Óscar Puente presume del túnel español bajo el Támesis que niega para Sevilla tras retrasar la SE-40

El ministro de Transportes no dudó en alabar la obra, «única en el mundo», cuya particularidad reside en que «para construir un túnel doble de 1,2 km y hacerlo con una única tuneladora de 14 m de diámetro y 1.800 t, se ha hecho rotar la misma en una cámara de rotación». Estas palabras iban acompañadas en su perfil de X de un vídeo en formato time-lapse de la operación que Puente ha calificado como «impresionante».

El reconocimiento de la empresa española que está construyendo un túnel de tal envergadura contrasta, sin embargo, con el rechazo que desde el Gobierno de Pedro Sánchez se brindó a la ejecución de un proyecto similar en el Guadalquivir, como se proyectó para Sevilla para poder cerrar la SE-40 comunicando Dos Hermanas y Coria del Río. Una infraestructura que se llegó a comenzar y se paró por la crisis, durante el mandato de Mariano Rajoy, y que obligará a pagar una millonaria indemnización a la UTE que realizaba los trabajos por el lucro cesante, que está aún por definirse.

Mientras tanto, la tuneladora que se adquirió para llevar a cabo los túneles bajo el Guadalquivir estuvo durante años almacenada en una nave. Pese a que se propuso su desmantelamiento para acabar vendiéndose como chatarra, finalmente la compró una de las empresas de Miguel Gallego, que la ha despiezado para poder hacer obras por el extranjero.

En este contexto, el ministro de Transportes viene ahora a alabar una infraestructura que su propio Ejecutivo ha negado a Sevilla al considerarla inviable técnica y, sobre todo, económicamente, justo el día después de conocerse la noticia de que el encargo que su departamento ha hecho a la pública Ineco para hacer el puente que prometió se retrasará ocho meses más.

El Ministerio no sólo ha hecho caso omiso a la primera denuncia de las ingenierías al saltarse el proceso de licitación pública y de libre concurrencia. Después de que un tribunal de Hacienda tumbara el dedazo a Ineco, ha vuelto a encargarle la redacción del proyecto ampliando aún más el plazo de ejecución del diseño de la infraestructura: de 16 meses previstos inicialmente a 24.

El tuit de Óscar Puente coincide, además, con la noticia de que estos ingenieros han elevado un contencioso-administrativo ante la Audiencia Nacional para poner de manifiesto la ilegalidad del proceso de adjudicación directa a un ente propio que carece de capacidad técnica.

Mientras en Londres el ministro presume del avance de una obra que está ejecutando una empresa española, en Sevilla, tras enterrar los túneles, el proyecto del puente sigue siendo humo. La obra, pese a que se prometía para este mismo año, no podrá empezar al menos hasta 2028, fecha en la que habrá concluido, en el mejor de los casos, la redacción del proyecto, el proceso de licitación de su construcción y la adjudicación del mismo.