El proyecto denostado por varios gobiernos que desatascaría la movilidad en la Cartuja

La conexión en Blas Infante del Metro y el Cercanías es una reclamación histórica de los empresarios ubicados en la Cartuja. Ya en septiembre de 2009, la entonces secretaria de Estado de Transportes, Concepción Gutiérrez, recibió una solicitud de Cartuja 93 y del Ayuntamiento para que el Cercanías, además de llegar al apeadero de la Expo 92, se prolongara hasta Blas Infante.

En todo este lapso de tiempo han presidido el Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, y ninguno de sus equipos de gobierno han tenido en cuenta esta posible actuación, deslizando informes que aludirían a la insuficiente demanda de viajeros para esta nueva conexión.

Lo que sí se licitó finalmente fueron las obras del tren de Cercanías para conectar Santa Justa con la Cartuja, una inversión de 37,3 millones de euros que consistieron en la adecuación de los apeaderos ya existentes en el Estadio de la Cartuja y el Parque Científico y Tecnológico, así como la construcción de la nueva estación de San Jerónimo, unas obras que culminaron en 2012.

Desde entonces, nadie ha retomado una hipotética actuación en este sentido, por más que los actores principales de diferentes gobiernos han aludido al asunto. El 17 de octubre del año pasado el Gobierno de Pedro Sánchez respondía a una consulta por parte del Partido Popular sobre las «previsiones acerca de actualizar los estudios de ampliación de la línea C2 de Cercanías» para conectar el apeadero de la Cartuja con la estación de metro de Blas Infante. La respuesta «no hay en contratación o redacción los estudios referenciados».

Entre las propuestas para terminar de unir Cercanías y Metro, hubo reuniones de alto nivel entre la Consejería de Obras Públicas y ACS que pusieron sobre la mesa la opción de construir un tren electromagnético, que iría sobre vigas de 9 metros de altura para cubrir un trayecto de seis kilómetros. Una idea que implicaba una inversión privada de 300 millones de euros con un plazo de ejecución de más de dos años. Aquel plan tenía prevista una parada en Torretriana para dar servicio a las consejerías presentes en el edificio y a los usuarios de la actual Torre Sevilla complementado por pasarelas rodantes desde las paradas del tren hacia el interior.

En el ministerio de Fomento, bajo el mandato de Ana Pastor, encargó un estudio de viabilidad para prolongar la línea, por la cual el tren seguiría con parada en Torretriana y llegando hasta Blas Infante, donde conectaría con la línea 1 del Metro, y por lo tanto, con el Aljarafe, el Centro o Nervión. En este caso se trataba de un tren y suburbano, y la inversión necesaria se estimaba en 50 millones de euros.

La falta de inversión en infraestructuras en la provincia de Sevilla y el incumplimiento de los plazos previstos para el desarrollo de las obras hace que pensar en alargar una línea con el poco uso como la C2 esté en la cola de prioridades para la ciudad. De hecho, uno de los proyectos considerados más prioritarios es la conexión entre la estación de trenes de Santa Justa y el aeropuerto de San Pablo. La Junta de Andalucía le propuso al Gobierno conectar ambas con un Cercanías con una parada en Parque Alcosa-Sevilla Este y otra en la ya existente Palacio de Congresos (Fibes), si bien no se ha avanzado aún al respecto. El cierre de la SE-40, la ejecución de la red de metro, o la propia ampliación de la red de Cercanías son otras tareas pendientes, con algunos cajones más cerrados que otros.