La profesora sevillana de Lamine Yamal: «Le tenía que quitar el balón en el colegio»

Se llama Lidia Sánchez y es una enamorada del Betis: «En mis clases hablamos hasta de táctica»

Lamine Yamal se niega a crecer: un crío dueño del fútbol adulto

Lidia Sánchez Sáez, ayer, en la Plaza Pozo Santo, en el Centro de Sevilla MANUEL GÓMEZ

Hablar hoy de Lamine Yamal es hacerlo desde la ilusión, y el aprendizaje de que hay pocas actividades que puedan unir más a una sociedad que el fútbol. Así también lo cree una de las personas que más tiempo ha estado en los últimos años ... con la joven estrella, su profesora de Ciencias Sociales en el Colegio Lleó XIII, Lidia Sánchez Sáez, sevillana, aficionada del Betis y la única que se ha atrevido a quitarle el balón a la joven estrella: «Hace un ratito le estaba diciendo a mi hermano que me siento hasta mal (se ríe). ¿Sabe las veces que le tuve que requisar el balón a Lamine en el colegio? ¿Cuarenta mil? Siempre, siempre estaba con la bola, como le dice él. Me la llevaba a la sala de profesores, y allí aparecía para pedirla. Yo sabía que era muy bueno jugando al fútbol, pero no me imaginaba que iba a vivir todo esto. En el grupo de whatsapp del colegio nos hemos vuelto todos locos. Es que no nos lo creemos. Ahora todo el mundo habla del niño que tenemos en el colegio. Estamos muy orgullosos de él. La gente sólo ve el momento del éxito, pero detrás hay mucho esfuerzo».

Lidia recuerda perfectamente el primer día que vio a Lamine Yamal jugando en el patio del colegio. «A mí me encanta el fútbol. Siempre, todos los lunes, aprovechaba para preguntarles, tanto a Lamine, como a sus compañeros, cómo les había ido el fin de semana. Hay veces que les repartía hojas y les comentaba que me dibujaran las estrategias. A Lamine le encantaba participar. Este último año ha tenido un curso distinto pues ha sido todo de manera on-line. Pero siempre fue un niño muy bueno, un niño normal. Cuando cogía el balón sí era distinto. Lo noté desde el principio. Te ponías a verlo, y te quedabas sorprendida. Era como esos grandes músicos, los grandes escritores, esos que están tocados... Lo de él es algo extraordinario, con el fútbol. A los pocos días de conocerlo, vi como le tiraron un balón y se movió para controlarlo. Se le quedó pegado al pie. Cada vez que me acuerdo de Lamine, me lo imagino con el balón, como en el patio del colegio».

La profesora sevillana habló del buen carácter del delantero: «Siempre he tenido muy buena relación con él. Con todos los alumnos. Yo soy del Betis. Y a veces los chicos me decían cosas de mi equipo. El fútbol nos une. Cuando yo entré en el colegio estábamos viviendo un momento complicado con el procés. Los chicos no hablaban de España, todo lo contrario. Ya se puede imaginar... Pero ahora todos están más unidos, pendientes de los partidos de la selección, orgullosos; da igual que seas de un barrio, o de otro; que tus padres tengan dinero, o que no. Todos van a una».

De hecho, una de las claves del centro escolar en el que estudia Lamine Yamal es precisamente la diversidad cultural: «Aquí hay alumnos de toda índole, y le explico la razón. Hay horario diurno, y otro nocturno. El de la noche es un horario muy bueno para alumnos que tienen otras actividades, ya sea relacionada con el deporte, como con la cultura. En el horario nocturno, por ejemplo, hay muchos tenistas. Tenemos el colegio en el barrio de Tibidabo. Es un muy buen barrio, con vecinos con cierta capacidad adquisitiva, pero también hay otros alumnos de otras zonas, como Lamine, que es de Rocafonda. Me parece muy bueno que se mezclen culturas, que aprendan unos de otros. El Barcelona siempre ha cuidado mucho la formación de sus jugadores».

En este sentido, Lidia asegura que ha visto cómo algunos jugadores que prometían mucho como futbolistas de pequeños tuvieron que dejar la actividad deportiva por una inoportuna lesión. «El Barcelona obliga a sus jugadores a estudiar. No hay otra. Y debe ser así. ¿Qué pasa si finalmente no puedes ser jugador profesional? La formación siempre suma. No creo que sea incompatible, todo lo contrario, formarte como persona y jugar a cualquier deporte. Yo llegué al equipo de enseñanza reglada de la Masía porque una compañera me dijo que podía dar el perfil. Yo llegué a Barcelona por otra actividad. Estudié Historia del Arte, y me dediqué en un principio a la gestión cultural en Cataluña. Pero decidí hacer un Máster para ser profesora en Barcelona, y ahora en Sevilla».

Y es que la profesora de Lamine Yamal, por circunstancias familiares, volverá a la capital de Andalucía tras más de una década en Cataluña. «Mis amigos me han dicho que esté tranquila, que disfrute del verano. Pero ya he empezado a mover el currículum. Me han comentado que el Betis quiere instalar algo parecido a lo de la Masía. Me encantaría trabajar allí como profesora, tutora de niños y niñas con proyección futbolística. Antes son personas, y, como tal, hay que tratarlas». Como a Lamine Yamal. Orgullo de todos.

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