entrevista
Emilio Vara, el camarero-poeta de Sevilla: «La vida es la barra de un bar y aquí te enteras de muchas más cosas que viendo el móvil, la tele o los periódicos»
Emilio Vara, el encargado de Casa Moreno que lee periódicos, poesía, ve telediarios y escucha los programas de radio, dice que en los bares pasa la vida: «Una pareja que se enamoró y se dio los dichos en nuestro bar, nos trajo a su hijo cuando nació y lo bautizamos con manzanilla pediátrica», cuenta
«Los clientes me piden a mí la cuenta porque se la hago a mano con una frase dedicada»
«El día antes de morir Francisco Moreno le dijo a su hijo que no se olvidara de entregar el salchichón de Riera que le encargó un futbolista del Betis»
Sevilla
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Iniciar sesiónEmilio Vara trabaja desde hace más de 33 años en Casa Moreno, en pleno casco histórico de Sevilla, una tienda de ultramarinos que tiene un bar en la trastienda en la que este hombre se pasa casi todo el día. Emilio, que es un ... maestro de la escucha desde que empezó a ganar dinero con 17 años («me gusta más escuchar que hablar porque la vida es la barra de un bar«), contesta a las preguntas como si fueran disparos, desde el otro lado de la barra, y cruza también palabras con clientes espontáneos que toman su café o su vino a nuestro lado. Todos los que vienen aquí lo conocen porque este camarero-poeta de mecha rápida, que acabó el COU y quería hacer Historia o Periodismo, construye frases geniales que escribe sobre la cuenta de los clientes o sobre un trozo de papel y pega luego en las paredes del bar entre el beneplácito y la admiración de sus clientes. Esas paredes de la trastienda de Casa Moreno son un compendio de sabiduría popular, la que sólo se destila con el paso del tiempo junto a botellines, manzanillas y carajillos. La conversación fluye entre café y café, entre un montadito de lomo en manteca y otro de sobrasada con queso, porque nadie descansa, bebe o come en Sevilla a la misma hora.
-¿Qué es lo primero que debe transmitir un camarero?
-Seguridad. Como estés inseguro, el cliente se da cuenta y abusa de ti. Y no se puede olvidar que la persona que entra por esa puerta y se gasta aquí un euro es muy importante. Aquí viene mucha gente importante como toreros, escritores, pintores, etcétera, pero para mí todos los clientes que se gastan un euro son muy importantes. Ya se lo dijo Bernabéu a Di Stefano un día en el palco del Real Madrid, que ninguno de los dos era lo más importante del Real Madrid. Para mí el cliente más importante es el que estoy atendiendo ahora, sea quien sea. Es el presente y el futuro de este bar.
-En los bares pasan muchas cosas. Cuénteme alguna.
-Un día llegaron dos grupos distintos al bar y un chico y una chica se conocieron y se enamoraron aquí. Luego vinieron al bar a tomarse los dichos, a hacer su despedida de solteros e incluso me invitaron a la boda. Nació el niño y lo trajeron y lo bautizamos aquí con manzanilla pediátrica. También hemos tenido dobles parejas, porque aquí pasa de todo. Esto es un confesionario. Estamos hecho de trocitos de barra, todo transcurre en los bares. La vida es la barra de un bar y el cliente es una oportunidad.
-¿Un camarero se entera de todo?
-Sí. Cuando he estado de baja alguna vez por tema de varices, por muchos periódicos que lea, mucho móvil e Internet que vea y mucha televisión que ponga, no me entero ni de la mitad de las cosas que me entero en la barra de un bar. Llega un vecino y me cuenta una cosa que no ha salido en ninguno de esos sitios. Y se echa de menos cuando no estás aquí. Mi sintonía y mi emisora de radio son ustedes (dice dirigiéndose a algunos parroquianos que charlan entre ellos y consumen sus bebidas). Aquí me entero de todo.
-¿Cómo vive un bar en Sevilla las crisis económicas?
-Recuerdo que en la más gorda, la de 2008, escribí: «Si quieres relajarte, disfruta de la crisis» (señala el papel en la pared donde está clavado, frente a la barra). En esa época todo el mundo venía aquí después de las manifestaciones porque las había todos los días en la Plaza Nueva. Y todo el mundo venía a beber aquí, a nuestro bar, con sus banderas; y había gente, incluso a la que le iban a quitar la casa, porque habían perdido su empleo y no podían pagar la hipoteca, que se bebía un montón de botellines y se hartaban de reír. Era lo que había. La crisis económica es como una enfermedad que acabará pasando y la gente piensa que debe seguir bebiendo porque no se va a morir ya.
-No dejar de ir a los bares bajo ningún concepto es muy sevillano...
-Los bares son necesarios y ayudan a la gente a distraerse de los problemas, que hace falta. El botellín nunca debe faltar y este bar no sufrió tanto la crisis. Pero hubo muchos establecimientos cuyos clientes iban con tarjeta de empresa a la que hacían grandes cargos que tuvieron que cerrar. Les quitaron la tarjeta pero aquí viene otro tipo de clientes.
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