Videoanálisis
Javier Macías: «El objetivo del Gobierno es hacer parecer que todo está en marcha cuando lo que hay es un voleón al siguiente»
El Ministerio de Vivienda ha dejado fuera a Sevilla de las ayudas nominativas que venía dando hasta 2023, lo que confirma el castigo del Gobierno a la ciudad
La ministra de Vivienda cumple su amenaza al Ayuntamiento de Sevilla por ser del PP y lo deja sin subvenciones
Sevilla
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Iniciar sesiónUn mensaje filtrado hace unos meses de la jefa de gabinete de la ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez, dejaba muy a las claras la intención del Gobierno de Sánchez con Sevilla: «Hasta 2023 el Ayuntamiento de Sevilla ha tenido una subvención de 12 millones de ... euros para la construcción de unas 500 viviendas. Ahora, con alcalde del PP, sería preferible no mantener esa nominativa». Aquella declaración de intenciones, que incluso llegó a deslizar la posibilidad de cambiar el destinatario para que esa ayuda, en lugar de para el Ayuntamiento, fuera a parar a la Diputación que gobierna y cito textualmente, el «alcalde nuestro de la Rinconada», directamente se ha anulado. No existe. En el Boletín Oficial del Estado publicado este miércoles no aparece Sevilla como beneficiaria de esas subvenciones, pero sí están Barcelona, con 20 millones, el Área Metropolitana de la Ciudad Condal, Canarias, Madrid o Menorca.
Sevilla se ha quedado fuera también en los últimos años de las subvenciones al Consorcio Metropolitano de Transportes, cuyas ayudas también lidera Cataluña. Y si a eso se le suma el retraso en los pagos del metro o el de algunos tramos de la SE-40 que se han troceado para abonar las cantidades más altas cuanto más tarde mejor, se confirma que existe un castigo más que evidente a Sevilla.
Respecto al metro, donde en lugar de 47 millones este año se van a aportar 8,9, el Gobierno lo justifica en la reprogramación de inversiones que ha hecho la Junta de Andalucía. Y es cierto. Pero lo que no cita el Ejecutivo de Sánchez es que todo eso se debe a la demora en la firma del convenio de financiación de la línea 3, que obligó a la Junta a empezar la obra del ramal técnico a pulmón antes de las elecciones autonómicas de 2022.
El objetivo de todo lo denuncian los constructores, ingenieros y empresarios: hacer parecer que todas las infraestructuras están en marcha cuando, en realidad, lo que hay es un voleón para que coja el balón el siguiente que venga.
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