El nuevo barrio de Hytasa acabará con el muro del Polígono Sur

Los terrenos, con capacidad para albergar sesenta y seis campos de fútbol, no serán ni cedidos ni vendidos al Ayuntamiento. De hecho, el «protocolo de intenciones» firmado ayer entre la ministra María Jesús Montero y el alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz, sólo le otorga al Consistorio, a través de Emvisesa, la autoridad para negociar con posibles inversores que estén interesados en un proyecto que plantea 287 viviendas, áreas empresariales y equipamientos públicos. Un modo sutil de apretarle el Ayuntamiento de Sevilla al Gobierno de España para que se le dé una solución a unas naves que llevan más de veinticinco años abandonadas y que podrían suponer un impulso urbano e industrial para el polo más vulnerable de la ciudad.

Según las estimaciones de la empresa municipal de la vivienda, la reurbanización de las dos últimas fincas de titularidad pública de la extinta factoría de Hilaturas y Tejidos Andaluces necesitaría una inversión de 45 millones de euros. De momento, la previsión más reseñable de este «protocolo de intenciones» es el fin de la distancia física entre el Polígono Sur y el resto de la ciudad, que con la caída de este muro que tapia la extinta fábrica convertirá el eje central de Hytasa en un punto de conexión de los dos distritos más pobres de España.

Ahí surge el moderno nombre con el que han bautizado el proyecto: 'Hytasa Fifteen Minutes HUB', bajo el modelo de ordenación urbana «Ciudad 15 minutos». Término acuñado por la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, en el que cada habitante puede tener acceso en un cuarto de hora a la mayoría de sus necesidades esenciales. Es el tiempo que estiman desde Emvisesa que tardará la población del futuro 'microbarrio' y su entorno en recibir «las seis funciones urbanas esenciales: habitar, trabajar, aprovisionarse, cuidarse, aprender y descansar».

El acto de ayer, con un marcado carácter socialista, pretendía ser un reclamo para inversores e inmobiliarias. María Jesús Montero, Juan Espadas, Antonio Muñoz, Lucrecio Fernández o Juan Manuel Flores eran algunos de los dirigentes del PSOE que, por la vía municipal o nacional, estuvieron presentes en las naves de la confluencia entre las calles Huerto del Maestre y Pedro Muñoz Torres, donde la empresa municipal de la vivienda, Emvisesa, ofreció una copa a empresas interesadas en el proyecto como Insur, según desvelaban fuentes municipales.

Tal y como aseguró Antonio Muñoz, su proyecto de reurbanización de las antiguas naves de Hytasa «depende de la iniciativa privada». Serán estos inversores quienes deban adquirirle primero los terrenos al Gobierno central y edificar después el proyecto urbano e industrial planteado por el Ayuntamiento de Sevilla. Desde Emvisesa señalaron que el ejemplo a seguir es el del Parque Empresarial Arte Sacro, «con una versión evolucionada e incluyéndole viviendas».

En los meses previos a las municipales de 2019 anunció Juan Espadas un proyecto diferente para las históricas naves de Hytasal y Segipsa, donde pretendía implantar un proyecto pionero de reciclaje de telas que permitiría reutilizar todo el textil que recoge Lipasam, coincidiendo con otra iniciativa parisina denominada «Ropa por ropa», en la que los ciudadanos entregan ropa en desuso a cambio de descuentos para nuevas prendas. Ambas ideas partieron del II Foro de Gobiernos Locales celebrado en 2019 en el palacio de congresos de Sevilla.

Ahora, desechado el peregrino proyecto de Juan Espadas, el Consistorio pretende «dinamizar el barrio de El Cerro del Águila, aprovechando las nuevas líneas de la economía circular y el urbanismo sostenible». Según explicaba el director de Innovación y Economía Social del Ayuntamiento, David Pino, el nuevo proyecto se basa en cuatro pilares: «Desarrollo residencial, un espacio para albergar empresas, una gran área de espacios libres y peatonales en su entorno que incluirán el derribo del muro de Hytasa y, por último, reservas para equipamientos».

El protocolo «de intenciones» firmado ayer entre la sociedad estatal Segipsa y la empresa municipal Emvisesa tendrá una duración de seis meses, con la posibilidad de prorrogarlo otros seis. Durante este tiempo, aseguran que «se explorarán las diversas posibilidades y se concretará la elaboración de una estrategia realista, económica y urbanísticamente viable para la recuperación de las citadas edificaciones existentes en la zona».