Joaquín llena de sonrisas el Villamarín para apoyar a Alalá

A partir de las 18.00 se abrieron varias de las puertas del Villamarín, por las cuales cientos y cientos de personas, en su mayoría niños equipados del Betis, fueron alcanzando la grada de Gol Norte y parte de la zona baja de Preferencia, espacios acotados por la ocasión en un campo de fútbol 7 en el que dos equipos de influencers, periodistas y empresarios comenzaron a amenizar la velada, a muy pocos metros de un colosal escenario que luego haría las delicias de los presentes: ‘El partido de la alegría’, rezaba en lo más alto de una de sus lonas.

Ni más ni menos. El calor apretaba en Heliópolis pero la ilusión por colaborar con Alalá, que ayuda desde hace más una década a familias vulnerables en las Tres Mil Viviendas de Sevilla o en la Estancia Barrera de Jerez de la Frontera, permitió que conforme iba cayendo la tarde, más ganas hubiera de vivir el encuentro más esperado bajo el liderazgo de Joaquín.

Y fueron apareciendo del túnel de vestuarios que volverá a ver equipos de toda Europa por cuarta vez consecutiva rostros conocidos tanto del balompié, más o menos en activo, a tenor de la calidad más que del físico, como del folclore musical de nuestro país: Demarco, Dr. Bellido, Paco Candela, Hugo Salazar, Arcángel, Antonio José, Juanlu Montoya… que iban colocándose antes de dirigirse al campo junto a varios niños, todos ellos ataviados con la camiseta de todos, que es la blanca del Alalá. Y el gran Mikel Erentxun apareció de la mano de sus hijos poco antes de que llegase la hora de la verdad.

La Champions de la Alegría estaba a punto de comenzar y todo el mundo ya estaba sentado para disfrutarla, todos menos esos niños ilusionados que ya miraban a los fenómenos desde el tendido de la grada. De un lado, blanquiazules con una franja en el pecho y mucho por demostrar, con ilustres de nuestro fútbol como son el azulgrana Marcos Alonso, Guti, Diego Capel, Nolito, Javi Alfaro, Capi, Alfonso, Pablo Alfaro, Morientes, Amavisca, Congo, Tote… acompañados de Adolfo Aldana como entrenador, en un carísimo plantel que también integraba el actor Miguel Ángel Muñoz, todos ellos amigos de un Joaquín que era el último en aparecer y el primero en sacar la gran ovación de la tarde, porque suyo era el aliento de la grada.