El Jardín de las Cigarreras fija su apertura para el primer trimestre de 2026 tras cuatro años de retraso y un pleito sin resolver

El promotor anuncia una reformulación de los usos tras el fracaso del proyecto, pese a que el juicio con Arttysur por los locales de ocio no se celebrará hasta 2027

El Jardín de las Cigarreras de Sevilla iba a abrir antes de verano aunque su gestión está en manos de un juez

El estado actual del Jardín de las Cigarreras, con los edificios construidos pero en bruto en su interior ABC

El Jardín de las Cigarreras, el nuevo complejo que se levanta en la ribera de Los Remedios para reactivar la relación de Sevilla con el Guadalquivir, encara ya su fase final. La promotora que ostenta la concesión del Puerto de Sevilla, Jardín de las ... Cigarreras SL, sostiene que la obra civil está prácticamente concluida y que en los próximos meses se ultimarán remates, instalaciones interiores y la selección definitiva de operadores con el objetivo de que el espacio comience a recibir actividad a partir del primer trimestre de 2026. El anuncio supone, de facto, una reprogramación en toda regla del proyecto, cuya entrada en funcionamiento estaba inicialmente prevista para hace cuatro años y que ha ido acumulando desviaciones de calendario derivadas tanto de aspectos técnicos como contractuales y judiciales.

El enclave ocupa una parcela portuaria de 14.576 metros cuadrados entre el Club Mercantil y el Puente de Los Remedios. En este espacio se ha levantado un conjunto arquitectónico dividido en dos volúmenes y un gran jardín central accesible desde la calle, acompañado de un parque fluvial en la cota baja y un aparcamiento subterráneo de una planta con 288 plazas de turismos y motocicletas destinadas a rotación y residentes (el diseño inicial contemplaba dos plantas y con capacidad para casi 300 plazas sólo de turismos). La actuación se concibió como un nodo urbano pensado para mezclar actividad dotacional, empresarial, cultural y gastronómica en un entorno que, en la última década, se ha convertido en una de las prioridades de la estrategia Puerto-Ciudad para reactivar la margen derecha de la dársena.

El edificio principal, situado junto al Mercantil, suma más de 10.000 metros cuadrados distribuidos en cinco plantas, dos de ellas sobre rasante y una gran terraza panorámica. La idea inicial era que este inmueble sirviera como sede del club empresarial Antares, gestionado por la Cámara de Comercio de Sevilla. Sin embargo, los retrasos acumulados en la obra y la imposibilidad de mantener las condiciones pactadas llevaron a la Cámara a rescindir el acuerdo con la promotora y reorientarse hacia el cercano proyecto Vera Sevilla en el antiguo suelo de Altadis, donde llevará sus instalaciones. Esta ruptura dejó al complejo sin su operador ancla, obligando a reajustar la comercialización del edificio y a redefinir el perfil de las empresas y entidades que ocuparán sus dependencias una vez se produzca la apertura.

El edificio secundario, de menor tamaño y situado en el extremo más próximo al puente, está concebido para albergar restauración, eventos y usos culturales. Sobre él recae buena parte del foco en los últimos meses por el conflicto judicial abierto por la explotación de los locales de ocio y el edificio en forma de seta más próximo al puente de Los Remedios. La promotora vendió la concesión de esos espacios a Arttysur, que denominó el proyecto como 'Puerto Tartessos', y que ha acabado derivando en un procedimiento contencioso ya que la promotora ha tratado de retirarle la concesión. El asunto no se resolverá hasta más allá de enero de 2027, cuando está fijado el juicio. Aunque la concesionaria insiste en que el litigio no compromete la entrada en servicio del conjunto, la realidad es que este frente jurídico ha influido en la definición del modelo de explotación y ha tensionado los plazos de comercialización y puesta en marcha. Para los locales de ocio ha habido más de 40 cadenas de hostelería interesadas, que ahora tendrían que decidir si ocupan un espacio judicializado.

Por otro lado, el corazón del complejo lo constituye un jardín elevado de 9.000 metros cuadrados totalmente accesible, sin escalones y con rampas de baja pendiente, concebido como un nuevo mirador verde hacia la dársena y como espacio público para el uso cotidiano de vecinos y visitantes. El proyecto incorpora además un olivo de más de nueve siglos de antigüedad trasladado desde Portugal, que pretende funcionar como símbolo de identidad y pieza singular del conjunto. En la cota baja, el espacio se prolonga hacia el río mediante un parque fluvial de 2.500 metros cuadrados que aspira a integrarse en el circuito peatonal y ciclista del entorno.

Pese a los contratiempos, la promotora mantiene el discurso de que el Jardín de las Cigarreras será un equipamiento estratégico para la ciudad. El plan ahora pasa por cerrar contratos de ocupación durante los próximos meses y preparar los edificios para una apertura progresiva en 2026, tal y como anuncian. En esta planificación revisada, plantean el primer trimestre del año como umbral para la entrada de los primeros operadores, mientras que el desarrollo pleno de actividad empresarial, gastronómica y cultural se desplazaría a lo largo de la primavera y el verano conforme avance la ocupación y adaptación del edificio principal, el único de los dos fuera de litigio.

Sin embargo, la realidad es que ambos edificios están construidos sólo en su exterior, y su interior está en bruto para que cada operador lo adapte a sus necesidades. Fuentes consultadas por ABC aseguran que el edificio principal tiene uso dotacional deportivo y un porcentaje de uso terciario, algo que tendrá que solventar la promotora de cara a comercializarlo, teniendo en cuenta que tiene un interés menor en el mercado que si fuera terciario.

La operación forma parte de la transformación del frente fluvial sevillano, un proceso que en la última década ha ido sumando piezas con ritmos desiguales, desde Torre Sevilla y el Paseo de la O hasta el Muelle de Nueva York y el futuro Distrito Portuario. Pero, sobre todo, la comparación en la velocidad de las obras es con el vecino proyecto de Vera Sevilla, que en dos años habrá levantado todo el complejo, que abrirá a finales de 2026. El Jardín de las Cigarreras pretendía ser uno de los eslabones más visibles de esta estrategia en la margen de Los Remedios, pero su travesía ha sido más larga y compleja de lo previsto. Aun así, tanto el Puerto como el promotor defienden que la entrada en funcionamiento supondrá un salto en calidad urbana y en actividad económica en ese tramo de la ciudad.

Si el nuevo calendario se cumple, Sevilla tendrá que esperar todavía un año para ver realidad un proyecto que se concibió para articular un nuevo balcón verde sobre el Guadalquivir, pero que sigue envuelto en una máxima incertidumbre. La realidad es que el primer tercio del 2026 es la enésima fecha fijada por la promotora. La última que ofreció fue «antes del verano de 2025», algo que no se ha cumplido tampoco.

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