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La resaca de la final de la Copa del Rey: las restricciones para beber en la calle, sólo para sevillanos

Las aficiones del Athletic de Bilbao y el Mallorca pudieron consumir alcohol en la vía pública sin problemas; una situación muy distinta a la que se vive en la Madrugada o en las previas del Betis y del Sevilla FC

Sevilla cierra los bares en la Madrugada por seguridad, mientras en Fallas o Sanfermines abren hasta el amanecer

Chapelas, calimochos y algún bermellón invaden Sevilla por la Copa del Rey

Cientos de aficionados del Athletic hicieron botellones el sábado al mediodía en la fachada de la Catedral de Sevilla ABC
Jesús Díaz

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Os imagináis a unos aficionados del Real Betis haciendo botellón en las galerías de la Plaza de España en las horas previas al próximo partido frente al Celta de Vigo o a seguidores del Sevilla F.C. consumiendo alcohol en las paredes del Real Alcázar momentos antes de un encuentro de su equipo en Nervión. No se les permitiría. Sin embargo, basta ser de fuera y venir a una final de Copa del Rey, por ejemplo, para que todo valga. Este sábado, al mediodía, centenares de hinchas, en su mayoría del Athletic Club de Bilbao, hacían botellones en las gradas de la Catedral, pegando a sus fachadas. Hasta en la mismísima puerta de la parroquia del Sagrario.

Más allá de la suciedad que deja este macrobotellón en el entorno de la Seo hispalense, la Giralda, plaza Virgen de los Reyes, Palacio Arzobispal, Mateos Gago o plaza del Triunfo, que Lipasam se ha afanado por quitar, como hiciera la noche del viernes, las imágenes que ha dejado la fiesta del fútbol español con la final de la Copa del Rey en Sevilla deja otra lectura.

Sencillamente, ante eventos tan multitudinarios como el celebrado este fin de semana en la capital andaluza, desde las administraciones públicas se abre la mano para un disfrute generalizado. Algo lógico y comprensible. Es el peaje que se asume cuando sabes que por la ciudad van a pasar más de cien mil personas, llegados de otros puntos de España.

Pero cabe preguntarse si un partido del Real Betis en el estadio Benito Villamarín o del Sevilla F.C. en el Ramón Sánchez-Pizjuán no es un evento multitudinario, que aglutina cada semana en torno a 50.000 personas. Aquí también cabría un grado de permisividad. En ambos casos se ha habilitado una zona para hacer botellón para evitar molestias a los vecinos de los entornos de los dos estadios de fútbol.

Sin embargo, desde hace años se ejerce un férreo control sobre la actividad de los bares, que tienen que poner a un empleado en la puerta para que nadie a la calle con las consumiciones. Además, tienen que tener controlado el aforo del local. Y si se les ocurre intentar abrir la mano con sus clientes y permitir lo no permitido, cierre.

Varios agentes de la Policía Nacional vigilan a miles de aficionados que se concentraron este sábado en la plaza Virgen de los Reyes Raúl doblado

Algo similar ha ocurrido durante la pasada Semana Santa, con especial énfasis en la Madrugada. Como en años anteriores, el Ayuntamiento de Sevilla con José Luis Sanz, siguiendo la línea del gobierno anterior de los socialistas Espadas y Muñoz, ha aprobado unas normas muy restrictivas, con retiradas de terrazas una hora antes de que pasara por la puerta de los bares una cofradía, control de aforo, sólo consumo interior... Y en la noche del Jueves Santo al Viernes Santo sólo se podía abrir para consumir café.

Ayer Sevilla parecía otra Sevilla. Lo reconocía un tabernero a la pregunta de una clienta de si podía sacar la cerveza a la calle. «Parece que el Ayuntamiento hoy lo permite». Y los policías mirarían para otro lado. Porque la Administración central, a través de la Subdelegación del Gobierno, también algo de responsabilidad en las duras restricciones que sufren los sevillanos para consumir una cerveza antes de un partido de su equipo o en la Semana Santa.

El motivo alegado desde las instituciones es la seguridad. Este sábado se vieron estampas que difícilmente se ve en los días de fútbol. Grupos de aficionados con bolsas en el suelo con botellas de alcohol a los pies de un monumento Patrimonio de la Humanidad como es la Catedral y agentes de la Policía Nacional observando desde la distancia.

Aún queda por conocer cómo queda la normativa de venta de bebidas en Los Remedios durante la Feria de Abril, después de que se ha llegado al punto de no permitir ni abastecer un litro de leche a los vecinos del barrio. Algunas tiendas decidieron no abrir, como algunos bares durante Semana Santa porque no les merecía la pena.

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