entrevista
La primera enfermera catedrática de Sevilla: «En los Colegios de Médicos persiste cierto fondo machista hacia las enfermeras»
Ana María Porcel logra una cátedra en la Universidad de Sevilla que marca un punto de inflexión en el reconocimiento a la preparación y cualificación académica de los profesionales de Enfermería: «Las enfermeras también somos doctoras e investigamos»
«Soy feminista, no hembrista, que es la otra cara del machismo»
«Los podólogos prescriben y me pregunto cómo se puede criticar que lo hagan enfermeras con 4 años de universidad y dos de especialidad»
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Iniciar sesiónLa enfermera granadina Ana María Porcel es la primera mujer con este grado universitario que logra una cátedra en la Universidad de Sevilla, concretamente en la Facultad de Enfermería, Fisioterapia y Podología. A ella seguirán muy pronto otras enfermeras doctoras que han superado estudios de ... posgrado y acreditado méritos relevantes en investigación y docencia.
-¿Supone su logro académico un punto de inflexión en su profesión?
-Es cierto que marca un antes y un después, porque es llegar a un estatus que no había tenido la enfermería históricamente. No habíamos tenido esa oportunidad de de haber llegado al máximo reconocimiento académico en la universidad, que es ser catedrático de Universidad.
-La enfermería empezó siendo una especie de formación profesional que se denominaba «ayudante técnico sanitario» (A.T.S.) y desde Bolonia es un grado universitario que ha hecho posible que haya enfermeras doctoras e incluso catedráticas como usted.
-Incluso antes de la formación de A.T.S ya existía lo que alguna gente más mayor puede recordar como practicantes, matronas y enfermeras. Y después fue el salto a los estudios de A.T.S. Posteriormente entra en la universidad pero como diplomado en enfermería, con lo cual no podía acceder a estudios de posgrado, reservados a lsa licenciaturas. Hasta el año 2010, con la implantación de Bolonia y el Espacio Europeo de Educación Superior, que igualó todas las titulaciones, no comienzan los estudios de grado en Enfermería.
-Usted pudo hacer un doctorado y participar en un grupo de investigación, lo cual le ha permitido optar a una cátedra universitaria. Hábleme de esa investigación.
-Tenemos una línea de investigación en cuidados complejos, cronicidad y resultados en salud. Y otra en sobre epistemología, metodología enfermera y sestudios de género vinculados con la salud. Yo principalmente trabajo en la gestión de cuidados complejos para personas con necesidades complejas. Nos encontramos actualmente con un perfil distinto de paciente con necesidades físicas, psicológicas y sociales. Las personas somos más que una suma de enfermedades, una suma de problemas físicos y eso, al final, es la complejidad. Nosotros vemos a la persona como un ser completo dentro de la humanización del cuidado.
-¿Siempre quiso ser enfermera o se planteó alguna vez ser médica?
-Siempre tuve una vocación especial por ciencias de la salud y solicité Enfermería como primera opción. Pero pienso que fue una inspiración y que realmente Enfermería me eligió a mí. Podría haber optado a otra carrera que no hubiera sido Enfermería.
-¿Tenía nota para estudiar Medicina?
-Sí, tenía muy buenas notas en el bachillerato y selectividad, pero la enfermería me llamó. Y en cuanto empecé a estudiar, especialmente la práctica clínica, me di cuenta de lo afortunada que era estudiando enfermería. Yo no quería hacer medicina ni tuve presión por parte de mi entorno por hacer medicina. Después estudié otra carrera, Biología, que también me gustaba, porque con Enfermería no podía acceder entonces a los cursos de doctorado.
-¿La enfermería es una profesión vocacional?
-Sí, pero todas las profesiones tienen una parte vocacional. Si la profesión no es vocacional, no puedes ser un buen profesional. Yo creo que te tienes que enamorar de tu profesión. Tiene que ser parte de tu vida, no sólo un trabajo.
-¿Y vio ese enamoramiento en los compañeros con los que trabajó en el hospital Alto Guadalquivir de Jaén?
-Sí, casi a cien por cien. Creo que todos mis compañeras y compañeros eran vocacionales y estaban cien por cien mirando a la persona que estaba enferma. Y también el personal médico. Todo el mundo estaba cien por cien volcado en en los pacientes.
-¿No ha percibido una cierta pérdida de vocación en los nuevos profesionales sanitarios?
-Lo que he percibido es un poco de desánimo por algunas situaciones que se plantean.
-¿Qué situaciones desaniman a los profesionales sanitarios?
-Las condiciones laborales y la necesidad de asumir responsabilidades que no se conceden a las enfemeras. Es importante el reconocimiento de mérito. Creo que los profesionales de Enfermería quieren dar más. Y están capacitadas para hacerlo
-En todas las encuestas los pacientes valoran más, en general, a las enfermeras que a los médicos. ¿A qué lo atribuye?
-Creo que esto ha pasado siempre. Y me alegra que el colectivo de enfermería esté muy bien valorado, porque realmente estamos al pie de la cama del paciente. Llegamos a ser la mano, los ojos, la voz de la persona. La enfermera tiene que ser la persona que aboga por el paciente.
-Hablaba antes de que los profesionales de Enfermería quieren dar más. Pero ya lo están dando, especialmente en los centros de salud, donde están asumiendo nuevas competencias. ¿No le parece que vamos en la buena dirección?
-Estamos hablando de asumir mayores competencias y las enfermeras las tenemos, también nuestros alumnos de grado, la enfermera especialista, la enfermera de competencia avanzada, o las enfermeras doctoras. Hace 20 años eso no existía.
-¿La profesión de enfermería ha sido históricamente infravalorada?
-La profesión de enfermería no ha estado en la universidad y, cuando logró entrar, lo hizo con un rango medio, no superior. Yo creo que ha estado subestimada porque el colectivo ha sido un colectivo predominantemente femenino -y sigue siendo un colectivo predominantemente femenino-, con un mandato de género, de diferenciación de roles entre el hombre y la mujer.
-¿Quiere decir que con más hombres enfermeros, su profesión tendría una valoración superior?
Sí, lo creo. Esto no pasó con otras profesiones. No es que lo diga yo, es que hay una amplia gama de estudios que apoya lo que estoy diciendo. Se nos dejó entrar en la universidad pero fue como un regalo envenenado, por decirlo así. Hoy en día sabemos que el nivel académico que tienen las mujeres, cuando ingresan o terminan sus estudios, es igual que el de los hombres. Hombres y mujeres somos iguales y nos necesitamos.
-Las mujeres ya han dado el «sorpasso» a los hombres en la medicina, de hecho ya ha más médicas que médicos en muchos hospitales. Pero parece que estamos muy lejos de que eso ocurra, a la inversa, con los hombres en Enfermería.
-No creo que se pretenda cambiar eso, la verdad. Se pretende que las personas, independientemente de que sean hombres y mujeres, decidan estudiar lo que lo que lo que su vocación les dicte. Actualmente se investiga en la universidad por qué llegan más hombres que mujeres a las cátedras, algo que ha sido así históricamente.
-Supongo que la conciliación familiar tiene algo que ver. Aunque no haya sido su caso...
-Yo lo he podido compatibilizar porque tengo una familia fantástica que me ha ayudado mucho. Mi pareja me ha ayudado mucho y ha sido realmente la persona que me ha permitido llegar hasta aquí. Yo siempre he creído en la igualdad entre hombre y la mujer.
-En los centros de salud el personal de Enfermería está asumiendo más funciones ante la falta de médicos de familia y las demoras que esto causa en la atención a los pacientes. Aquí el Servicio Andaluz de Salud ha hecho de la necesidad, virtud, pero los Colegios de Médicos han criticado estas nuevas funciones de las enfermeras e incluso hablan de «peligros» para la salud de los pacientes. ¿Les parecen justificadas estas críticas?
-Las enfermeras pueden realizar esas competencias legalmente porque no podrían ejercerlas en caso contrario. Pero es que académicamente están totalmente capacitadas y preparadas para hacerlas. Y el sistema sanitario necesita un cambio en el paradigma de transformación y tenemos que poner al profesional mejor preparado en el sitio donde pueda dar esa mejor atención. Lo demás es estar perdiendo recursos en un sistema sanitario público. Si las enfermeras están ejerciendo esas funciones es porque las pueden ejercer y lo que tenemos que hacer es habilitar los mecanismos para que esa enfermeras sigan con todas las garantías jurídico legales, desarrollando esas competencias y más.
-A los Colegios de Médicos no les gusta que las enfermeras receten...
-Los datos dicen que cuando las enfermeras prescriben no hay ningún problema de seguridad clínica. El Colegio de Enfermería de Sevilla se ha preocupado mucho por este tema y especialmente su presidente, Víctor Bohórquez, que está volcado con las enfermeras. Además, es que nuestros alumnos, dentro de Bolonia, tienen una competencia que es prescripción enfermera, la cual puede ayudar a solventar muchísimos de los problemas que tiene el sistema sanitario. Un podólogo puede prescribir y yo me pregunto cómo se puede criticar que una enfermera con cuatro años de estudios universitarios, con una especialidad, con posibles estudios de máster y de doctorado, prescriba, por ejemplo, paracetamol.
-¿Hay ciertos celos entre los médicos y las «nuevas» enfermeras?
-Yo creo que a veces es resistencia ante lo que lo que desconocemos. A veces nos salen los miedos, somos humanos. Entonces ante el miedo de qué pasa en esta nueva situación, creo que muchas veces vienen estas declaraciones que, bajo mi punto de vista, no tienen ningún fundamento. Son opiniones pero no declaraciones basadas en hechos contrastados. Y quiero decir que vienen del desconocimiento. En mi experiencia como enfermera en el Hospital del Alto Guadalquivir, los médicos estaban encantados con las mayores competencias de las enfermeras. Les aportaba mucha seguridad.
¿Cree que puede haber algún fondo machista en esta crítica de las instituciones médicas colegiales a la prescripción de las enfermeras?
-Puede haber algún fondo machista, por supuesto. El hecho de ser una profesión eminentemente femenina tiene unas connotaciones. La misma connotación, a lo mejor, de no haber accedido a diferentes puestos, porque la misma enfermera, por ser mujer, no estaba en situación personal de poder dedicarse a ello. Lo que puedo decir es que estas críticas no tienen fundamento, ni rigor, ni están basadas en evidencia científica, porque a nivel internacional las enfermeras prescriben en sistemas de salud altamente cualificados, como los de Canadá, Australia o Reino Unido. En esos países el estatus de la enfermera es muy bueno, pero también es verdad que que hay clases y especializaciones.
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