El mapa de la Sevilla de 2030

No se trata de una Sevilla imaginaria, sino de la Sevilla del futuro. Si se cumplieran los plazos que han anunciado las cuatro administraciones (Ayuntamiento, Junta, Estado y Europa), en 2030 la ciudad sería bien distinta a la que conocemos. La primera gran esperanza municipal es que para entonces se haya superado la barrera de los 700.000 habitantes, algo que no ocurre desde 2011. Llegar a esta cifra de censados no es baladí, ya que permitiría aumentar la financiación externa que recibe la capital hispalense y que sería clave para tener recursos suficientes con los que ejecutar grandes proyectos. Además, aunque desde un punto de vista anecdótico, este crecimiento poblacional aumentaría también el número de concejales, que pasaría de los 31 actuales a los 33.

Uno de los grandes cambios que notarán los sevillanos en 2030 será el aumento de las infraestructuras. Si el Gobierno cumple plazos, el tramo de la SE-40 entre Valencina, Espartinas y Salteras estará inaugurado, mientras que el arco norte estará con toda probabilidad en plenas obras. Otra cosa será lo que ocurra con el puente que enlazará Coria del Río con Dos Hermanas y cuyo proyecto en estos momentos es uno de los mayores ejemplos del despilfarro de dinero público. Lo que en un principio iba a ser un paso bajo el río, con una tuneladora paralizada durante años en el lugar de los trabajos, será ahora un paso elevado sobre el Guadalquivir con un impacto estético que han denunciado varias entidades y que parece irrecuperable.

La intención es que para entonces el puente esté en construcción, aunque seguirá sin desbloquearse el cierre completo de una SE-40 que es vital para la ciudad. Lo que sí estará finalizada es la ampliación a tres carriles por sentido del Puente del Centenario, cuyas obras suman más de 800 días de retraso y un sobrecoste cercanos a los 50 millones. En el aire, por su parte, quedan dos infraestructuras. Por un lado, la construcción de la SE-35, que debe servir para reducir el volumen de tráfico actual en la Ronda Urbana Norte, permitiendo dar cobertura a los desarrollos urbanísticos en la zona norte. Aunque por ahora no hay plazos, su tramitación estará muy avanzada en el inicio de la nueva década. La otra es la conexión ferroviaria entre Santa Justa y el aeropuerto de San Pablo, que por ley debe estar en funcionamiento en ese año, pero que ni siquiera tiene aún redactado el proyecto por parte del Estado.

Otro de los aspectos que quiere dejar encarrilado el gobierno de José Luis Sanz es la mejora de la movilidad, un proyecto es el que es fundamental la participación de la Junta de Andalucía. Será en 2030 cuando entre en funcionamiento la línea 3 Norte del Metro de Sevilla, conectando Pino Montano con el Prado de San Sebastián y con una previsión de 118.000 viajeros al día. Coincidirá con el arranque de la obra del tramo Sur, en el que se invertirán casi 700 millones para extender el suburbano a la avenida de la Palmera y los barrios de Bermejales, Palmas Altas y Bellavista. Un año clave para el metro, ya que en el inicio de la próxima década se estarán culminando los proyectos de la línea 2 entre Sevilla Este y Camas, incluyendo su posible extensión hasta el aeropuerto de San Pablo.

Lo que sí será una realidad entonces es la ampliación del tranvibús hasta la Plaza del Duque en la que ya trabaja el Ayuntamiento de Sevilla. Las obras estarán terminadas este próximo verano, ofertando un nuevo medio de transporte más ágil para que los vecinos del Distrito Este lleguen al Centro en la mitad de tiempo. Una línea de Tussam que pasará por Santa Justa, convertida ya entonces en un gran intercambiador al que llegará el Metrocentro. Actualmente, el tranvía tiene su última parada en Luis de Morales, pero el gobierno municipal ha redactado el proyecto para ampliarlo hasta la estación de trenes, sólo a falta de conseguir los fondos europeos necesarios a través de una nueva convocatoria. En 2030 ya debe estar en marcha, como también el tranvía de Alcalá, desbloqueado por la Consejería de Fomento tras décadas de parálisis.

La vivienda es el principal problema que afecta a los sevillanos, especialmente a las familias más jóvenes que encuentran serias dificultades para acceder con garantías al mercado inmobiliario. El Ayuntamiento de Sevilla está enfrascado en un frenesí de construcción, tanto de vivienda pública a través de Emvisesa como desbloqueando los suelos sin uso para la iniciativa privada. La planificación es que en 2030 existan once nuevos barrios ya ejecutados o en pleno desarrollo. O lo que es lo mismo, casi 21.000 viviendas de nueva factura de las que casi el 50% serán de protección oficial y por lo tanto saldrán a la venta a precios asequibles.

En cinco años, los nuevo vecinos que residirán en los pisos de los barrios de la Cruz del Campo, Palmas Altas, Cros San Jerónimo, la antigua Algodonera de Alcosa o la Fábrica de Vidrio ya se habrán mudado a sus viviendas. Ocurrirá también lo mismo con las promociones del Cuartel de Su Eminencia o Hacienda del Rosario, que deben haber completado su desarrollo. En otras zonas seguirá entonces la tramitación urbanística e incluso habrá grúas que evidencien en el inicio de los trabajo. Eso debe ocurrir, por ejemplo, con los terrenos del Pítamo, donde se prevén 9.730 viviendas de las que un 40% serán VPO. El barrio del Puerto, con 700 pisos en torres de hasta 14 plantas, estará en obras y se espera que también lo hagan los dos proyectos que dependen del Gobierno de España: Artillería e Hytasa.

Los sevillanos que paseen en 2030 por la ciudad serán testigos de cambios estéticos de relevancia. Para entonces estará listo el proyecto Eje Central de José Luis Sanz, que transformará urbanísticamente la Plaza Nueva, la Avenida de la Constitución, la Puerta Jerez y la Plaza de San Francisco. Estará finalizada además la reforma del eje entre Puerta Osario y la Plaza del Duque, que extenderá esta apuesta peatonal hasta la Concordia y la Gavidia. No serán los únicos cambios, porque la intención es que ya estén desbloqueados los nuevos usos del Canal de la Expo, que acogerán actividades de carácter terciario, como negocios y servicios, en estos terrenos de la Cartuja. A su lado, el Auditorio Rocío Jurado ya estará abierto gracias a su cesión a una promotora privada que instalará una cubierta y extenderá su aforo a 14.000 butacas. En la zona será una realidad el edificio del Joint Research Centre (JRC) de la Comisión Europea.

La nueva década hará que por fin Sevilla mire al río como una gran oportunidad para su desarrollo. Si los plazos actuales no sufren retraso, deben ser una realidad algunos proyectos como la transformación de los antiguos terrenos de Altadis en el complejo Vera Sevilla, incluyendo la pasarela que conectará Los Remedios con San Telmo y que llevará el nombre de la Princesa Leonor. También estará abierto el complejo del Jardín de las Cigarreras y la reforma completa del Paseo Juan Carlos I entre Barqueta y el Alamillo estará más que concluida. De hecho, otro de los proyectos que deben ser una realidad es la pasarela que conectará los Jardines del Guadalquivir con Torneo, así como el muelle de ocio que abrazará el nuevo barrio del Puerto de Sevilla.

La celebración del centenario de la Exposición Iberoamericana de 1929 será el punto de partida para la puesta en valor de algunos edificios destinados a fines culturales. En 2030 Sevilla tendrá ya un Teatro Lope de Vega reformado y con una programación de primer nivel. También disfrutarán los sevillanos de la apertura de las Atarazanas como centro cultural polivalente con uso museístico y de difusión histórica, social y tecnológica, centrado en la relación entre España y América. El Ayuntamiento, por su parte, tendrá concluida la rehabilitación de la Fábrica de Artillería, que ya hoy acoge grandes eventos en el Centro Magallanes. Sin olvidar que la Plaza de América, en el Parque de María Luisa, estará a pleno rendimiento tras finalizar las obras del Museo Arqueológico que lleva a cabo el Gobierno de España y con la apertura del museo del regionalismo dedicado a Aníbal González en el Pabellón Real.

Sevilla será en 2030 una de las sedes más destacadas del Mundial de Fútbol que se va a celebrar en España, Portugal y Marruecos. Para entonces, el Estadio de la Cartuja habrá culminado la reurbanización de los exteriores, así como la modernización del recinto con el nuevo revestimiento exterior en el que ya trabaja la Junta de Andalucía, ajustándose a los requisitos que exige la FIFA. El Real Betis, por su parte, ya estará de vuelta al nuevo Estadio Benito Villamarín, donde habrá culminado la construcción de la grada de Preferencia y el edificio polivalente en el suelo de Doctor Fleming que ha sido aportado por el Ayuntamiento al proyecto. Lo que también debe estar avanzado es el proyecto de reforma del Estadio Sánchez Pizjuán, que incluye la instalación de una cubierta y el aprovechamiento de la explanada de Gol Sur. Es probable que en el inicio de la década, el estadio del Sevilla FC esté en obras.

Al margen de estos proyectos, la ciudad tendrá en marcha otra serie de actuaciones de importancia. Como ha anunciado el Ayuntamiento, se habrán dado pasos destacados para ya que sea una realidad el anillo verde que circundará a Sevilla, en una apuesta más que decidida por la sostenibilidad y el medio ambiente. En otro orden de cosas, ya estarán a disposición de los vecinos los diez primeros microparkings anunciados por José Luis Sanz para reducir los problemas de aparcamiento y que se ubicarán en Virgen de la Antigua y Virgen de Luján (Los Remedios), en Felipe II y Bogotá (Distrito Sur), en la explanada de Capitanía, San Martín de Porres (Triana) o las calles Júpiter y Jerusalén (San Pablo-Santa Justa). Y, en el área de Fiestas Mayores, estará culminada la ampliación de la Feria de Sevilla con su extensión hacia la calle del Infierno, lo que permitirá ganar unas 200 nuevas casetas sin necesidad de trasladar el Real.