Antonio Luque: «Si no se puede subir la tapa de ensaladilla pondremos menos cantidad»

—¿Intuía cuando llegó al cargo la que se le venía encima?

—Si yo hubiera imaginado lo del Covid estaba en la NASA. Lo único que sabía era como me encontraba la asociación. Que estaba con deudas, con 180 asociados, con las puertas cerradas de los ayuntamientos y de la Junta de Andalucía... Tuvimos que empezar a trabajar y montar la estructura desde los cimientos.

—¿Y han logrado remontar?

—Hemos saneado las cuentas de la asociación, tenemos ya mil asociados en Sevilla más las. Hemos conseguido también reunir a todos los sectores: catering, discotecas, terrazas y restaurantes y cada sector está en la junta directiva y tenemos un vocal en cada barrio. Le hemos dado visibilidad y apoyo a los barrios.

—¿Lo peor?

—Fueron los dos primeros años para sanear la asociación y cuando ya teníamos estructura llegó la pandemia. Una época en la que trabajábamos entre doce y quince horas diarias. El sector de la hostelería ha sido el más perjudicado por la pandemia.

—¿Cuánto han perdido los hosteleros por culpa del Covid

—En Sevilla cerraron 800 bares por la pandemia y se han recuperado 500. Desgraciadamente por la pandemia también perdimos muchos compañeros ya que tres compañeros se quitaron la vida. Lo bueno es que ha servido para que tengamos las puertas abiertas del diálogo

—Ya se cuenta con los hosteleros para cualquier decisión....

—Antes teníamos las puertas cerradas de la Junta de Andalucía y ya pertenecemos a Turismo. Hemos logrado que se nos escuche y participar en la toma de decisiones. Lo más positivo es la unión del sector que se ha dado cuenta del trabajo que puede hacer la asociación. Ahora el alcalde se quiere reunir con nosotros para negociar los temas. Hay que tener en cuenta que tenemos 3.500 bares de todo tipo en Sevilla capital.

—El balance entonces es que en toda la pandemia se han perdido 300 bares...

—Veníamos de una burbuja con muchas personas que no eran profesionales y abrían negocios pese a lo complicado que es llevar un restaurante. El 50 por ciento de los restaurantes cierran a los cinco años y el 25 por ciento a los dos años. De hecho ahora de julio y agosto se han cerrado o se está cerrando cien bares.

—¿Esos cierres a que se deben ?

—Veníamos de una pandemia en la que todo el mundo se ha endeudado. Llegamos a remontar pero luego las últimas navidades se fueron al traste y las perdimos con la sexta ola. Después hemos tenido un trimestre bueno que ha sido la primavera pero el verano ha sido de los peores de los últimos diez años. Sin colchón económico y con la inflación cada vez peor. Ha influido la subida de la luz y el hecho de que se ha duplicado y triplicado el precio de muchas materias primas. La garrafa de aceite de girasol ha pasado de 20 euros a 60 euros. Ha subido todo.

—Ya se está notando algo la subida de los precios...

—En algunos bares un poco. El barril de cerveza nos cuesta 18 euros. Ahora mismo el que no haga una buena gestión de negocios y de empleados se va al cierre. Tardará pero se irá al cierre. Además estamos aún a la espera de que llegue el turismo bueno que no ha llegado aún al centro. El ticket medio de nuestros restaurantes es muy bajo, está ahora mismo entre 15 y 18 euros. La subida va a ser mínima y el cliente prácticamente no lo va a notar. Si antes se pagaba la cerveza a 1,40 ahora se va a pagar 1,50 pero son 10 céntimos y habrá promociones sobre todo para ayudar al sevillano.

—¿Va a llegar la «reduflación»? ¿Serán las tapas más pequeñas?

—Cada negocio intentará hacer una buena gestión. Si antes costaba una tapa de ensaladilla 3 euros y no la podemos subir se pondrá menos cantidad. Hay que dar una solución para seguir ganando dinero y no tener que cerrar el negocio. Se hará de forma que no se note mucho. Yo no he subido precios en mis locales porque sé que al subir precios hay más riesgo de quedarse sin clientes.

—Los clientes gastan menos en los bares

—Es verdad que hay restaurante que están llenos y que bares que también lo están pero no se ven platos de gambas. Se ve una coca cola,una tapa para dos o unas olivitas. Se ve el bar lleno pero la gente consume menos porque tiene que llenar la cesta de la compra. Nos ha tocado un verano muy complicado ya que el turismo no está llegando y con la subida de precios y el mensaje del miedo que están dando no es fácil.

—¿Qué esperan del otoño?

—La hostelería tiene mucha ilusión con el otoño porque hay previstos muchos congresos, eventos y conciertos en la ciudad. Tenemos buenas perspectivas pero el miedo que tenemos es la inflación y la subida de precios. Nos hace falta que el Gobierno central, la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento ayuden a la hostelería. Si no va a seguir subiendo el paro en el sector. Esos desempleos son cierres de negocios y cierre de plantilla. El sector de la hostelería es el segundo que más empleo ha perdido en Sevilla en la provincia. Muchos camareros de Sevilla se han tenido que marchar a la costa y a las islas.

—Se van a quedar los bares vacíos?

—Tenemos buenas expectativas de un otoño de temporada alta con los pies en el suelo, con mucha prudencia y con el miedo en el cuerpo. Haciendo bien las compras, el personal justo y buena gestión de negocio. La gente va a seguir yendo a los bares porque es nuestra forma de vivir.

—¿Qué tipo de ayudas necesitan?

—Necesitamos ayudas del Gobierno para rebajas de la factura de la luz y otros gastos fijos. También ayudas económicas del Ayuntamiento de Sevilla y de la Junta de Andalucía. Y que haya un rescate para los negocios que tengan más de un 30 por ciento de pérdidas económicas. O que haya ayudas a los empleados .

—¿La cerveza en la puerta del bar ya no volverá?

—Es que la cerveza en la puerta del bar siempre ha estado prohibida pero antes se hacía la vista gorda. Antes parecía que éramos los que molestabamos. Ya no se puede tener cincuenta personas en la puerta de un bar porque se molesta.

—¿Han cambiado muchos los hábitos de los clientes?

—Se utiliza mucho el Qr, la reserva previa o el hecho que los restaurantes hagan dos turnos de comida, el primero a las 13.30 y el segundo a las 16.00 horas.

—¿Y en el consumo?

—Afortunadamente tenemos una gastronomía cada vez más profesional y lo bueno es que se mantienen las tapas tradicionales y los bares de barra con la tapa de ensaladilla, croqueta, espinacas y pavía y a la vez tenemos también un adiversidad e nueva gastronomía de la nueva cocina. Ahora te puedes comer en Sevilla un salmorejo de fresas y una explosión de sabores que antes no existía. La mayoría prefiere la tapa tradicional pero también se les ofrece el tataki. En Sevilla lo que se hace es mezclar. La tapa reina en Sevilla sigue siendo la ensaladilla y la croqueta. El guiri reclama estas tapas y el solomillo al whisky y las tapas tradicionales.

—Las plataformas en los aparcamientos que les permitieron continúan

—Se han mantenido y estamos luchando para que sea para siempre porque quitamos sólo el vehículo que está en frente del negocio. Solo hay 50 plataformas de ese tipo pero es una buena medida y estamos luchando para que se quede. Ahora estamos negociando una nueva ordenanza de veladores para castigar los incumplimientos, e incluir la revisión de la licencia de veladores cada dos años y que los bares con música también puedan tener veladores.