Las ratas son las reinas del paseo que acompaña a la Ronda Urbana Norte de Sevilla y que a diario transitan numerosos vecinos a pie y en bicicleta. Al caer la tarde, amigos y familiares se sientan a charlar en sus bancos. ... Tras ellos, están en continuo movimiento los cada vez más numerosos roedores.
No les perturba ni el ruido de la carretera ni el tránsito de humanos, salen y entran sin cesar de sus madrigueras. A menudo, en esa zona se organizan ensayos de alegres bailes latinoamericanos y ni la música ni el continuo girar de las coreografías intimidan a estos animales.
Más allá de este paseo, las ratas se desplazan cada vez más por las inmediaciones. No es raro verlas trepar los árboles de las plazas cercanas mientras uno se sienta a tomar algo en el bar, ni observarlas husmeando entre la basura que se acumula, día tras día, en los sucios y descuidados matorrales de la zona. Sin duda, lo más sorprendente es contemplarlas transportar bolsas de patatas fritas que los humanos ya creíamos vacías.
Si Miguel Delibes viviera, podría venir al barrio a inspirar la segunda parte de su novela 'Las ratas'. Eso sí, cambiando esta vez el pequeño pueblo castellano por la capital de Andalucía.
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