Dos hombres se tiran en paracaídas del cohete de la Cartuja de Sevilla

Primero se ha tirado uno y luego el otro, provocando la expectación de los poco curiosos que paseaban en ese momento por el Camino de los Descubrimientos, una zona de la Cartuja que es poco transitada. Pero los que lo han visto se han parado a ver el salto, algo que no ocurre todos los días.

David Laffargue y Paul Rbd, dos deportistas de salto base, ya se lanzaron al vacío desde el mismo lugar a principios del mes de febrero.

La maniobra de salto base, fue colgada en un vídeo de Instagram y difundida rápidamente. Tres, dos, uno... Y ambos, primero uno y después el segundo, se lanzaron al vacío desde lo más alto del cohete, al que debieron acceder previamente desde su interior para saltar desde la parte más alta. La caída fue limpia. Y ambos salieron intactos a la zona del antiguo lago de la Expo.

«¿Es un lanzamiento espacial secreto en medio de la ciudad?» ,Y ahora que me he dado cuenta, ¿vendrán los Hombres de Negro a borrar mi memoria?«, dicen en sus redes sociales los paracaidistas de aquel video para referirse a su hazaña. Aquellos saltadores aseguraban que después de subirse al cohete, les decepcionó ver que no llegarían hasta la luna. «No podía presionar un botón para ir a la luna, ¡pero me alegré de ver que estaba lo suficientemente alto como para saltar!», dicen.

Pocos recuerdan que la réplica del cohete se hizo con la maqueta que utilizó la propia empresa Airanespace para fabricar la que luego enviaría al espacio el satélite Hispasat y que se trasladó desde Francia a Sevilla en convoyes especiales hasta Hendaya y desde allí en tren hasta la capital hispalense y luego en camiones hasta la Expo. Para sustentar su peso, más de 3o toneladas , se construyó una base de hormigón de 700.000 kilos, lo que explica como en estos 20 años su estructura, que alcanza los 64 metros, ha permanecido en pie sin más sustos que los generados por el abandono que ha inundado también otros espacios del recinto de la Expo. Con un diámetro de base de casi diez metros y un volumen de 136 metros cúbicos, en su día estaba rodeado por una zona ajardinada con una fuente, de la que hoy sólo quedan los recuerdos.