Vox confirma en el Pleno su cambio de estrategia y adopta el discurso de José Luis Sanz
Los ediles de Abascal salvan la aprobación de la ordenanza de veladores y mutan su discurso a un argumentario de defensa de la gestión del gobierno
Sevilla aprueba su nueva ordenanza de veladores con el voto de calidad del alcalde

Casi dos años de mandato en el Ayuntamiento dan para mucho, hasta para cambiar radicalmente la estrategia de un grupo municipal para encontrar su utilidad en el Salón Colón. Le ha ocurrido a Vox, que ha pasado de ser esa «oposición con lupa» que ... se atribuyeron al socio preferente del gobierno de Sanz. El Pleno ordinario de ayer confirmó este idilio político entre ambas formaciones, consolidando las buenas relaciones que se encauzaron en el acuerdo presupuestario. De aquel apoyo velado se ha pasado a un pacto tácito –no escrito– por el que los ediles de Abascal salvan los muebles al alcalde en los proyectos más relevantes. Este jueves se escenificó un nuevo capítulo con la abstención para aprobar la ordenanza de veladores.
Esta buena sintonía coincidió con el día (20 de marzo) y la hora (10.02 de la mañana) en que entró oficialmente la primavera. El cambio de estación se evidenció en la relación de conveniencia y en los detalles externos al Pleno. En la calle salió el sol y regresó el exempleado municipal Jesús Moreno con su Cruz de la Injustica a la puerta del Consistorio. «Aquí voy a estar hasta la Semana Santa», amenazaba a grito pelado. Hasta un vencejo se coló en el Salón Colón, obligando a retrasar el inicio de la sesión y sobrevolando por encima de los ediles todo el Pleno. Para cerrar esta escena, el socialista Juan Carlos Cabrera se dejó ver con una corbata de mini armaos de la Macarena. «Estos son los que tendrían que venir aquí a controlar las cosas», bromeó con el popular Alés.
Pero las miradas estaban puestas en el gran asunto del día, el refrendo de la normativa reguladora de los veladores. No hubo sorpresas, pues Vox permitió que el expediente saliera adelante, aunque poniéndose de perfil y obligando a que Sanz recurriera al voto de calidad. Cristina Peláez, la portavoz, dejó claro que la norma «no es la de nuestros sueños, pero se adapta a las necesidades». Ahí comenzó una defensa verbal que, por momentos, la mimetizó con el discurso del gobierno y que llevó al PSOE a bautizarla como «subdelegada de Urbanismo». De hecho, el socialista Francisco Javier Páez calificó la abstención de «ridícula» y lanzó una retahíla de críticas vacías, amparadas en un supuesto rechazo de los vecinos, en las que no esgrimió ni un sólo argumento.
El «equilibrio»
Pero Vox tenía clara su estrategia y así la defendieron. «Modifica aspectos como el aumento de las sanciones, pasamos de 1,5 a 1,8 metros de distancia de fachada a velador, y es una bueno mantener el horario hasta las 23 horas en los días laborables y que el periodo de adaptación sea de tres años». Habló de «equilibrio» entre vecinos y hosteleros, igual que el gobierno de Sanz para apagar las críticas de varios sectores. Lo que dijo Peláez no distaba en nada de lo que había señalado Juan de la Rosa, edil de Urbanismo. «La ordenanza encuentra el equilibrio, siendo conscientes de que es imposible contentar a todos al cien por cien». Es más, insistió en que ha estado en el trámite de audiencia pública «durante más de siete meses» y que se han incorporado alegaciones «de hosteleros, vecinos y grupos de la oposición».
En Vox asumían así el discurso y hasta prefirieron guardar silencio en puntos en los que el bloque PSOE y Podemos-IU fue más crítico. Ocurrió con las modificaciones presupuestarias que no gustaron en la izquierda y que, según el concejal Ismael Sánchez, «rozan la ilegalidad». Pero los de Abascal iban a lo suyo y el alcalde premió la fidelidad en su respuesta al portavoz del PSOE, Antonio Muñoz, por la paralización de los centros de resiliencia de San Jerónimo y el Cerro, también por acuerdo con Vox. «Les agradezco que pongan propuestas sobre la mesa, no como usted que sólo ha generado alarma y criminalizado a quienes más lo necesitan», dijo. Peláez y los suyos sonreían mientras contemplaban este cruce de acusaciones.
En el PSOE aprovecharon cada intervención para cuestionar a los delegados. «¿Encontraremos hoy al que dice una cosa en el distrito o al altivo del Pleno?», preguntó el socialista Juan Tomás Aragón sobre el popular José Luis García. Un clásico de cada sesión, como los desalojos. Dos hubo en esta ocasión, uno de la asociación 'Sevilla se muere', por sus críticas a la ordenanza de veladores y hacer caso omiso a tres advertencias de la Presidencia; y otro de una pareja de que mostró su rechazo al nuevo contrato de la grúa municipal. Por estar, estuvo hasta Pedro Sánchez y su asistencia a la entrega de llaves de las VPO de Hacienda del Rosario. «El presidente viene porque es el presidente», dijo la socialista Encarnación Aguilar, en otro argumento sin argumentos que remató el primer Pleno primaveral.
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