¿Es realmente peatonal la Avenida de la Constitución de Sevilla?

Pero a pesar del río de personas, la proliferación de otros elementos y estructuras en la Avenida a lo largo de todo este tiempo ha reabierto el debate sobre si es realmente se puede considerar una calle peatonal. No es menos cierto que las personas que pasan por ella tienen que sortear obstáculos que representan un inconveniente para la movilidad peatonal. Uno de los más visibles es el Metrocentro, cuyas vías cruzan por la parte central de la calzada y limitan ese espacio. De hecho, hay partes en las que incluso se reservó un amplio trazado para que cupiesen vagones en ambos sentidos. Pero además, la construcción del carril bici, cuya única señalización son unas tachuelas sobre la solería, también limita la zona destinado al tránsito de los sevillanos y los turistas.

No son los únicos problemas con los que se encuentran. A todos ellos hay que sumar el crecimiento excesivo de veladores en los negocios hosteleros y que son la consecuencia de las licencias concedidas por la Gerencia de Urbanismo en los últimos años. Esto comprime todavía más el reducido espacio del acerado que se destinó en su día a los peatones y que, además, conviven también con los músicos callejeros que tienen la costumbre de situarse en la vía para realizar pequeñas actuaciones con las que ganar algo de dinero para salir adelante. Al tránsito de bicicletas, al aumento de las terrazas, la circulación de los trenes del Metrocentro y hasta la venta ambulante se ha incorporado de forma más reciente un medio de transporte en auge como los patinetes, que sortean como pueden a la gente, a veces a una velocidad más alta de la permitida.

El alcalde José Luis Sanz ya denunció la situación durante la campaña de las últimas municipales y anunció como una de sus propuestas la ejecución del proyecto 'Eje Central', que venía a resolver este escenario complejo. Esta iniciativa contempla una reordenación completa de la calle, reduciendo a un único carril el espacio destinado al Metrocentro. También apuesta por limitar el número de veladores y estudiar la modificación del trazado actual del carril bici, además de incluir otra serie de mejoras urbanísticas como el cambio del pavimento por unos adoquines que, según los plazos que maneja el gobierno, empezarán a instalarse una vez que termine la Semana Santa de este 2025.