visita fugaz
El paseo de Hillary Clinton por Sevilla: pescaíto frito, 'Dorne', Colón y los murillos de la Catedral
La que fuera candidata a la Casa Blanca disfrutó de platos sevillanos almorzando en el restaurante Río Grande de la calle Betis, visitó el Real Alcázar y la Catedral durante un par de horas junto a sus amistades y paseó por el Patio de Banderas y la plaza del Triunfo entre fuertes medidas de seguridad
A las diez se organizó una fiesta en el Palacio de las Dueñas a la que acudieron, entre otros, David Bisbal, Vanessa Martín, José María Manzanares o Antonio 'Farru'
Hillary Clinton descubre el Alcázar y la Catedral de Sevilla
En imágenes, Hillary Clinton como una turista más por el casco histórico de Sevilla
Sevilla
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Iniciar sesiónHillary Clinton está disfrutando de un fin de semana en Sevilla con sus amistades y está descubriendo los tesoros que tiene la ciudad. Vecinos de Triana y Los Remedios se sobresaltaron este sábado sobre la una de la tarde cuando una larga comitiva de ... coches y furgonetas negras aparecieron por la calle Betis y se pararon en las puertas del restaurante Río Grande. De repente, numerosos guardaespaldas antecedían a una mujer rubia, que resultó ser Hillary Clinton, quien fuera Secretaria de Estado de los Estados Unidos durante el mandato de Barack Obama como presidente y Primera Dama durante los años noventa.
Clinton llegó el viernes a la capital hispalense junto a la embajadora de los Estados Unidos, Julissa Reynoso; María Otero, ex subsecretaria de Seguridad Civil, Democracia y Derechos Humanos americana; Mariana Gyalui, productora musical, y Mónica C. Greco, oficial de Asuntos Políticos de la Embajada.
A las puertas del restaurante de la calle Betis, respondió en inglés a una persona que le dio la bienvenida a Sevilla: «Muchas gracias, estoy feliz de estar aquí». Con esa escueta respuesta y sin pararse, se adentró junto a sus amigas en el interior de Río Grande y disfrutó de las vistas que ofrece el restaurante de la Torre del Oro, la Giralda y la Catedral de Sevilla, así como de los platos y de la cocina sevillana entre los que se encontraba el pescaíto frito, tan típico del arrabal trianero y por el que había pasado en coche la que también fuera candidata a ser la primera presidenta de los Estados Unidos en 2017.
Con un largo abrigo oscuro y una bufanda azulina, Clinton salió del establecimiento pasadas las dos y media de la tarde para continuar con la visita por la ciudad. La siguiente parada fue el entorno que es Patrimonio de la Humanidad como es la plaza del Triunfo, el Archivo de Indias, la Catedral y el Real Alcázar. Este último monumento fue el primero que visitó Clinton.
En la muralla y fuera del Patio de Banderas se encontraban el delegado de Turismo del Ayuntamiento hispalense, Juan Bueno, y la gerente del recinto palaciego, Ana Jáuregui, quienes charlaron con miembros de la embajada estadounidense y del personal de seguridad mientras esperaban a la exsecretaria de Estado americana.
El Patio de Banderas y la puerta del Apeadero
Con el sol en todo lo alto de un sábado frío pero agradable, la comitiva de vehículos negros entró en la Plaza del Triunfo ante la sorpresa de numerosos turistas que caminaban por el barrio de Santa Cruz y que volvían de visitar el recinto palaciego. Los guardaespaldas pedían espacio porque se había conformado un círculo de seguridad en torno a Hillary Clinton. Saludó a las autoridades y atravesaron la puerta hacia el Patio de Banderas unos minutos después de las tres de la tarde. Ya había desmontando el puesto el hombre de los inciensos por lo que quien fuera Primera Dama de los Estados Unidos no pudo oler el aroma cofrade, que fue lo único que le faltó en su visita.
Con un paso firme y escuchando atentamente el inglés de Juan Bueno, avanzó hacia la puerta del Apeadero del Real Alcázar donde le esperaba un guía turístico que le enseñó numerosos detalles y secretos de uno de los palacios reales más antiguos de Europa.
Tampoco se paró Clinton ante el puesto de pinturas que se encuentra a pocos metros de esta puerta del Alcázar pero sí se fijaba en la fachada por donde salen los visitantes y que fue realizada por Vermondo Resta entre los siglos XVI y XVII. Justo en allí, y entre las fotografías de los curiosos que reconocían a una Clinton –que no se quitó en ningún momento las gafas de sol–, se despedían el edil de Turismo y la gerente del Alcázar para que la política americana se adentrara al recinto palaciego.
Aunque la visita fue breve en el tiempo, sí fue intensa porque Clinton vio de primera mano las principales estancias del Alcázar como el Patio de las Doncellas, el Salón de Embajadores y otros lugares del Palacio de Pedro I que son muy conocidos por muchos estadounidenses por la serie de 'Juego de Tronos', tal y como conociera de primera mano también Barack Obama cuando visitó la ciudad en 2019 por la Cumbre Mundial del Turismo ya como expresidente tras haber suspendido en 2016 una oficial como 'líder del mundo libre' por un tiroteo en Texas.
Clinton visitó estas estancias mientras cientos de turistas también caminaban por los jardines del Real Alcázar, los cuales fueron escenarios de Dorne, uno de los países de la serie de la plataforma HBO que tanto éxito tuvo durante su emisión. Conoció de primera mano los detalles que encierran los zócalos de cerámica que se reparten por todas las estancias del palacio sevillano, así como las restauraciones que se realizan constantemente para mantener este monumento de la ciudad que es Patrimonio de la Humanidad desde los años 80 y que miles de americanos visitan cada año.
Clinton es una gran amante del arte y del patrimonio histórico y artístico, y paseó ante una de las fachadas más primorosas del recinto como es la de entrada al Palacio de Pedro I de Castilla, realizada por alarifes mudéjares en el siglo XIV.
La explicación de la Giralda y la entrada por la Puerta de Campanillas
A su salida de nuevo por la puerta del Apeadero del Real Alcázar, se encontraba de frente con una de las imágenes más icónicas de Sevilla: la cara sur de la Giralda. Durante el breve paseo hasta la Catedral, el guía turístico explicó detalles del Patio de Banderas o la propia historia de la torre mayor y su origen porque, con los gestos del cicerone, se adivinaba que comentaba que el muecín llamaba a la oración desde la atalaya y que en el siglo XVI fue transformada para alojar el cuerpo de campanas.
La comitiva volvía a salir a la plaza del Triunfo y de nuevo se formaba el círculo de seguridad mientras Clinton contemplaba con asombro a la Giralda y sus amigas reían e incluso hacían algunas bromas durante el paseo. Llamaba poderosamente la atención de los turistas la hilera de coches situada justo delante la Casa de la Provincia.
El dispositivo de seguridad estaba mucho tiempo antes preparado de que llegara Hillary. En la puerta de Campanillas de la Catedral esperaban personal de la embajada estadounidense y de la Seo. Cuando llegó la que fuera Secretaria de Estado, saludó a los trabajadores y se internó hacia el interior donde conoció de primera mano el altar mayor, el más grande de la cristiandad y sobre todo, algo que interesa mucho a los norteamericanos como es la tumba de Cristóbal Colón.
Miles de estadounidenses fotografían el lugar en el que reposan los restos del descubridor y Clinton se interesó por la historia de la persona que se embarcó hacia América en 1492 desde España. Asimismo, se le enseñó la tumba de su hijo Hernando Colón, el cual creó la Biblioteca Colombina y es uno de los principales referentes de la historia americana.
Después, dentro de la breve visita que realizó Clinton por la Catedral, pudo contemplar con detenimiento algunos cuadros de Bartolomé Esteban Murillo y, sobre todo el que se encuentra en la capilla de San Antonio, donde al santo se le aparece el Niño Jesús. También, la ex Primera Dama pudo ver la pintura del Santo Ángel de la Guarda que está en el muro oeste y que fue un regalo de los Capuchinos a los canónigos en agradecimiento por haber custodiado sus murillos antes de trasladarlos a Gibraltar para evitar ser expoliados por los franceses.
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La comitiva que acompañaba a Clinton volvía a abandonar la Catedral unos minutos antes de las seis de la tarde para ir hacia el hotel. Luego, a las diez de la noche, se desplazó al Palacio de las Dueñas, donde se organizó una fiesta a la que acudieron artistas como David Bisbal, Vanessa Martín o Antonio ‘Farru’ o el torero José María Manzanares.
La visita de esta política estadounidense se une a la de otras personalidades norteamericanas que se han acercado en las últimas décadas a la capital hispalense y que han conocido de primera mano los monumentos o sus fiestas. Cabe recordar que otra ex Primera Dama, Jackie Kennedy, vino a Sevilla, se vistió de flamenca, fue a la Feria de Abril, montó a caballo e incluso se colocó una mantilla para ver los toros en la la Maestranza.
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