La coacción, el insulto, el chantaje… no hacen camino hacia la razón, más al contrario suelen ser el muro en el que se estrella la mejor voluntad de solucionar un conflicto. El de la policía local de Sevilla aflora cada cierto tiempo como un virus ... latente. La causa es crónica: el déficit de efectivos. Hay, por tanto, mucho que negociar antes que exigir dinero en cada negociación con la amenaza de un colapso del servicio, como hasta ahora han hecho los sindicatos policiales. Esto, unido a la trama de bajas masivas y al casposo modo en el que se quieren hacer oír, ha ocasionado una pérdida de imagen que no puede permitirse un colectivo que debería ser orgullo de la ciudad. Bienvenido sea el acuerdo y que perdure en el tiempo el sentido común.
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