento trajeron a Marina de Villaseca, patrona y fundadora del Convento de Santa Isabel de los Ángeles de Córdoba. Las religiosas, que también realizan tareas de encuadernación, venden turrones, roscos fritos, sultanas de coco rellenas de crema y rocas de bombón entre otras delicias.

La costumbre de llevar huevos a las monjas es centenaria. En España se remonta a la Edad Media aunque se desconoce el auténtico origen de esta tradición. Según la web de la Archidiócesis de Sevilla ni en la biografía ni en la leyenda de Santa Clara está recogido ningún hecho que pueda decirse que haya dado pie a que casi ocho siglos después de su muerte, en concreto 765 años, los novios hagan una ofrenda de huevos a la santa para que su casamiento no se vea sorprendido por la lluvia.

En Sevilla, tradicionalmente, las ofrendas de huevos para el buen tiempo en las bodas se hacían en el monasterio de Santa Clara, el segundo más antiguo de la ciudad, fundado poco después de la conquista por San Fernando, y el más antiguo de las clarisas sevillanas, aunque también en Santa Inés, fundado en 1374 por la ilustre dama Doña María Coronel. Cuando Santa Clara se cerró en 1996, a Santa Inés se unió el tercer convento de clarisas de la capital, el de Santa María de Jesús, cuya fundación es de 1520, donde fueron acogidas las ancianas monjas del desaparecido convento de Santa Clara.

Por ello los novios siguen haciendo ofrenda de huevos al monasterio para que recen por la ausencia de lluvia. Sin embargo en tiempos de sequía las religiosas solo rezan para que no se moje la novia. A veces llevan también donativos, aunque sobre todo llevan huevos. Sobre todo suele haber mucha demanda de rezos y regalo de huevos cuando hay mal tiempo. Las clarisas rezan también para que sean felices los novios. Y no solo reciben huevos para las bodas. También hay quien solicita de la ayuda de las monjas para que haga buen tiempo en bautizos y primeras comuniones.

En cualquier caso es curioso que Santa Clara sea más popularmente conocida como la patrona del buen tiempo, más que por el hecho de haber sido la primera mujer en instaurar una orden religiosa, específicamente, la de clarisas o damas pobres.

Dicha orden fue establecida por Santa Clara en su época bajo los principios y normas de San Francisco de Asís.Además fue también la primera mujer a la que se le atribuyó la creación de una regla monástica en la Edad Media bajo la autorización del Papa Inocencio IV, dos días antes de su muerte en el año 1253.