Proyecto Amor Conyugal: ayuda adecuada matrimonial

En la archidiócesis de Sevilla, habrán pasado por alguno de la docena de encuentros celebrados cerca de quinientos matrimonios a los que se les ofrece después una ruta catequética basada en las enseñanzas del Papa Juan Pablo II durante las audiencias de los miércoles en torno a la teología del cuerpo. El fin de semana próximo, los responsables se enfrentan al mayor desafío hasta la fecha con un macro retiro en el antiguo seminario menor de Pilas que fácilmente duplicará las cifras habituales de asistentes.

Lo que sucede durante esas 48 o 50 horas está sujeto a estricta confidencialidad para no desvelar el contenido del retiro, que siempre es sorprendente para los esposos, pero los resultados hablan por sí solos: decenas de parejas han recobrado el sentido original del sacramento del matrimonio salvando así una relación zozobrante cuando no hundida. «Es una resurrección porque Dios hace nuevas todas las cosas», dice uno de sus responsables.

Quienes se han implicado en la organización y preparación no dudan en calificarlo de acontecimiento de gracia: «Revives una y otra vez las bodas de Caná, se siente una presencia muy fuerte de la Virgen intercediendo para que su Hijo convierta el agua en vino».

Pero no sólo va dirigido a matrimonios en crisis. De hecho, la mayor parte de los asistentes resultan ser cónyuges que no pasan por dificultades, pero que buscan «conocer su matrimonio según el plan de Dios, que es tanto como tomar conciencia de que la plenitud conyugal es el acto más grande después de la Creación». El punto de partida se sitúa pues en el Génesis, tomando el matrimonio como recreación del jardín del edén original. «¿Estoy viviendo un paraíso en la tierra con mi cónyuge?», sería la cuestión para todos los que van al retiro.

También lo pueden seguir parejas que no han pasado por el altar pero tienen intención de hacerlo siempre que no tengan impedimento canónico (un matrimonio anterior sin disolver, por ejemplo) para regularizar su situación a los ojos de la Iglesia.

No hay límites de edad, aunque los matrimonios jóvenes (pocos años de casados, niños pequeños) tienen su propio retiro, con variaciones adecuadas a las necesidades y la realidad que están viviendo. Y, por último, también los novios; en este caso, rebasando ampliamente los cursillos prematrimoniales acostumbrados al hacer un discernimiento de estado como el que San Ignacio propone en sus 'Ejercicios Espirituales'.

Después de los retiros, a los matrimonios se les propone un itinerario catequético con reuniones mensuales en la parroquia de referencia en las que se exploran las enseñanzas de San Juan Pablo II entre 1979 y 1984, cuando dedicó sus audiencias de los miércoles a desgranar una teología del amor humano en el plan divino. La fe se alimenta de adoraciones a las que acuden los matrimonios y de la vida sacramental en la parroquia.

Quienes han recorrido al menos treinta de estas catequesis pueden acceder a un segundo retiro de profundización. «En el primer retiro, la Virgen hace que el barro endurecido de nuestras vidas se vuelva maleable; en el segundo, te rehace el Señor a fondo», en expresión más o menos literal de sus fundadores.

En Sevilla, a la cabeza de este método están dos matrimonios, los formados por María Ormaechea y Luis Almandoz y por Juan Luis Sanz y África Moreno. Ellos se encargan de las distintas secciones del proyecto, aunque la más visible sean los retiros de fin de semana, incluidos en el programa Plan de Dios, una de las cinco áreas junto con Caridad, Revelación, Liturgia y Familia de Familias, en que está estructurada la organización del proyecto.

El método está implantado en casi una veintena de parroquias de Dos Hermanas, La Puebla de Cazalla, Osuna, La Rinconada, Tomares, Mairena del Aljarafe así como en la capital porque son los propios párrocos los que dan su aprobación a que el Proyecto se implante entre sus feligreses.dfg