El precio del alquiler en Sevilla es un 70% más caro que hace diez años

Los propietarios prefieren poner sus viviendas en alquiler temporal antes que en permanente, ya que resulta hasta cuatro veces más rentable, pero esto dificulta al inquilino encontrar un piso libre

Sevilla es la gran capital española con el precio de alquiler más bajo

El sevillano destina casi la mitad de su sueldo a pagar el alquiler

El drama del alquiler

Una persona observa el escaparate de una agencia inmobiliaria juan flores

La situación del mercado inmobiliario ha hecho que en 2025 sea más caro pagar un alquiler que afrontar la compra de un inmueble. Y es que el precio de la vivienda de alquiler en Sevilla ha aumentado en un 70% en tan sólo diez años. ... En 2015 la renta per cápita en la capital hispalense era de 16.000 euros y el alquiler de un piso de 80 metros cuadrados costaba de media 456 euros. Diez años después la renta per cápita es de 18.700 euros y el precio del alquiler de una vivienda del mismo tamaño es de 1.008 euros al mes, según indica un informe del portal inmobiliario Idealista. De hecho, este 2025 se ha alcanzado el máximo histórico en cuanto a precio de la vivienda de alquiler se refiere.

El metro cuadrado hace una década, después de haber estado tras la crisis de 2008 al alza durante varios años, estaba a 7,5 euros; en 2010 el precio rondaba los 10 euros. Tras una bajada de los precios llegando a su mínimo a comienzos de 2015, el mercado comenzó a revalorizarse y los precios mantuvieron una tendencia al alza. Nueve años después, en 2019 el alquiler volvió a situarse en los 800 euros para un piso de 80 metros cuadrados.

Tomando de nuevo el año 2015 como referencia, el metro cuadrado tardó en aumentar 3 euros su valor cinco años, alcanzando en plena pandemia un pico. En mayo de 2020 el precio era de 10,7 euros. Aunque después de ella se volvió a efectuar una bajada, en mayo de 2023 volvió al mismo nivel que tres años antes. Desde hace dos años el precio del alquiler no ha parado de subir. De hecho, en junio de 2024 era un 9,4% más barato que en la actualidad.

Ley de la Vivienda

Esta subida desmedida coincide con la entrada en vigor de la Ley de Vivienda de 2023, que buscaba justamente el efecto contrario. Como ya publicó ABC, el informe del Observatorio del Alquiler de la Fundación Alquiler Seguro y la Universidad Rey Juan Carlos expone como la ley ha reducido notablemente la oferta de inmuebles para alquilar, tensionando aún más el mercado. A nivel nacional se estima que cada piso publicitado recibe 112 solicitudes, mientras que hace unos años era 37 los interesados. Los datos que este informe recoge sobre la capital hispalense indican que antes de la ley se ofertaban 29.346 pisos, mientras que tras su entrada en vigor son 24.111. La presión de la demanda ha aumentado de tal forma que por cada inmueble en alquiler hay 63 interesados, en vez de los 20 que solía haber. Esto ha hecho que se encarezcan y que el precio medio de un alquiler pase de 784 a 936 euros en 24 meses, de mayo de 2023 a mayo de 2025.

Otra de las causas de que el alquiler haya llegado a máximos históricos y que la demanda sea mucho mayor a la oferta es la decisión de los caseros de destinar sus inmuebles al arrendamiento temporal antes que el permanente. Estos contratos tienen una duración de once meses, de manera que el propietario evita pagar la tasa de intermediación inmobiliaria. Por ello, mientras antes un inquilino solía estar varios años en un mismo piso -sabiendo que experimentaría una ligera subida a medida que pasara el tiempo- ahora, antes de los doce meses, muchos se ven obligados a cambiar de vivienda.

La rentabilidad de este tipo de alquileres es un 400% más en la capital hispalense. En zonas como el barrio de Santa Cruz, una de las más visitadas de Sevilla y donde la gran mayoría de los inmuebles están dedicados al turismo, a los propietarios les es hasta cinco veces más rentable poner sus viviendas en alquiler temporal que en el tradicional.

350 euros más en cinco años

Los jóvenes son de los grupos que más sufren la subida de precios en el alquiler. De hecho, se han acostumbrado a que el precio que pagan por el alquiler no esté a la altura del lugar en el que viven. Uno de ellos es Francisco, que llegó a Sevilla hace cinco años para cursar sus estudios universitarios. En este tiempo siempre ha vivido en el barrio de Triana dada su cercanía a la Cartuja, ya que estudia en la Facultad de Comunicación. «En cinco años hemos pasado e los 700 a los 1.050 euros, un tercio más por persona», explica a ABC este joven de 23 años.

Desde que llegara a Sevilla en 2020 ha cambiado cuatro veces de piso, ya que, como señala, «la oferta es muy mala», por lo que cada año ha querido buscar un lugar mejor. Explica también que los contratos que los caseros les hacen a los estudiantes suelen corresponder al curso escolar: de septiembre a junio. «Ahora, si te quieres quedar al año siguiente en el mismo piso tienes que pagar el verano; antes no sucedía tanto», reconoce el estudiante, que hasta este año no ha repetido piso. Su primer curso lo pasó en la calle Tadeo Soler pagando 700 euros por tres habitaciones y un baño. El segundo se fue a la calle Maestro Jiménez y pagaban 900 euros por tres habitaciones y un baño. En su tercer año decidió mudarse a la calle San Jacinto a un piso igual por 800 euros. Fue el pasado curso cuando encontró el piso en el que ya lleva dos años, en la calle Evangelista, por 900 euros al mes, tres habitaciones y dos baños. No obstante, este año el precio ha subido a 1.050 euros. «Entiendo la subida de 50 euros por cabeza este año; todo ha subido», explica este chico quien, de no conseguir prácticas el próximo curso, volverá a su pueblo. Si tuviera suerte, se verá probablemente pagando por trabajar, ya que la mayoría de las prácticas o no son remuneradas o, si lo son, no dan para vivir.

Ante un panorama como el actual, en el que el acceso a la viviendas es cada vez más complicado, se impulsan otras alternativas habitacionales como el 'coliving'. Consiste en habitaciones privadas en edificios donde cocina y otras estancias son compartidas. Tanto inmobiliarias como la propia administración lo plantean como una forma de dar respuesta a los cambios de estilo de vida de los más jóvenes, que buscan vivir en comunidad y que, en muchos casos, resulta la mejor opción para aquellos denominados como 'nómadas digitales'. Sin embargo, se trata de una romantización de la precariedad que sufren las nuevas generaciones, donde los bajos sueldos y la falta de oferta en el mercado no sólo dificultan ya independizarse sino también el compartir piso.

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