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Manuel Salinas Milá: el hábito no hace al monje

Su estudio de Jesús del Gran Poder fue un rompeolas de las vanguardias y de los personajes más libérrimos de su tiempo

José Cárdenas Gómez: el otoño del patriarca

En la imagen, una foto de juventud de Salinas en su estudio Archivo

Félix Machuca

Sevilla

Rechazaba los disfraces. Abrazaba el humor y la ironía. Y en su escudo nobiliario de pintor se iluminaba una leyenda que decía: La cultura es la única aristocracia que reconozco. Su estudio de Jesús del Gran Poder fue un rompeolas de las vanguardias y ... de los personajes más libérrimos de su tiempo. El inclasificable Ian Dury pasó para pasar unos días en aquel paraíso de colores, formas y transgresiones. Pero no pudo. Un asistente que Salinas tenía le sirvió un café con sal gorda, en vez de azúcar. Suponemos que de forma involuntaria. Y aquel príncipe del punk, que quiso ser pintor y se quedó en músico y actor de varias películas, hizo las maletas y se fue a un hotel pensando que, quizás, la próxima vez le echarían bolitas de alcanfor.

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