El «nuevo» barrio de Hytasa no encuentra inversores en el plazo establecido

Y el plazo se ha extinguido sin que haya habido ningún avance público al respecto, aunque el Ayuntamiento asegura a este periódico que se ha prorrogado el convenio con Segipsa hasta noviembre de 2024 y que durante estos meses ha promocionado el proyecto en distintos ámbitos. La información publicada tras la visita de la ministra María Jesús Montero en aquel mes de noviembre ya advertía que «los terrenos, con capacidad para albergar sesenta y seis campos de fútbol, no serán ni cedidos ni vendidos al Ayuntamiento». Simplemente se le autorizaba para negociar y encontrarle una solución a unas naves que llevan más de veinticinco años abandonadas y que podrían suponer un impulso urbano e industrial para el polo más vulnerable de la ciudad. Fuentes municipales justifican esta aparente parálisis en que se trata de de un proyecto que requiere «trabajo y cuya ejecución está programada de forma progresiva».

Aquel 4 de noviembre se invitó a varias asociaciones vecinales de la zona a que conocieran un proyecto que fue bautizado como 'Hytasa Fifteen Minutes HUB', con la promesa de un modelo 'Ciudad 15 minutos' para que las nuevas edificaciones se enclaven a ese tiempo de distancia para la accesibilidad a los servicios necesarios («habitar, trabajar, aprovisionarse, cuidarse, aprender y descansar») y promoviendo la descentralización.

El Ministerio de Hacienda es el actual propietario de las dos fincas, que suman más de 66.000 metros, y prometía trabajar «conjuntamente con el Ayuntamiento de Sevilla» para formalizar una alianza con empresas privadas que pusiera en marcha este proyecto. «Durante los próximos meses, gracias al protocolo que hemos firmado, nos lanzamos al desarrollo de este proyecto acorde con el PGOU y, en consecuencia, sin trabas urbanísticas y tras un trabajo previo de búsqueda de empresas y promotoras interesadas en su desarrollo», decía el alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz.

Tras la firma del protocolo, por el que Emvisesa asumía el liderazgo para el desarrollo urbanístico, los siguientes pasos que anunciaban eran la formalización de acuerdos con empresas privadas y promotoras dispuestas a participar y, posteriormente, las colaboraciones necesarias para la compra de suelos o desarrollos urbanísticos. Pasados los seis meses que firmaron los socialistas ante la prensa y los vecinos en el interior de las naves de la antigua fábrica de Hytasa, el Consistorio asegura contar con el estudio del trámite ambiental y urbanístico necesario, quedando pendiente la elección de las tres alternativas de desarrollo y su correspondiente tramitación; así como reconoce contar con el estudio de los contratos existentes, documentando la vigencia del contrato de asistencia técnica para la redacción del Plan Especial.

Sobre la promoción del proyecto que dice el Ayuntamiento haber realizado, señalan haberlo presentado en ferias de construcción de Madrid, Bilbao y Canarias, así como en «mesas profesionales y financieras», que el próximo 8 de mayo presentarán a «grandes cooperativas». Pero por el momento siguen sin haber colocado los terrenos. También asegurar tener «cerrado» el «planteamiento» del parque auxiliar de Lipasam que se había anunciado sobre esos terrenos para dar cobertura al distrito Cerro-Amate.

En el momento de la rúbrica entre la ministra de Hacienda y el alcalde de Sevilla se explicaba que el proyecto, una vez encontrados inversores, se iría desarrollando durante la próxima década con una iniciativa «transformadora» de la ciudad y de dos distritos que «concentran buena parte del desempleo y de la población vulnerable de Sevilla», como son Sur y Cerro-Amate. «Se aúnan los principios básicos del modelo de ciudad en el que trabajamos: la sostenibilidad, la innovación, la generación de actividad económica y la reducción de las desigualdades», dijo Muñoz.

Como gran impulso de esa idea anunciaban el derribo del muro de Hytasa para terminar con la barrera que separa al Polígono Sur de esta zona de la ciudad, epicentro durante décadas de una de sus grandes áreas industriales, donde se han desarrollado durante los últimos años equipamientos deportivos municipales (como el Centro Deportivo Hytasa), un parque empresarial con actividad económica y cultural (el Teatro Távora) y también espacios administrativos, a los que no tienen un fácil acceso los vecinos del otro lado del muro.

Estos 66.000 metros cuadrados siguen por lo tanto pendientes de uso, así como el complejo pendiente de un concurso de acreedores. Durante dos décadas ha permanecido bloqueado, sin proyecto y sin comprador. «Ahora, desde Emvisesa, hemos liderado la redacción y la elaboración de un proyecto para la zona que permanece en propiedad pública, hemos consensuado con el Ministerio de Hacienda que esta es una buena opción para la ciudad y hemos acordado trabajar juntos para su desarrollo a través de la colaboración público privada», explicaba Muñoz.