Los pinchazos de la Guardia Civil al fontanero Rafael Pineda: «Si fuera del Gobierno de España te lo resuelvo yo»

Entonces se conocía que el Juzgado de Instrucción número 10 de Sevilla tenía una causa, bajo secreto desde enero de 2025, para investigar hechos vinculados al que fuera gerente de Lipasam en la etapa de Sánchez Monteseirín como alcalde, coincidiendo en el Ayuntamiento con su «compadre» Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, actual vicepresidente primero del Congreso de los Diputados.

Poco a poco se fueron conociendo más detalles del caso, como era el origen del mismo. En este órgano judicial existía desde el año 2023 una causa contra una red criminal dedicada al blanqueo de capitales vinculados al narcotráfico y a otras actividades ilícitas como las estafas o la falsedad documental mediante empresas pantallas y testaferros. En el marco de esta investigación la juez ordenó la intervención de los teléfonos de los principales investigados.

En esos pinchazos uno de los narcos se refería a una persona, al que denominaba «Delegado del Gobierno» y a quien se dirigía para que le hiciera unas gestiones con papeles de trabajadores en situación irregular en España. La Guardia Civil pudo identificar a esa persona con Rafael Pineda, jefe de gabinete de Pedro Fernández.

Entonces se abrió una línea de investigación, con una pieza separada en el juzgado, sobre hechos que podrían constituir presuntos delitos de prevaricación y cohecho. El devenir de la actuación de la Guardia Civil, a través de la Policía Judicial y de la Unidad Central Operativa (UCO), ha permitido apuntar actuaciones de Pineda como auténtico fontanero para desatascar asuntos tan diversos como los papeles para inmigrantes o la apertura de un bar vinculado al narco, o una cena romántica para una alto cargo del PSOE....

El primero de los trabajos que Pineda hace en favor del narco, una relación que la Guardia Civil califica de «total servilismo» entre el dirigente de la Administración central, a cambio de dádivas, y uno de los cabecillas de la red criminal, es la regularización de inmigrantes que trabajaban con éste. «El delegado del Gobierno (como llamaba a Pineda) ha dicho que le dé los papeles de todo el mundo a los que quiera arreglarles documentos de extranjería».

El narco tiene un problema de acceso en los casinos de juego en Andalucía. Rafael Pineda le dice que eso es una cuestión de otra administración. «Si fuera el Gobierno de España te lo resuelvo yo».

De otro lado, y asumiendo un papel casi de celestino, Pineda le pide a su amigo narco, quien regenta un local de copas y comida en Gines, «un favor», una cena para «su mujer fuerte del partido (PSOE), una diputada mía, de las nuestras, del grupo cerrado». Dice en otra conversación que «es la número tres del PSOE de Sevilla», después que es la «vicesecretaria general del PSOE, esta es mi hermana, entré en el partido y desde el primer día estoy con ella, y estamos cinco amigos».

En las conversaciones también se relaja Pineda y llegar a confesar incluso estafas: «Dentro de lo que cabe bien, y espero cerrar aquí, he cerrado un buen negocio que me ha dejado un dinerito curioso y ahora espero cerrar otra cosa que me pone... (se entrecorta), con lo de mis estafas y todo eso, y la verdad es que no me puedo quejar».

O su visión sobre la política: «Es como una partida de poker... manejar dinero en política es un riesgo y donde más se disfruta es en los que no se toca dinero ni presupuestos. Así está mi compadre, de vicepresidente del Congreso de los Diputados, que el único presupuesto que maneja es para dar cócteles cuando viene un embajador». También dejó su opinión de la Policía Nacional: «Tener todo el día a la policía al lado es una mierda, además es una de las instituciones más corruptas».

Sin embargo, es el episodio desvelado por los pinchazos telefónicos realizados por la Guardia Civil sobre las gestiones de Pineda en Gines el que deja más evidencias de su fontanería. Intermedia con el Ayuntamiento de Gines para la reapertura de un pub de su amigo narco. Su intermediación fue relevante para conseguir desatascar los expedientes abiertos en el Consistorio contra este establecimiento, presionando al alcalde, el socialista Romualdo Garrido, y éste a la arquitecta municipal.

Pero en Gines no sólo hizo esta labor de fontanería, sino que Pineda presumía de estar «partiéndose la cara» por librar a Garrido del caso de la Para de Ginés. Incluso admite que se está dejando «un montón de pelos en la gatera por él», en relación al alcalde.

Por todo esto, la Guardia Civil, en uno de los diversos oficios que obran en el caso Pineda, concluye que el ex jefe de gabinete del delegado del Gobierno en Andalucía ejerció «un papel relevante y necesario» para lograr la reapertura del negocio del narco, circunstancia que dio lugar a la obtención de la resolución favorable en un plazo de tiempo reducido gracias a sus injerencias con el alcalde de Gines, «produciendo un beneficio» a favor de su amigo narco, quien «parece haberle agradecido la ayuda prestada a través de frecuentes invitaciones en su negocio, a falta de realizarse investigaciones que indiquen un posible lucro económico por parte de Rafael Pineda», quien llega a decir que el jefe de Extranjería es «su subordinado».

El siguiente paso de la Guardia Civil fue inventariar el patrimonio real de Pineda y de su mujer, Olga Pérez, detectándose aquí la compra por 1,7 millones de euros de la parcela de Emvisesa y todos los movimientos de «una operación comercial sospechosa» por la que, en apenas cinco meses, dio un beneficio de casi 2,2 millones de euros al matrimonio Pineda-Pérez, dos socios más y un empleado de la empresa municipal de vivienda, que se llevó casi 80.000 euros.

Para investigar tal pelotazo, la Guardia Civil ha requerido a la empresa municipal toda la documentación relativa al proceso público de arrendamiento llevado a cabo en el verano de 2016, al que sólo optó la mujer de Pineda; y del proceso de enajenación de 2024, en el que sólo ofertó la sociedad de la mujer de Pineda, Higuerón Real Estate, creada días después de conseguir el arrendamiento de estos más de diez mil metros cuadrados en Pino Montano.