Las obras del tranvía en Nervión dejan atrapados los coches de los vecinos

Miguel Ángel Irisarry es el presidente de la comunidad de propietarios del garaje y presidente de uno de los ocho bloques que conforman la urbanización Urbis. Las 350 familias que viven en dicha urbanización ya están recogiendo firmas para denunciar la situación en la que les han dejado las obras, «aislados».

La urbanización cuenta con dos garajes subterráneos independientes. Uno, con acceso por la calle Camilo José Cela, que da cobertura a los vecinos de cinco bloques; y otro, con acceso por la avenida San Francisco Javier (junto a un supermercado), que alberga los vehículos de las familias de los otros tres bloques, con 80 plazas.

Irisarry explica a este periódico que cuando dieron comienzo las obras de ampliación del tranvía desde San Bernardo hasta Nervión, la primera fase del proyecto, los responsables de las obras «ni siquiera consideraron la existencia de la entrada al garaje». «Estaba pensado cortar los accesos», ha añadido.

Cuando los responsables (constructora, Emasesa y Ayuntamiento de Sevilla) se percataron del acceso, a través de la administradora de la urbanización, concedieron un tiempo a los ochenta propietarios de los vehículos que tienen sus vehículos en dicho garaje para sacar los coches porque el 8 de agosto iban a cortar el acceso. El aviso llegó una semana antes, el 29 de julio, en pleno verano y periodo vacacional, por lo que muchos residentes no se encontraban en la ciudad.

En la información que recibieron inicialmente se le indicaba que el acceso al garaje estaría cortado hasta el 31 de agosto. Un mes después sigue siendo inaccesible. Y con veinte coches aún dentro. La siguiente fecha que le dijeron como posible para volver a hacer uso de sus garajes fue  finales de año , lo que supondría todo un semestre en la calle. Eso sí, los vecinos han tenido que abonar las tasas del vado y otros impuestos relacionados con el garaje. Cada vecino, hasta ochenta, tiene que pagar el impuesto del vado (80,28 euros), lo que hace un total de 6.422,4 euros.

Se iniciaron entonces conversaciones con los responsables de la obra, Emasesa y el Distrito Nervión, quienes ahora le han trasladado una posible vuelta a los garajes a finales de octubre. En paralelo a este «sinsentido», como lo ha calificado Miguel Ángel Irisarry, el Ayuntamiento no ha ofrecido una sola alternativa a estos vecinos afectados directamente por las obras del tranvía: ni plazas en aparcamientos públicos, ni tarjetas de residentes para aparcar en zona azul, o un acceso provisional sobre albero o planchas metálicas, etc.

Unos vecinos afectados han optado por alquilar otro garaje, asumiendo un nuevo gasto, y otros, por dejarlos en la calle. A esto se añade que el Ayuntamiento ha convertido las calles del entorno de San Francisco Javier en zona de aparcamiento regulado.

A estos problemas en los accesos de los vehículos, hay que sumar las dificultades para la movilidad de las personas por el entorno de la urbanización o las vías de ecuación de la urbanización ante cualquier incidencia como un incendio. Pero este garaje no es el único que tiene su acceso de entrada y salida inhabilitado por las obras.

La propia urbanización dispone de aparcamientos en superficie de los que no pueden hacer uso por tener la puerta bloqueada por las obras. Los vecinos de la urbanización Costa de la Luz también tienen problemas para acceder a su garaje desde la avenida.