entrevista a óskar martín
«Le tengo aprecio personal a Juanma Moreno. Cuando conoces a alguien, te cae bien o no, es casi una cosa química»
Oskar Martín, secretario general de UGT Andalucía, dice del presidente de la Junta que «es una persona íntegra que está intentando hacer lo mejor por Andalucía y no me importa reconocer las cosas que hace bien, aunque hay muchas cosas en las que discrepamos como en la sanidad pública»
El secretario general de UGT Andalucía, natural de Guipúzcoa: «Soy creyente y del Cachorro: poder besar el Cristo fue muy emotivo»
«Tenía menos de 20 años cuando mataron a Gregorio Ordóñez pero recuerdo los grises que eran los días en Euskadi, el miedo y la tristeza. La gente no hablaba»
Oskar Martín Silvoso (Guipúzcoa, 1973) es secretario general de UGT Andalucía y será confirmado en el cargo el próximo 19 de febrero en el congreso regional que este sindicato celebrará en Granada. Ha sido miembro de la Ejecutiva de UGT-A desde enero de ... 2014, acompañando al equipo de Carmen Castilla en distintas responsabilidades y desde mayo de 2021 ha desempeñado el cargo de secretario institucional. Como tal ha participado en las negociaciones de los tres acuerdos de Diálogo Social, para la Reactivación Económica y Social de Andalucía, firmados con el Gobierno andaluz. Fue secretario de Empleo y Formación desde 2016 a 2021. Casado con una sevillana, es creyente y hermano del Cachorro.
-Llega al Congreso de UGT-Andalucía en Granada sin rival.
-Así es. Pero vamos al Congreso con ilusión, fuerza y muchas ganas porque va a ser muy importante para nosotros. Serán 302 delegados los que dirimirán el futuro de la organización y marcarán los objetivos. Vamos a intentar que este sindicato sea más y mejor.
-¿Han invitado al presidente de la Junta de Andalucía?
-Sí, va a venir a la inauguración, es un acto de normalidad política. Los puentes siempre tienen que estar tendidos y creemos que el diálogo social y la concertación son un instrumento de desarrollo. Aquí trabajamos con esa inteligencia política y sindical en beneficio de la clase trabajadora.
-¿Cómo calificaría las relaciones de UGT con el Gobierno andaluz del PP?
-Nosotros tenemos nuestra hoja de ruta para la clase trabajadora y lo hacemos a través del diálogo social, nuestro signo de identidad desde hace 136 años, además de la protesta y la reivindicación. La relación es de respeto, con sinceridad y honestidad, para llegar al máximo de acuerdos.
-¿Cómo se lleva personalmente con Juanma Moreno?
-Le tengo aprecio personal. Esto es algo un poco químico, cuando conoces a a alguien, se siente o no se siente, te cae bien o no te cae bien. Y a mí me cayó bien. No me duelen prendas en decir que Juanma Moreno es una persona íntegra que está intentando hacer lo mejor por Andalucía, aunque hay cosas en las que evidentemente no estamos de acuerdo. Una cosa no quita la otra. Los puentes nunca se pueden destruir, aunque cada uno tenga su posición. Nosotros venimos a construir, cada uno desde su responsabilidad. Cuando hace una cosa bien, como la ley de participación, hay que reconocerlo. ¿Por qué no? (en su despacho tiene colgada una foto con Juanma Moreno y otros compañeros del sindicato a propósito de ese acuerdo legislativo). Cuando lo hace mal, como está pasando en sanidad, hay que criticarlo. Además, le estoy agradecido a Juanma Moreno por la defensa que hizo de UGT en el Parlamento andaluz frente a los ataques de Vox, que nos acusó de corrupción y pidió el cierre de nuestra organización.
-Hay procesos judiciales en los que algunos antiguos dirigentes de UGT de están acusados de corrupción por el desvío de los fondos para los cursos de formación, lo cual ha causado un gran daño a la reputación de su sindicato. ¿Qué están haciendo para que esto no se pueda volver a repetir?
-Desde hace ya muchos años afortunadamente esa reputación se ha ido recuperando y los medios de comunicación habéis sido clave y ayudado a que se visualice el trabajo de una organización como UGT, donde miles de trabajadores y trabajadoras trabajan de forma desinteresada por mejorar las condiciones laborales y arreglar problemas en las empresas. Más allá de este caso puntual que menciona. Estos problemas lo han sufrido otras organizaciones y en una organización donde son miles y miles de personas se puede producir una conducta irregular. Y para eso está la Justicia, para que determine si ha sido así. Nosotros, en todo caso, mantenemos un escrupuloso respeto a la Justicia. La UGT de Andalucía es responsable subsidiario de estas conductas, como lo es el Servicio Andaluz de Salud de una negligencia de alguno de sus profesionales, pero habrá que esperar a que se pronuncie la Justicia.
-Da la impresión de que la corrupción está extendida a muchos niveles en España. ¿No le preocupa?
-La sociedad quiere transparencia y que se cumplan las leyes y las normas. La UGT de Andalucía enarbola esa bandera. Y aquí se han creado las oficinas anticorrupción y de transparencia, encaminado a evitar casos de corrupción.
-Normalmente los sindicatos suelen protestar contra el Gobierno, pero el pasado domingo 2 de febrero UGT y CC.OO. hicieron algo insólito: protestar contra la oposición.
-No era contra la oposición sino contra una oposición política que hace más bien una antipolítica. Protestamos contra unos partidos que no juegan en la clave del bien común sino en una clave partidista y tacticista. Defendíamos la revalorización del transporte, las bonificaciones al transporte y las ayudas a los afectados por la DANA. Y también la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas. Espero que todos los partidos tengan en cuenta los intereses de la clase trabajadora a la hora de votar esto en el Congreso.
-¿Cuántos afiliados tiene la UGT en Andalucía?
-Alrededor de 160.000 afiliados y por encima de los 15.000 delegados y delegadas. Tenemos un verdadero ejército en todos los centros de trabajo de Andalucía para que el mundo del trabajo funcione más y mejor.
-¿Qué porcentaje de afiliación supone esta cifra en el conjunto de los trabajadores andaluces?
-No sé cuál será el porcentaje pero de todos los trabajadores afiliados a algún sindicato, UGT representa 35 por ciento del total. Y hemos crecido desde la época del Covid.
-O sea, que no están en crisis...
-Yo diría que no.
-En algunas comunidades donde el PP gobernaba en coalición con Vox se redujeron las subvenciones a los sindicatos. ¿Ha pasado esto también en Andalucía?
-La UGT no recibe subvenciones desde hace muchos años. Lo que hacemos es ejecutar programas finalistas.
-¿Cursos de formación?
-No hacemos formación desde hace muchos años. Sólo hacemos una formación sindical y servimos de correa de transmisión de determinadas políticas de los Gobiernos. Ellos no tienen el alcance de poder hacer determinados programas y los sindicatos hacen, por ejemplo, programas para prevención de riesgos laborales o de salud laboral.
-A propósito de la revalorización de todas las pensiones en España que ustedes defienden, se empiezan a escuchar voces autorizadas que denuncian que empieza a a a abrirse una brecha generacional entre pensionistas y jóvenes. Cada vez más personas piensan que se detraen demasiados recursos públicos para las pensiones en detrimento de políticas públicas que ayuden a los jóvenes a salir de su precariedad laboral. Se revalorizan pensiones de más de 3.000 euros al mes cuando muchos jóvenes ganan poco más de 1.000 y no pueden emanciparse de sus padres ni pagar un alquiler porque supone casi todo su salario.
-Yo no creo que sea un planteamiento correcto ese enfrentamiento del que habla entre la gente mayor y la gente joven. Como sindicato de clase, trabajamos por una sociedad justa y en esa sociedad estamos todos. Yo creo que la gente mayor, que lo ha dado por este país, se merece como mínimo lo que estamos haciendo. Es un tema de justicia social.
-Casi el 13% de todo el PIB de España se destina al pago de pensiones, un porcentaje bastante superior al de los países de nuestro entorno. Y, sin embargo, apenas se destina dinero a construir viviendas públicas accesibles para los jóvenes.
-La pirámide poblacional ha cambiado y estamos envejeciendo. Tenemos que pensar que la gente mayor necesita cada vez más atención y en que debemos cubrir esas necesidades. Eso no quiere decir que eso vaya contra la construcción de viviendas públicas. Los jóvenes son el futuro y debemos hacer políticas para evitar que tengan que irse de Andalucía a buscar un futuro mejor. Y necesitamos una política de vivienda rigurosa para que puedan emanciparse y hemos presentado propuestas para la nueva Ley de Vivienda de Andalucía. Queremos que la condición de VPO se mantenga «sine die» o el mayor tiempo posible para que no se especule con una vivienda pública.
-Las medidas tomadas por el Gobierno central en los últimos años han ido en el sentido de proteger más a los inquilinos, la demanda, con declaraciones de vulnerabilidad, en vez de tratar de hacer crecer la oferta para bajar los precios. Y el resultado es que cada vez se ponen en alquiler menos pisos y a un precio cada vez más elevado que perjudica a la gran mayoría de inquilinos. ¿Se ha errado el tiro?
-El mercado inmobiliario es un mercado muy complejo, sobre todo cuando vinimos de una crisis tan importante como la que sufrimos. Los poderes públicos deben tomar cartas en el asunto que regulen el mercado. Con los pisos turísticos se está incrementando mucho el precio en las grandes capitales. Hace falta una política de Estado.
-¿El propietario de un piso es el que debe financiar al inquilino que se declara vulnerable? ¿No debería ser el Estado, en todo caso?
-Es el Estado el que debe garantizar eso y para eso hay un fondo de garantía que se quiere crear para estas situaciones sobrevenidas. El garante debe ser el Estado. Esto parece de sentido común.
-A Jimmy, un inmigrante africano que lleva tres años sin pagar el alquiler de su vivienda en Sevilla Este, se le ha declarado persona vulnerable, de modo que la propietaria del piso, una señora jubilada que está pagando la hipoteca, no puede desahuciarlo y debe pagarle los suministros. ¿A usted le parece justo?
-No. Hay que buscar ese equilibrio de protección al propietario y al inquilino.
-Hace muchos años la UGT creó PSV, una promotora de viviendas que acabó en los tribunales con múltiples denuncias de fraude. ¿Se plantean volver a construir viviendas?
-Me gusta que me haga esa pregunta. Un sindicato debe dedicarse al fin para lo que se creó, que es defender a los trabajadores y las trabajadoras e intentar hacer una sociedad más justa, libre, equitativa e igualitaria. «Zapatero a tus zapatos», como dice el refrán.
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