Crecen los trastornos alimentarios y desciende hasta los 10 años la edad de los niños que los sufren

Lourdes Moyano explica que «el TCA se asociaba tradicionalmente al canon de belleza y a la publicidad, pero ahora vemos muchas familias desestructuradas en las que el niño o la niña cae en la anorexia. Siempre se ha asociado a las niñas con TCA con niñas caprichosas, pero no es verdad. Traen muchos problemas de desestructuración familiar, bullying y ciberbullying«.

Tanto ella como Espejo constatan que «todos los días que nos llegan vienen sin desayunar. Otros no meriendan y otros no cenan. Los niños se alimentan peor ahora; antes todos los niños desayunábamos a la misma hora, había un rutina que ahora se ha perdido».

El trastorno de la conducta alimentaria es una enfermedad mental grave que se relaciona con una conducta alterada respecto a los hábitos alimentarios, lo que se traduce en comportamientos que van desde comer de manera descontrolada hasta la falta de ingesta de comida. Afecta principalmente a adolescentes y mujeres jóvenes y en su aparición influyen principalmente factores biológicos y de personalidad. Los trastornos más frecuentes son la anorexia y la bulimia nerviosa, el trastorno por atracones y el trastorno evitativo/restrictivo de la ingesta alimentaria.

La anorexia nerviosa se caracteriza por una restricción y reducción de la ingesta nutricional, lo que conduce a una pérdida significativa del peso. La persona sufre un miedo invencible a ganar peso y durante todo este tiempo no suele reconocer la gravedad de su bajo peso actual, al mismo tiempo que da un excesivo valor a su peso corporal e imagen física.

La bulimia nerviosa produce episodios recurrentes de atracones. Se considera como atracón la ingesta de una cantidad de comida claramente superior a la que la mayoría de la gente puede tomar en un periodo determinado de tiempo (de aproximadamente dos horas), acompañada de la sensación de pérdida de control durante este episodio. El paciente trata de compensar de forma repetida lo ingerido para evitar el aumento de peso mediante el vómito autoprovocado, el ejercicio excesivo, el ayuno o el uso de laxantes, diuréticos u otros medicamentos.

La Unidad de Salud Mental del Virgen del Rocío realizó 97.000 consultas el pasado año y ordenó 700 ingresos. En la sala de terapia ocupacional suelen trabajar diariamente con uno 70 niños cuyas edades están comprendidas entre los 6 y los 18 años. « Nuestro trabajo es bonito porque muchos casos se solucionan y vamos viendo los resultados, aunque hay una minoría que no se curan«.

Juan, con TEA, es uno de esos niños a los que ayudan y que acompañó a Lourdes y Manuel al Día de Puertas Abiertas sobre Salud Mental celebrado el pasado 8 de octubre en el patio general del centro sanitario. «Quiero decir que aunque vengamos a esta unidad, somos niños normales, sólo necesitamos un empujoncito más que los demás».

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