El Museo Arqueológico de Sevilla: tres años cerrado y menos de tres millones de inversión del Gobierno

Dos décadas se lleva hablando del proyecto de reforma del Arqueológico. Otro de los grandes proyectos de Sevilla enquistados. El 12 de enero de 2020 el museo cerró sus puertas a la espera de que se acometieran la ansiada reforma de sus deterioradas instalaciones, diseñada por el arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra.

La Junta ya ha acometido la mudanza de los fondos del museo al Centro Logístico de Patrimonio Cultural de Andalucía, ubicado en La Rinconada. Iceta anunció en noviembre del año pasado que la fecha de licitación de la reforma estaba prevista para el segundo trimestre de este año en curso, pero hasta la fecha no se ha hecho público este trámite. Esto supone que el museo sigue cumpliendo meses muertos, sin actividad y cerrado. Y entretanto, el pasado mes de mayo, cumplió sus 75 años.

Lanzando en la primavera pasada el concurso público daría tiempo de empezar las obras a principios del próximo año para que la reinauguración sea una realidad a lo largo de 2026. Este era el esquema temporal que planteó el equipo de Iceta, que fijaba las obras entre 2023 y 2025, pero sin licitación y sin adjudicación de las obras, difícilmente podrá ser realidad.

Entre otros factores para este nuevo incumplimiento, está el ritmo inversor de la Administración General del Estado, mínimo, para que de una vez por todas comiencen los obreros a trabajar en el edificio que proyectó Aníbal González para la Exposición Iberoamericana de 1929.

En los presupuestos del año 2021, el Ejecutivo de PSOE y Podemos destinó 300.000 euros. Un año después, la cantidad se elevó hasta el millón de euros. Entonces, Iceta aseguraba que con ese dinero se podrían cumplir los plazos y que el resto del montante se incluiría en las cuentas de los próximos ejercicios. Pues todo hace pensar que en el año 2023 difícilmente empezarán las obras porque la inversión pública vuelve a hacer de un millón, según las cuentas que presentó esta semana la ministra de Hacienda, la sevillana María Jesús Montero.

La rehabilitación del Museo Arqueológico de Sevilla, con un coste de algo más de veinte millones, lejos de los 36 millones iniciales, tendrá como principal objetivo recuperar buena parte de la disposición original del edificio, con un protagonismo especial para la luz natural. Alrededor de esa idea gira el proyecto del arquitecto sevillano Guillermo Vázquez Consuegra, que busca rescatar el espacio del óvalo central como acceso y vestíbulo principal del museo, la construcción de un nuevo núcleo vertical de comunicaciones en el exterior del edificio que consta de dos volúmenes simétricos que alojarán una escalera y un ascensor accesible.

Otra de las tareas pendientes es la sustitución del lucernario existente en la sala oval por otro elemento de control solar y la incorporación de dos pasarelas curvadas en el nivel superior que conectarán las dos alas del edificio. Para mejorar el aspecto exterior se sustituirán los forjados existentes en las plantas baja y alta y se integrarán las logias en el edificio con sistemas de atenuación y control de luz natural. Además habrá una recuperación del semisótano que durante todos estos años ha servido de almacén para obras de valor incalculable que no se podían exponer por falta de espacio y de seguridad, como el tesoro del Carambolo.

El tesoro del Carambolo, junto con los mosaicos, conforma parte de todos los fondos que la Consejería de Cultura, en colaboración del Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE) y del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH), ha trasladado al Centro Logístico de Patrimonio de La Rinconada. Una mudanza que ha tenido un coste superior de los tres millones de euros. Al mismo tiempo se trabaja en el acondicionamiento de una sala del convento de Santa Inés para exponer una pequeña muestra del Arqueológico mientras duren las obras.

Precisamente, el pasado mes de abril la Consejería de Cultura licitó por un importe máximo de 692.325,6 euros, impuestos incluidos, el contrato correspondiente a la reforma parcial de la Sala Santa Inés, enclavada en la céntrica calle Doña María Coronel, y la adecuación de sus espacios.

La entonces consejera del ramo, Patricia del Pozo, manifestó la idea de su departamento de instalar provisionalmente en dicha sala el famoso tesoro del Carambolo, formado por 21 piezas de oro labradas entre los siglos VIII y VII antes de la era actual, y que por sus requerimientos en materia de seguridad lleva aproximadamente diez años sin ser expuesto al público.