José Luis Sanz mantendrá la Gerencia de Urbanismo en las antiguas caracolas de la Expo de Sevilla
El alcalde hispalense, que prometió llevar todo el organismo a «un edificio único en una zona céntrica y bien comunicada para los ciudadanos», descarta por el momento esta opción
El delegado de Urbanismo durante la etapa de Zoido: «Tengo en mi despacho un cubo para recoger las goteras cuando llueve»
Las propuestas urbanísticas de José Luis Sanz para Sevilla: nuevo PGOU y una Gerencia reorganizada
Sevilla
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Iniciar sesiónLas oficinas centrales de la Gerencia de Urbanismo seguirán durante este primer mandato de José Luis Sanz en las antiguas caracolas de la Expo'92. De hecho, se acaba de licitar el alquiler de una nueva casetilla para su servicio ... médico con un periodo de mínimo de duración de cuatro años. Se acaba por tanto una de las grandes incógnitas acerca de este área municipal, después de que el alcalde prometiera en campaña su traslado a un edificio ubicado en «una zona céntrica» y que rechazara, una vez jurado su nuevo cargo, la opción que había tanteado su antecesor de llevar el organismo al futuro distrito portuario en una de las antiguas naves de Las Razas o en uno de sus nuevos tinglados.
Aquella promesa de José Luis Sanz fue durante la primavera del 2023 en el Foro Gaesco, dos años después de que el socialista Antonio Muñoz prometiera los mismo, en ese mismo escenario y ante los mismos empresarios, porque después de más de seis años como delegado de Urbanismo había llegado a la conclusión de que el organismo merecía «una sede acorde» frente a aquellas «caracolas provisionales». Ahora, el contrato de alquiler que el Ayuntamiento de Sevilla ha firmado para el arrendamiento de una «edificación modular prefabricada» en el edificio 7 de las antiguas caracolas de la Expo, a razón 580 euros mensuales, revela que la intención del gobierno local es que el organismo continúe ahí, al menos, durante «los cuatro años de duración» de este alquiler.
Las quejas de los profesionales en torno a la idoneidad de este emplazamiento para la gerencia de mayor peso de todo el área municipal han sido habituales, desde los citados comentarios de Antonio Muñoz a las críticas que en su día lanzó el que fuera delegado de Urbanismo durante la etapa de Juan Ignacio Zoido, Maximiliano Vílchez, quien aseguró a este periódico que tenía «un cubo en mi despacho para recoger las goteras que hay cuando llueve. Puedes tapar una gotera, pero te sale otra por otro sitio porque son caracolas provisionales anteriores al año 92. Desde entonces ha llovido mucho y están muy deterioradas. Su situación es insostenible. Es difícil que aguanten tres o cuatro años más. Basta ir a cualquier caracola para ver que no reúne las mínimas condiciones. La imagen que da Urbanismo no es precisamente un ejemplo de lo que debe ser una Administración: austera y funcional, pero no precaria y paupérrima».
Trece años han pasado desde aquellas duras palabras del delegado de Urbanismo, sin que el Ayuntamiento haya conseguido desplazar la Gerencia a un edificio adaptado a las necesidades actuales. Según explican fuentes consultadas, una de las razones que más pesan a favor de este inmovilismo, además del desembolso económico que supondría –pese la enorme demanda para la instalación de nuevas empresas en estos suelos–, es la dificultad para encontrar una sede que, como ésta, les permita tener una amplia bolsa de aparcamientos en superficie tanto para sus empleados como para el inmovilizado de la Gerencia de Urbanismo.
La Gerencia de Urbanismo llegó a este emplazamiento casi un año después de la clausura de la Exposición Universal de 1992, en un proyecto que se consideró provisional hasta lograr un encaje mejor dentro de la ciudad, con el principal objetivo de unificar las cuatro oficinas en las que hasta la fecha se dividía Urbanismo, sitas en Diego de Riaño, la Encarnación y en el Centro, refundiendo los dos organigramas primitivos en los que se diferenciaba la gestión urbanística: Gerencia como organismo autónomo y el Área de Infraestructura y Equipamientos Urbanos.
Fue el arquitecto Pepe Núñez durante su etapa como delegado de Urbanismo en el gobierno del andalucista Rojas-Marcos quien negoció con la Sociedad Estatal Expo'92 la compra de las antiguas caracolas, donde estuvo el despacho principal de Jacinto Pellón, por 174 millones de pesetas. La Gerencia de Urbanismo contaba con un archivo de documentos que ocupaba casi un kilómetro y medio de espacio. Aquella mudanza, que duró dieciocho meses, le costó al Ayuntamiento nueve millones de pesetas.
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