José Luis Sanz (PP) será alcalde de Sevilla

El vuelco electoral es un hecho. El PP recupera no sólo los 4 concejales que perdió en 2015, sino que gana otros dos, gracias a la absorción de Cs y al trasvase de votos del PSOE, que pierde uno y Antonio Muñoz no revalidará la Alcaldía. La izquierda se hunde y la suma de los socialistas con Podemos no llega a 14, por los 17 que obtuvieron en los últimos comicios. Pese al derrumbe de Cs, la derecha crece no sólo los 6 del PP, sino uno más de Vox.

Esto supone que la tendencia en la capital hispalense replica de forma similar a lo que ocurrió en las pasadas autonómicas del 19-J aunque, en este caso, Vox (que sacó dos escaños más) se quedó muy lejos de sus expectativas, toda vez que sus esperanzas pasaban por ser la llave del gobierno de Juanma Moreno, que obtuvo finalmente mayoría absoluta.

En clave nacional, para el PSOE la pérdida de la Alcaldía de Sevilla es un tremendo varapalo porque era la mayor ciudad española donde gobernaba. En el análisis de proximidad, el fracaso de la estrategia de los socialistas ha sido paradójico. Desde la elección de Juan Espadas -quien gobernó hasta por dos veces la Alcaldía hispalense- para discutirle la Junta de Andalucía a Juanma Moreno, el descalabro es una evidencia. Los resultados en las autonómicas fueron los peores de la historia de la democracia para el PSOE-A. Y, ahora, a eso se le suma la pérdida del gobierno municipal, con un candidato, Antonio Muñoz, al que le ha perjudicado la deriva nacional por las políticas de Pedro Sánchez, y que no ha sido capaz de mantener ni siquiera los concejales que obtuvo su antecesor en 2015. Si el liderazgo de Muñoz queda ahora discutido, el de Espadas directamente está hundido.

En la otra orilla, para el PP recuperar la Alcaldía de Sevilla -gobernará por tercera vez en la historia- es la confirmación de que el efecto 'Juanma Moreno' sigue vigente un año después de su mayoría absoluta. José Luis Sanz, al que el presidente andaluz ha llevado de la mano en estas semanas de campaña, logra a la primera el bastón de mando de la ciudad, tan sólo dos años después de ser designado candidato y tras haber obtenido mayoría absoluta en Tomares en 2019.

Entre los minoritarios, la extrema izquierda queda en una posición de máxima irrelevancia en el Pleno, con apenas dos concejales, y sin que Sandra Heredia (Adelante) pueda revalidar su acta en el salón Colón.

El PP ha ganado en 7 de los 11 distritos de la capital. Además de Los Remedios, Nervión y Casco Antiguo -donde obtuvo el mayor número de votos en 2019-, ha recuperado también Triana, Bellavista, Sur y San Pablo-Santa Justa. El PSOE apenas ha vencido en sus feudos tradicionales de Cerro-Amate, Norte y Este-Alcosa-Torreblanca.

A lo largo de estas semanas, las diferentes encuestas han venido anunciando un empate técnico entre PP y PSOE, con cierta ventaja para el primero según ha ido avanzando la campaña electoral, y donde tendrían un papel clave los partidos minoritarios como llave de gobierno.

Ha habido una mayor participación en 2023. Sobre el papel, el hecho de que haya aumentado el número de sufragios no tiene por qué vincularse al beneficio de ninguna de las formaciones políticas, y habría que analizarlo barrio a barrio para sacar conclusiones. En los últimos comicios locales, la alta abstención perjudicó al PP, que perdió un gran número de apoyos en barrios muy poblados y neutrales como es el caso de Sevilla Este. En esta ocasión, era el PSOE quien temía una baja participación, por lo que el candidato se ha volcado en las últimas semanas en su feudos tradicionales como Macarena, Pino Montano, San Pablo o el Cerro.

El descalabro del PP en 2019 hizo que en algunos barrios clave de la capital, los populares empataran con Ciudadanos. Fue el caso precisamente de Sevilla Este, el más poblado (106.000 habitantes) y donde ambas formaciones obtuvieron un 14% de los votos. El contexto de 2023 es bien distinto.