Justo Cuño: «La Sevilla de antes de América era como Badajoz»
El director del departamento de Historia de América de la UPO presentó la obra 'Ayacucho. La última batalla de la independencia americana'

La batalla de Ayacucho ('rincón de los muertos' en idioma quechua) señala el final de las luchas americanas por la independencia del control colonial de España. A finales de año, concretamente el 9 de diciembre, se cumplirá el bicentenario de aquel hecho de armas en ... el que las bajas por ambos bandos (realistas y patriotas) se acercaron al 30%, similar a las de la primera oleada que desembarcó en la sangrienta playa de Omaha, bajo fuego de ametralladoras, el día D, lo que da idea de la saña con que se combatió en Perú.
El director del departamento de Historia de América de la Universidad Pablo de Olavide, Justo Cuño Bonito, presentó recientemente en el Archivo de Indias el libro 'Ayacucho. La última batalla de la independencia americana', publicado por la editorial Los libros de la catarata, en el que profundiza en aquel epílogo de las independencias americanas.
-En el capítulo de los antecedentes de Ayacucho, deja claro que la reforma fiscal borbónica hizo que saltaran las costuras de los virreinatos.
-Es un rasgo de las historiografías clásicas que los acontecimientos americanos vienen determinados por lo que pase en la Península; es decir, no tienen ningún tipo de identidad propia para construir su propia historia sino que lo que sucede aquí determina lo que sucede allá y creo que eso intenta romper con esa visión estereotipada. Todo al final es un proceso, que además yo indico en el libro, pues existe también un paralelismo con 1793 y 1795: se produce una invasión francesa que tiene mucha repercusión dentro de los territorios americanos y nos está demostrando que ya hay algo preparado, que ya los criollos han tomado conciencia y posición y están esperando la oportunidad y en 1793 [la guerra del Rosellón] se ve claramente, cómo de repente, empiezan a circular en los folletos 'viva la libertad americana' pero además entre todos los sectores sociales, no solamente entre la élite ilustrada que ha leído a Montesquieu, Rouseeau, Voltaire, Buffon… no, es que los negros también interpretan el concepto de libertad y el pueblo llano también interpreta el concepto de libertad de una manera absolutamente distinta a la de la élite por esa enorme variedad que es preciso dejar claro y de dejar constancia en cuanto a la necesidad de interpretar complejamente esa realidad americana, que es tan variada y tan compleja y se da de una manera tan diversificada en esa región.
-Justo en un momento en que España está exhausta como potencia naval.
-La gran mayoría del esfuerzo fiscal americano durante el siglo XVIII fue para eso, para la construcción de un monstruo, una gran flota. En 2008, el profesor Juan Marchena y yo editamos un un libro, 'Vientos de guerra', en el que una serie de especialistas analizábamos qué había pasado, dónde se había ido el dinero y lo que se había construido eran 400 y pico de barcos entre navíos de línea y fragatas, una enormidad, porque según Ensenada el objetivo fundamental era que España fuese un árbitro -no querían tener la mejor armada porque sabía que no iban a conseguirlo pues la tenían los ingleses-, tener un papel decisivo dentro de los conflictos europeos. Ni siquiera eso lo consiguieron pero se drenaron todos los recursos que llegaron de América en un momento en el que se incrementó poderosamente la presión fiscal, se extrajo la mayor cantidad de recursos posibles y se terminó con la visión de ese pacto colonial que había caracterizado la dinastía de los Habsburgo: esa autonomía de los territorios distintos bajo la monarquía; a partir de ahí se impuso la dominación absoluta ejercida a través del sistema borbónico.
-A nosotros nos cuesta mucho captar la vastedad de aquel territorio…
-Sí, pero dentro de esa realidad regional, la gente vivía y no conocía más que su pueblo. Entonces, que ahora no nos vengan los grandes historiadores a decirnos que los grandes procesos de globalización de los siglos XVII y XVIII. No, los grandes procesos europeos y americanos se dan a nivel regional: para un campesino de la región andina, para un cultivador de papas a 5.000 metros de altitud, ¿eso qué significa? Entonces, por eso hay que romper ese chip y empezar a concebir la realidad histórica americana a partir de las regiones. Volver, que no es inventar, otra vez a esa perspectiva que yo creo que es absolutamente fundamental. Producto de las reformas borbónicas con la reordenación de todos los territorios, el virreinato de la Nueva Granada se crea por primera vez en 1723 y en 1739 vuelve otra vez, pero hay un lapso en el que se elimina completamente porque la Corona consideró que resultaba más costoso que realmente beneficioso. Pues para erigirlo en un principio, llegó un intendente general que se llamaba Bartolomé Tienda del Cuervo y cuando ve lo que se maneja allí dice que los gobernadores se creen virreyes de sus propios territorios y eso demuestra que en cada uno de los territorios esa élite ejerce completamente el dominio.
-Me supongo que también se había descompensado el sistema de audiencias de la primera etapa que introducía contrapesos de poderes…
-Con la monarquía borbónica, los virreyes no son eliminados porque tienen un referente simbólico, pero sobre el virrey se coloca al intendente venido de la Península, muchos de ellos son intendentes de Marina muy bien preparados pero de los que las élites recelaban diciendo 'ahora encima me aumentáis las alcabalas, me metéis nuevos impuestos y encima tengo que tributar a un tipo que ni siquiera sé quién es y no vive aquí, no tienen contacto… muchos de ellos se integraron en las redes sociales, políticas y clientelares pero aun así mantuvieron su papel de intendentes.
-¿En qué momento está el americanismo en Sevilla?
-En un momento de renovación. Muchos de los nuevos profesores de la Hispalense proceden de la UPO, en la escuela que fundó Juan Marchena, y ahora están desarrollando sus labores de investigación y docentes en la Hispalense, que es mucha Hispalense y tiene una gran tradición en estos estudios por lo que uno corre el riesgo de, en vez de aportar ideas nuevas, acabe contagiándose de las ideas viejas. Ese es el riesgo, pero ahí estamos los de la Olavide para azuzarlos y echarles una mano en lo que necesiten. Hemos conseguido que, por primera vez, el congreso de la asociación española de americanistas que preside mi compañero Emilio Luque se realice en la Pablo de Olavide en 2025 entre la UPO y la sede de Carmona. Ahí estamos, en ese proceso de renovación.
-¿Cala la historia de América en los sevillanos? ¿Somos conscientes del papel que jugó la ciudad?
-No. Cero. Hago con mis estudiantes un paseo maravilloso por la Sevilla americana, les voy contando desde la Torre del Oro hasta las atarazanas, desde la Casa de la Moneda hasta las gradas de la Catedral, las almonas, la Casa Lonja de los mercaderes, la Contratación, San Telmo… es que obviar eso… y la gente no lo conoce, no sabe lo que es eso, lo que era Triana, el jabón de Castilla, la Inquisición, la madera, las jarcias… es una pena enorme que una ciudad tan americana viva tan de espaldas a una parte tan fundamental de su historia que la transforma tan radicalmente que lo que conocemos ahora de Sevilla es la Sevilla americana. La Sevilla pre americana vivía de espaldas al Guadalquivir y con la conquista de América, es una Sevilla completamente distinta que se vuelca hacia su río. La Sevilla de antes de América era Badajoz. Tú ves Badajoz, donde el río molesta en vez de sacarle partido, y se ha construido una ciudad completamente de espaldas… y Sevilla era así. Tanto sabían que por el río les entraba la riqueza, que Felipe II, en cuanto tomó conciencia de lo importante que era ese río, cuando llegó por primera vez a Sevilla no entró como lo había hecho su padre Carlos V por el arco de la Macarena, sino por el río y la calle de Goles.
-¿Qué se puede hacer para remediarlo?
-Educar, no hay otra.
-Pero la historia no la contamos bien, no se enseña bien…
-No se enseña bien. Sevilla es un teatro, virgen santa, sólo tienes que llevar de la manita a los estudiantes y decirles 'mira esto', tan sencillo como eso. Se puede hacer perfectisimamente, no se necesita ni presupuesto siquiera, los propios profesores de Universidad podríamos hacerlo en algún convenio con instituciones públicas: darle valor a todo eso que tiene Sevilla, que me parece que es una cosa fundamental. Pero van pasando los acontecimientos como la conquista hasta que la Casa de Contratación se la llevan a Cádiz, pero hasta mediados del XIX no se construye un puente en Triana, por Dios santo, seguíamos con los pontones de balsas de la época almohade todavía. Qué cosa tan alucinante. Y se construye eso y hasta 1929, ahí la renovación de la ciudad, la Exposición Iberoamericana, el Parque, la Plaza de España, la Palmera… termina eso y hasta el 92. Pero termina el 92 ¡y todavía estamos esperando una carretera de circunvalación! Es alucinante.
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